Carles Puigdemont removió otra vez la precampaña de las elecciones catalanas del 12 de mayo. Con un anuncio inesperado: dejará la "política activa" si no es investido president. Un aviso que fue recibido con frialdad por parte de los grupos y con la protocolaria respuesta del Gobierno —"máximo respeto" a lo que decida el exjefe del Govern—, pero que lógicamente impacta en el devenir de una competición muy incierta y decisiva. El Ejecutivo lee las declaraciones del líder de Junts como un golpe a la desesperada, como la señal de que pone "toda la carne en el asador" para vencer a ERC en el universo independentista, aunque en el fondo "se pega un tiro en el pie". Como un todo o nada. Un juego que le puede salir bien o mal. O "muy mal".

Es la tercera vez que Puigdemont concurre como cabeza de cartel a unas autonómicas. Lo hizo en 2017, al poco de huir de España, reclamado por la Justicia. Lo hizo en 2021, en unos comicios en los que su candidata efectiva fue Laura Borràs. Y lo hace ahora, con la ley de amnistía ya en su fase final de tramitación y con la promesa de "restituir" el Govern que fue cesado en virtud de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Las encuestas sitúan al PSC de Salvador Illa como claro favorito, como primera fuerza y a cierta distancia del segundo y tercero de la tabla, un margen del que no dispuso en 2021, cuando ganó en votos pero empató en escaños con ERC. Lo que no está claro es quién se impondrá el próximo 12-M en la lucha por la hegemonía del secesionismo, si los posconvergentes o los republicanos, y si se reeditará la mayoría independentista.

Puigdemont subraya que concurre el 12-M para recuperar el Govern, pero solo lo hará si hay una mayoría separatista que le apoye. Descarta un pacto con el PSC

Ese contexto explica el anuncio que Puigdemont hizo este martes desde RAC1: "No puedo hacer política activa si no tengo la responsabilidad de la presidencia, que es lo que me lleva a presentarme. Tiene poco sentido que ahora me dedique a hacer de jefe de la oposición o vaya al Senado a calentar sillas como senador autonómico". El expresident señaló que concurre el 12-M para recuperar la jefatura de la Generalitat, pero solo lo hará si hay una mayoría independentista que le respalde. Es decir, que no contempla la posibilidad de un pacto con el PSC. Sí insistió en que tanto si tienes los apoyos para ser elegido president como si no los tiene, regresará a Cataluña el día en que se celebre el debate de investidura en el Parlament, a finales de junio. "Con la ley de amnistía, que es una condición necesaria pero no suficiente para resolver el conflicto, se cierra una etapa, la del exilio [...]. La manera de devolver dignamente la institución que se fue al exilio es volver al Parlament, en las condiciones que sean", sostuvo.

"Puigdemont se ha pegado un tiro en el pie. Y no lo va a ganar", respondían fuentes muy próximas a Pedro Sánchez. En la Moncloa interpretan que lo que está queriendo decir el expresident es que "pone toda la carne en el asador", que implora a sus votantes que le den su confianza porque de lo contrario se irá, dejará la primera línea de la política. Les presenta, pues, un órdago, "por si ese aviso ejerce un efecto".

El anuncio es producto del cansancio y la desesperación", dicen en el entorno de Illa. "El 'expresident' tiene que jugar fuerte. Es la única baza que tiene", señalan en el Gobierno central

Para el Gobierno, por tanto, el líder de Junts ha decidido lanzar un todo o nada. Muy arriesgado. "El anuncio es producto del cansancio y de la desesperación de Puigdemont. Porque compromete su palabra. Porque le puede salir bien o muy mal. Un todo o nada que también tiene muchos riesgos. Y el mayor riesgo es que, en efecto, le salga muy mal", señalan a su vez en el entorno más próximo del primer secretario del PSC, Salvador Illa. "Puigdemont tiene que jugar fuerte. Es la única baza que tiene", completan desde la Moncloa. "El victimismo", aporta un alto cargo de la cúpula de Illa, "no vale para nada". "Nos da igual lo que diga", añade esta última fuente, "mientras solo colisiona con ERC, pero el problema es que aquí nadie está motivado ni en clave elecciones todavía".

"Nadie puede decir que sepa lo que va a ocurrir"

Los socialistas, en Madrid y Barcelona, aducen que la maniobra del expresident se explica por su rivalidad absoluta con ERC, por su voluntad nada disimulada de quedarse con su electorado. Pero es que precisamente lo que está en duda en estos comicios del 12-M es, recuerdan, quién queda primero en el campo independentista y si los separatistas lograrán sumar mayoría absoluta, alcanzar los 68 escaños del Parlament. "Y eso está abierto. Nadie puede decir que sepa lo que va a ocurrir", advierten en el Gobierno.

No está tan claro que ERC apoyara un Govern de Puigdemont. Tendría una papeleta. Ni tampoco está nada claro que Puigdemont respalde a ERC", consideran en Moncloa

Y lo que está menos clara aún es la gobernabilidad. Sánchez ya ha insistido en que Illa tendrá un mejor desempeño que el que avanzan las encuestas, que le dibujan una proyección de unos 40 escaños. Insuficientes para lograr la investidura. Necesitaría apoyos, y ERC, al menos por ahora, no está dispuesta. Pero si se repitiera la mayoría independentista —que se leería como un fracaso de la estrategia de Sánchez, por su apuesta por la amnistía—, tampoco sería tan fácil el desbloqueo, justo por la relación rota ya entre republicanos y posconvergentes: "No está tan claro que ERC apoyara un Govern de Puigdemont. Tendría una papeleta. Ni tampoco está nada claro que Puigdemont respalde a ERC".

En el equipo de Sánchez admiten que sería un varapalo para su proyecto que Illa ganara las elecciones y no pudiera gobernar. No sería "plato de gusto". "Pero creemos que vamos a tener margen para poder gobernar", agregan, sin dar ninguna fórmula por segura.

Alegría recalca que la prioridad del Gobierno es "mejorar la convivencia" con "hechos, actuaciones y propuestas"

Oficialmente, el Gobierno acogió con distancia el anuncio de Puigdemont. La ministra portavoz, Pilar Alegría, mostró el "máximo respeto" a la decisión del cabeza de cartel de Junts. "Sobre la decisión personal de Puigdemont, como la de cualquier otro dirigente político, no tengo que hacer ninguna valoración. Máximo respeto a lo que cada uno decida en un futuro sobre su propia trayectoria política, faltaría más", incidió Alegría. La titular de Educación no quiso hacer más comentarios y se limitó a expresar que la prioridad del Gobierno es "mejorar la convivencia de Cataluña y de Cataluña con España" con "hechos, actuaciones y propuestas". Es decir, que su proyecto es el que ofrece Illa este 12-M.

Si se beneficia o no de la amnistía, en función del juez

María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno y vicesecretaria general del PSOE, vaticinó que el expresident verá cumplir su profecía: "Va a tener muchas posibilidades de que así ocurra", de que deje la política activa, porque los socialistas gobernarán la Generalitat.

Es su decisión personal y creo que va a ocurrir porque nosotros vamos a ganar las elecciones", apunta Montero. Para el PSC, Cataluña "ha superado las lógicas personalistas"

"Estoy convencida de que será Salvador Illa quien gane las elecciones y convencida también de que podremos conformar gobierno. Así que bueno, es su decisión, es su decisión personal y creo que va a ocurrir porque nosotros vamos a ganar las elecciones como Partido Socialista", remachó la vicepresidenta primera, en declaraciones a los medios en los pasillos del Senado.

Lluïsa Moret, viceprimera secretaria del PSC, replicó a Puigdemont en la rueda de prensa de presentación de la imagen de precampaña del partido, que tendrá como lema Unir y servir: "La sociedad catalana ha superado las lógicas personalistas". A juicio de la número dos de Illa, los catalanes necesitan, en este momento, "proyectos sólidos y colectivos que pongan en el centro las necesidades reales" de la ciudadanía, informa EFE.

Pero es que además los socialistas entrevén una trampa en las palabras del expresident, porque no ven creíble que decida poner un pie en España a finales de junio, pase lo que pase, ya que si no se queda en el Parlament no tendrá ningún tipo de escudo judicial: "No lo vemos viniendo a España sin aforamiento de ningún tipo". La ley de amnistía sí estará previsiblemente aprobada y en vigor para entonces, pero su aplicación ya estará en manos de los jueces, y estos podrían entender que no cabe que se beneficie de la medida de gracia porque pesa sobre él la causa Tsunami sobre terrorismo que se instruye en el Supremo. De hecho, la magistrada Susana Polo le ha citado a declarar por este caso por videoconferencia entre el 17 y el 21 de junio. Además, el TS podría elevar una cuestión prejudicial a la Justicia europea que paralizase el procedimiento.

El Ejecutivo insiste en que su posición es "clara y contundente" sobre el referéndum: no cabe en la Constitución y no es una política "positiva"

"El juez es el que tendrá que decidir si cuando solicite acogerse a la amnistía cumple los requisitos que establece la ley. Siempre hemos dicho que al final serán los jueces los que lo decidan, si está dentro de los supuestos o no", advierten en el Gobierno.

El día también dejaba como coleo el debate en la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado del lunes, en el que el president Pere Aragonès defendió que el referéndum llegará, como ha ocurrido con la amnistía. El PSOE rechazó de nuevo la consulta, y este martes lo hizo de nuevo el Ejecutivo a través de Alegría: "La posición del Gobierno frente al planteamiento del referéndum es clara y contundente: no estamos a favor de un referéndum y no nos parece una política y una decisión positivas para Cataluña. La posición del Gobierno es seguir avanzando y apostar por la concordia, el reencuentro y la unidad con Cataluña". No será esta la última vez que los socialistas rechacen el plebiscito soberanista. Será, probablemente, una constante en esta campaña del 12-M.