A veces vale más una imagen que mil palabras. Y Ciudadanos, consciente de que estas elecciones europeas son un todo o nada, para poder aguantar desde Bruselas el mal momento del liberalismo y el centro en España, o para quedar en una situación de extraparlamentarismo, ha querido recuperar su identidad primigenia. El naranja y el blanco. Las siglas Cs en lugar del CS. Fuera las líneas que conformaban una 'c', fuera el color verde oscuro que fusionado con el naranja, a la entonces Ejecutiva cautivó, en recuerdo de la UCD de Adolfo Suárez. Tampoco queda rastro de esa iconografía en su web, aunque sigue jugando con el color verdoso en algunas partes, pero sin tanto protagonismo y sin interferir en la imagen corporativa. No está ni en perfiles sociales. Menos aún en los comunicados de prensa.
Lo cierto es que el paso se dio con la salida de Adrián Vázquez de la secretaría general, tras el fracaso de negociaciones con el PP para concurrir conjuntamente. Génova hablaba de integración. Los naranjas en Madrid de alianza con nuevas siglas, aunque siempre primando la necesidad de anteponer un espacio unido a lo materia y visual. En Cataluña, aunque conscientes de ello, renunciaban al experimento si ello llevaba a renunciar a las siglas si el PP no hacía lo mismo en una nueva plataforma. Más en la región que les vio nacer. El desenlace, es conocido: Vázquez salió y días más tarde el PP y él comunicaron su fichaje para las listas europeas. Tiene garantizada la elección, dado que, con encuestas que estiman al PP en los 23-24 escaños, él ocupa el puesto diez.
La vuelta a esos orígenes de marca se hicieron en Cataluña, cabe destacar. La cartelería o los mítines de Carlos Carrizosa dieron constancia de ello. Pero todo, pasó desapercibido. Ni si quiera la noche electoral, donde el compromiso fue el de volver a presentarse en la próxima convocatoria, nadie se percató del predominio del color naranja, de nuevo. Todo el ambiente, menos el resultado, imitaba a tiempos mejores. A 2017, donde fue primer partido catalán. En 2021, donde aguantaron con seis diputados regionales, con tres por encima del PP.
Las siglas con la minúscula no es lo único. Se ha recuperado en Cataluña otro emblema clave durante el apogeo de la marca: el corazón que engloba las banderas catalana, española y europea.
Hace un año y medio de la refundación, desde la elección de candidatos y la celebración, en enero de 2023, de la IV Asamblea General que, aparentemente, selló diferencias. Un proceso convulso por la ruptura entre el sector más conservador, guiado por Inés Arrimadas, presidenta que dio un paso al lado, o Begoña Villacís, ya fuera de la política también; y por el más socioliberal, encabezado por Edmundo Bal. Este, al término de la legislatura nacional en mayo, ya había sido centrifugado y expulsado. Ahora, gran parte de él, milita en Cree.
Entonces, con Patricia Guasp como portavoz política y Vázquez como secretario general, y una cúpula casi renovada por completo, Ciudadanos apuntaba: "Es el momento de mirar hacia el futuro, renovarse y avanzar. Siempre orgullosos de nuestro nombre y del legado de Ciudadanos a los españoles. Hoy presentamos la nueva imagen de CS. Una renovada para un proyecto renovado para un país de ciudadanos radicalmente libres". La vuelta a las líneas de identidad anteriores reflejan un deseo: ser reconocibles en las papeletas electorales en los próximos comicios del domingo. Un detalle que, puede sumar cierta base de votos. Con todo, los sondeos no le dan ninguna representación. Salvo el CIS de Tezanos.
De esta manera, Ciudadanos rompe con la refundación del pasado, tras la cuál, y el declive municipal y autonómico, les llevó a no presentarse en las generales para apostarlo todo, también económicamente, a las europeas. Ya en Cataluña, durante una reunión interna de los naranjas, se comunicó. Lo dijo posteriormente Carrizosa. Los símbolos anteriores, al contrario de lo que se aseveró en la refundación, están asociados a "la lealtad, la valentía, la libertad, la igualdad y la solidaridad entre todos los españoles". Desde Cataluña se vendió como una apuesta clara por volver a la esencia del partido, y porque "son reconocibles" para aquellos que confiaron en la formación.
El actual líder político de Ciudadanos, y cabeza de lista para Europa, Jordi Cañas, aseveró que "esto no es un cambio de logo, esto es lo que somos, lo que venimos defendiendo desde hace 18 años". "Es una metáfora de continuidad, permanencia y convicción en un proyecto que jamás ha traicionado a sus votantes".
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