Las movilizaciones del campo siguen en todo el país y el Gobierno intenta que no se desborden, y sobre todo subraya el mensaje de que es sensible a las demandas del sector primario. Que está con ellos y apoya sus demandas. El presidente, Pedro Sánchez, aprovechó este miércoles la sesión de control al Ejecutivo, la primera del año, para trasladar su “empatía” hacia los agricultores y adelantar que fortalecerá la ley de la cadena alimentaria.

Sánchez avanzó ese movimiento en respuesta a las preguntas formuladas por Santiago Abascal, líder de Vox —la ultraderecha pretende en toda Europa capitalizar las protestas—, y por Teresa Jordà, portavoz de ERC. Antes, Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, también sacó a colación las movilizaciones, pero en una intervención que pretendió centrar en la ley de amnistía, en lo que entiende como presiones a la Fiscalía y en los ataques al Gobierno por sus alianzas con Junts (“Sin [Carles] Puigdemont no es nadie”). El presidente le afeó que intente incendiar Cataluña y catalogó al PP de “proyecto tóxico”.

El presidente recalca que el Gobierno “está con el campo con las palabras y los hechos”, con las políticas desplegadas en los últimos cinco años, como los 4.000 millones para hacer frente a la sequía y la guerra de Ucrania

Este miércoles se repiten las movilizaciones de miles de agricultores en toda España, con cortes en numerosas carreteras. La ansiedad del sector primario crece aquí pero también en varios países europeos, una ola que las instituciones comunitarias ven con preocupación por la cercanía de las elecciones europeas y el peligro de que la ultraderecha saque rédito de este malestar.

El Ejecutivo, dijo Sánchez en respuesta a Vox y ERC, “está con el campo con las palabras y los hechos”, gracias a las políticas desplegadas en los últimos cinco años. Recordó, en ese sentido, los 4.000 millones aprobados por su Gobierno para agricultores y ganaderos en los últimos dos años para hacer frente a adversidades como la sequía o el alza de los precios de la energía, de los que 1.380 millones han sido para ayudas directas extraordinarias. O puso en valor los 6.800 millones de la nueva Política Agraria Común (PAC). Y prueba de la proximidad de su Gabinete al sector primario, siguió, son las reuniones que el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha mantenido recientemente con las asociaciones agrarias para analizar la situación del campo.

No obstante, dijo, el Gobierno hará un esfuerzo extra. El presidente se comprometió a reforzar la ley de la cadena alimentaria, en marcha desde diciembre de 2021 y que es foco de constante queja por parte de los productores, que creen que no se cumple. También se mostró dispuesto a la implementación de las cláusulas espejo. O sea, exigir que lo que se importa se produzca cumpliendo las mismas exigencias fito o zoosanitarias que se requieren para lo producido en la UE. Sánchez mostró su “absoluta disposición e interlocución” con los productores, hacia los que trasladó su “absoluta empatía”. La política del Gobierno con el sector primario, les dijo, es “transversal y holística”.

La “fórmula letal” de Vox

El presidente subrayó una y otra vez que su Ejecutivo sí apoya al campo frente a un Vox que propone una “fórmula letal”, ya que hace una “mezcla imposible” entre “negacionismo climático y antieuropeísta”. “Quizá no se ha enterado de lo que hemos ido aprobando en el Congreso para defender al sector primario y, siempre, en contra de su partido”, le lanzo a Abascal, que le espetó que la “rebelión de los tractores detendrá la traición de Sánchez al campo”. El jefe de Vox volvió a sus mantras de denuncia del ecologismo “radical”, la “criminalización del modo de vida” del campo o el “papeleo insoportable” que exige Bruselas. La Agenda 2030, contra la que protestan algunos de los agricultores que han salido a las calles estos dos días, es una “amenaza de muerte para el campo español y un plan de despidos masivos”.

Feijóo pugna con Vox para seducir al campo: el “problema”, dice, está “en las bancadas del Gobierno” y en su “dogmatismo ambiental”

Teresa Jordà, la portavoz de ERC, centró toda su intervención en la crisis en el sector primario, sin mentar nada de la amnistía. La diputada alertó de la “gravísima situación” a la que se enfrentan los productores y pidió al Gobierno que sea “valiente” y que es “urgente” imponer las cláusulas espejo en las importaciones de productos de países terceros, “relajar” las exigencias burocráticas o reforzar la ley de la cadena. Fue en su respuesta a Jordà en la que el presidente intercaló sus nuevos compromisos, sin dar más precisiones: “Nosotros estamos facilitando la adaptación a la normativa de la UE, estamos simplificando la PAC, estamos implementando cláusulas espejo y vamos a fortalecer la ley de la cadena alimentaria”, acabó.

El mundo del campo se fue colando desde primera hora de la mañana en la sesión de control. Porque también lo sacó a colación Feijóo, porque aseguró que “el problema” para los agricultores no está solo en Bruselas “sino también en las bancadas del Gobierno”. El Ejecutivo, siguió, “le dice a los agricultores que desperdician el agua, que el pacto del agua puede esperar, que esta PAC es una maravilla o que no se puede bajar el IVA de la carne y el pescado”.

Feijóo augura que el Gobierno, “en descomposición”, acabará cayendo. Sánchez le llama “disolvente”

El grueso del careo entre Sánchez y Feijóo, el primero del año, lo centró la amnistía. El líder del PP se arrancó con una ironía: se dirigiría al presidente por una cuestión procedimental, porque la llave de la legislatura, dijo, la tiene Junts. Todo el mundo sabe que sin Puigdemont, aseguró, Sánchez “no es nadie”. El jefe del Ejecutivo respondió también con ironía, recurriendo a un tropezón en la campaña gallega de Feijóo, cuando culpó al Gobierno de estigmatizar a los ganaderos, acusándoles de las emisiones de “metanol” (no metano) a la atmósfera. “Como se ha descubierto como un experto en química orgánica, le recordaré que uno de los principales usos del metanol es el disolvente”, le enganchó, afeando al PP que repita su cantinela de que “España se humilla, se rompe y se hunde” cuando la realidad “es completamente distinta”. “O se entiende el pluralismo político y la diversidad territorial de España o no se entiende España, que es lo que les pasa a ustedes”, le despachó.

En su réplica, Feijóo auguró que el Gobierno no podrá resistir, porque ya sus socios le han tumbado iniciativas en las Cámaras y “no hay Presupuestos a la vista”. “Cualquier Gobierno europeo caería por esto. Le auguro que usted también caerá. Cuatro años así no hay quien los aguante, ni siquiera usted, experto en descomposición del Gobierno”, espetó.

El líder del PP fue muy insistente en su argumento de que mientras que Sánchez vive pendiente de “las noticias que le llegan de Waterloo”, su Gobierno deja desatendida a la España real. Frente a la atención que presta a los criterios de la Fiscalía, le reprochó, el Ejecutivo debería escuchar a los agricultores, que “no aguantan el dogmatismo ambiental” del Gabinete de coalición. Un coletazo que descubría, de paso, la pugna por el voto del campo con Vox.

Sánchez retomó el metanol en su turno final. Uno de los usos de este alcohol es el de ser un “combustible”. “Combustible es lo que ustedes están intentando utilizar en Cataluña para avivar un fuego que felizmente fue superado”. El presidente incidió en que su Ejecutivo no cae en la “guerra sucia”, y trabaja para conseguir más empleo, más derechos y más “convivencia”. Y acabó: “Las tres propiedades del metanol son las siguientes. Primero, incoloro, como su proyecto político para España. Segundo, inflamable como su afán para la hipérbole y el insulto. Y tercero, tóxico como su catastrofismo económico”.