La investigación sobre el asesinato de los dos guardias civiles el pasado 9 de febrero tras la colisión de una narcolancha en el Puerto de Barbate (Cádiz) acaba de dar un vuelco. La Guardia Civil ha reconocido en un nuevo informe que los seis detenidos y encarcelados por estos hechos no fueron los que iban en la embarcación que cometió el crimen y lo saben porque han constatado que su narcolancha --encontrada en la playa de la Línea de la Concepción-- no fue la que embistió la zódiac oficial, como se pensó en un primer momento.

En un documento del pasado 7 de mayo, al que ha tenido acceso este medio, apunta a otra embarcación de alta velocidad en la que circulaban tres personas no identificadas aún como la verdadera responsable del asesinato de los guardias Miguel Ángel González y David Pérez. La conclusión del informe es contundente: la narcolancha que arrolló a la patrulla marina "no es la narcolancha intervenida la mañana del día 10 de febrero", que pilotaba José Antonio G., alias Kiko El Cabra, en prisión provisional desde entonces.

La Guardia Civil señala que "es posible descartar la participación de los actualmente investigados en la perpetración de los delitos de asesinato y atentado agravado" y para ello ha sido determinante un vídeo de tres minutos y 33 segundos que ha aportado uno de los arrestados.

Hace cerca de un mes, El Independiente avanzó que otro vídeo aportado por la defensa Mustafá C. (otro de los detenidos) arrojaba serias dudas sobre la autoría. Los detenidos al día siguiente del suceso no negaron que habían estado en el puerto y tampoco que estuvieran a bordo de una narcolancha de cuatro motores, pero aseguraron que fue otro capo de la droga marroquí el que había arrollado a los dos miembros del Instituto Armado que fallecieron esa misma noche.

La magistrada de instrucción, a instancias de la Fiscalía, ordenó la prisión de los detenidos y varios informes de criminalística de la Guardia Civil aseguraban que había restos de pintura de la narcolancha intervenida en el zódiac oficial. Sin embargo, los vídeos aportados por las defensas han ido torciendo la tesis inicial y en las últimas semanas, el juez que se ha hecho cargo de la investigación, Ángel Rojas Navarro, ha ordenado recabar información de otras dos narcolanchas distintas. Una que apareció varada al día siguiente de los hechos en la localidad de Chiclana (Cádiz) y otra que se encontró en el muelle de la Compañía Río Tinto, en Huelva.

La intervención de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita ha sido determinante para el giro de las pesquisas, puesto que en el nuevo documento relatan con pelos y señales cómo se produjo el embiste. La narcolancha pasó "por encima con la quilla, con toda la superficie del casco y con los cuatro motores de 300 caballos de potencia y unos 300 kilogramos de peso cada uno, dotados de elementos cortantes".