Era la última pregunta de una breve y muy cómoda rueda de prensa en Rabat. La encargada de cerrar el acto y el viaje exprés de Sánchez ha sido una periodista de la televisión pública marroquí, uno de los amordazados medios del régimen alauí. Y, fiel a la táctica de Rabat, la pregunta ha sido la que cabía esperarse de un régimen obsesionado con el Sáhara Occidental, uno de sus mantras desde hace cerca de medio siglo junto a la santidad de la monarquía que dirige un rey cada vez más ausente.
"Quería hacerle dos preguntitas. Quería saber la posición de su gobierno que ya conocemos pero no sé si se la ha reiterado usted a su majestad el rey Mohamed VI en cuanto al apoyo a la propuesta de Marruecos sobre el Sáhara marroquí", ha deslizado la reportera.
El socialista ha evitado referirse al "Sáhara marroquí", como emplea la propaganda alauí, y ha optado por hablar del Sáhara Occidental, el término empleado a nivel internacional para referirse a la ex colonia española, el último territorio por descolonizar en África, pendiente de la celebración de un referéndum de autodeterminación que Rabat ha obstaculizado desde hace décadas.
Sin novedades en el guion
En su respuesta, no obstante, Sánchez no se ha salido del guion ya conocido desde el giro copernicano firmado en marzo de 2022. Ha reiterado su respaldo a la propuesta de autonomía para el Sáhara Occidental bajo soberanía de Marruecos presentada por el país magrebí en 2007 a la ONU y cuestionada por la comunidad internacional por la naturaleza de un régimen en el que no se respetan los derechos humanos más básicos.
En la rueda de prensa posterior a su reunión con Mohamed VI, Sánchez ha vuelto a reiterar su "compromiso con la solución que ha planteado, sobre una base realista, el Gobierno de Marruecos", en alusión a su propuesta de que el Sáhara Occidental sea un territorio autónomo bajo soberanía marroquí. Y también se ha reafirmado en la hoja de ruta aprobada por España y Marruecos en abril de 2022, cuando Sánchez visitó Rabat para sellar una nueva etapa en la relación bilateral que puso fin a un año de crisis.
Rabat respondió entonces a la hospitalización en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, abriendo sus fronteras, con una llegada masiva de migrantes irregulares a España procedentes de Marruecos que fue censurada por el Parlamento Europeo como una instrumentalización de la migración, convertida en arma del régimen alauí.
El Gobierno protagonizó en marzo de 2022 un histórico cambio de posición en el contencioso del Sáhara Occidental. La Casa Real marroquí filtró una carta enviada por Pedro Sánchez a Mohamed VI en la que "España considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo", alineándose con las tesis del régimen alauí y quebrando 47 años de neutralidad activa.
Desde entonces, el PSOE ha defendido en solitario en el Congreso de los Diputados un cambio de posición que no comparten sus sucesivos socios de coalición, primero Unidas Podemos y ahora Sumar. Sánchez ha ratificado esa posición cara a cara al rey en su reunión de abril de 2022, en su visita a Rabat en febrero de 2023 con motivo de la Reunión de Alto Nivel hispano-marroquí y en la visita de este miércoles a la capital marroquí.
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