Sin estructura territorial y tras sufrir una sangría continua de cargos, dirigentes y adscritos, Podemos tiene muy claras las prioridades de este trimestre electoral, que pasan por llevar a la ex ministra Irene Montero al Parlamento de Estrasburgo en los comicios del 9 de junio. Este es el objetivo principal más allá de la consulta vasca o catalana, donde sus opciones son muy exiguas a tenor de los datos arrojados por los sondeos con intención de voto. Aquí de lo que se trata principalmente es de salvar a la "soldado Montero" y para ello han puesto en marcha una campaña destinada a fichar voluntarios, con la que suplir las evidentes carencias organizativas del partido.

El programa se llama "Semilla-sembrando el futuro" y piden a través de las redes una suerte de cooperantes para el reparto de folletos, pegada de carteles, mesas informativas, cartas y buzoneo, "boca a boca", casa a casa", perfomances y vídeos. "Las semillas deben ser grupos de creación, pensamiento y acción dinámicos. Es decir: CREAD Y PENSAD vuestras propias acciones de campaña adaptándolas a vuestra realidad geográfica y a vuestras capacidades territoriales". Podemos, por su parte, les hará llegar a estos grupos "propuestas de acciones, fechas clave para llevar acciones coordinadas, así como también material, incluyendo dosieres sencillos y concretos para que podáis llevarlas a cabo con facilidad".

Piden a los voluntarios que piensen "sus propias acciones de campaña" adaptándolas a sus territorios

Es habitual que formaciones como Podemos, refractaria a acudir a los bancos para financiarse, abra líneas de microcréditos y de crowfunding para afrontar sus gastos electorales. De hecho, al cierre de esta información ya tiene recaudados 122.300 euros para la campaña europea. Pero no lo es tanto que pida voluntarios por todo el territorio nacional para poder desarrollar actos de campaña, lo que responde, en muy buena medida, a la enorme crisis territorial de los morados. Y este no es un tema menor ante unas elecciones en que tiene el mismo peso un voto de Soria -por citar un territorio con escaso peso poblacional- que el de Madrid. La circunscripción única nacional posibilita que no se pierda ni una sola papeleta en el reparto de restos como ocurre en las elecciones generales.

Además, para Podemos, las europeas tienen mucho de vendetta ante Sumar y sirven asimismo para intentar asegurar la supervivencia de una formación diezmada con tan sólo cuatro diputatos en el Grupo Mixto del Congreso de los Diputados y prácticamente desaparecida de todos los parlamentos autonómicos.

Pero para ello debe asegurarse una mínima estructura electoral, más allá del alcance mediático de su Canal Red, auténtico y exclusivo bastión de Pablo Iglesias, con una estricta política de admisión, del que han sido expulsados los "tibios", es decir, aquellos que, como Juan Carlos Monedero o Sergio Gregori abogaron por la unidad de acción con Yolanda Díaz.

Irene Montero tiene a su favor un alto grado de conocimiento además de buena acogida entre amplios sectores de la izquierda por las políticas de Igualdad que desarrolló siendo ministra la anterior legislatura. Se va a enfrentar a una candidata de Sumar prácticamente desconocida, -Estrella Galán, directora general de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR)- y a una candidatura cuya confección está siendo un dolor de cabeza para Díaz dadas las exigencias de sus principales socios para garantizarse un puesto de salida.

"Constructoras de grupos organizados y autónomos"

Pero Montero necesita proyección y medios materiales y humanos, de ahí el intento desesperado de fichar voluntarios "para articular y extender, a lo largo y ancho del país, grupos de militantes, simpatizantes, ciudadanos y ciudadanas que quieran aportar su grano de arena" en la campaña. "Con esta iniciativa queremos que os convirtáis en agentes del cambio, tanto individual como colectivamente; en facilitadoras y constructoras de grupos organizados y autónomos que permitan articular acciones de campaña propias y/o coordinadas a lo largo y ancho del país". En definitiva, esta iniciativa busca "que todas las personas que quieran implicarse en la próxima campaña puedan hacerlo en un espacio común y colectivo, a través de acciones locales, programadas y flexibles".

En definitiva, la peculiaridad de este llamamiento es que no se trata tanto de buscar voluntarios para reforzar las acciones electorales del partido morado como que éstos creen las suyas propias allá donde lo llegan las estructuras de Podemos.