El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, desfiló ayer desde primera hora de la mañana por distintas cadenas de radio y televisión para valorar la delirante política de aranceles del presidente estadounidense, Donald Trump, en su guerra comercial con el mundo entero. Fue el mismo día que, de forma solemne, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó el paquete de ayudas para los sectores que pudieran verse más perjudicados, como el agroalimentario o el industrial, pero dejando que el foco recayera en muy buena medida sobre su titular de Economía.

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Este inesperado protagonismo por parte de un ministro que hasta ahora mantenía un perfil bajo, -salvo momentos muy puntuales como cuando Yolanda Díaz confrontó con él a cuenta de la reducción de la jornada laboral llegando a llamarle "mala persona"- tiene para el primer partido de la oposición una lectura en clave interna. Desde el cuartel general de los populares se preguntan el motivo por el cual no es la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y sí Cuerpo quien vaya a pilotar la política anti-arancelaria para paliar en la medida de lo posible sus efectos sobre ciudadanos y empresas.

Los "excesos verbales" de la vicepresidenta

Creen que, muy probablemente, a la vicepresidenta primera, ministra de Hacienda, vicesecretaria del PSOE, líder de los socialistas andaluces y candidata a medirse contra el popular Juan Manuel Moreno para la presidencia de la Junta de Andalucía, "le han pasado factura sus excesos verbales" del último fin de semana. Dos actos consecutivos, uno en Jaén el sábado y el otro el domingo en Málaga, para meterse en dos charcos no menores. Por un lado, el cuestionamiento que hizo de un derecho tan básico en democracia como la presunción de inocencia a cuenta de la absolución del futbolista Dani Alves y, por otro, la acusación respecto a que los estudiantes de las universidades privadas "compran" el título superior y son una "amenaza" para la clase trabajadora.

Por ello, en el cuartel general de los populares creen "significativo" que en lugar de apoyarse en la vicepresidenta primera, a quien se supone responsable de los ministerios económicos, Sánchez "se ponga en manos de Carlos Cuerpo para el tema de los aranceles". Acaso sólo sea por la sobresaturación de la andaluza, que dedica buena parte de la semana a hacer política en su territorio en una carrera contra reloj para ganarle terreno al PP de Moreno, a quien todas las encuestas siguen dando una cómoda mayoría absoluta para las elecciones autonómicas del año que viene.

A pesar de que el propio Cuerpo calificó ayer la situación de "momento histórico que va a redifinir el orden económico y geopolítico mundial", de momento no ha mediado ninguna conversación entre Pedro Sánchez y el líder del primer partido de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, según fuentes populares.

Feijóo ya dejó ayer claro su posicionamiento sobre la guerra comercial iniciada por Trump y, de paso, mandó un recado a Santiago Abascal, cuya estrategia es culpar a la Unión Europea de dichos aranceles como si el estadounidense no se los hubiera impuesto a todos los países salvo Rusia, Bielorusia y Corea del Norte. "Nadie que se llame a sí mismo 'patriota' puede defender a quien perjudica los intereses de España", dijo el líder del PP en un acto de El Español en referencia a Vox y jugando con la denominación del Grupo Parlamentario de la Eurocámara al que pertenece: "Patriotas por Europa".

Primeros contactos con el PP

El jefe del Ejecutivo pidió ayer unidad por encima de las luchas partidistas y el nuevo cometido de Cuerpo es la interlocución con los Grupos Parlamentarios, salvo Vox, y las Comunidades Autónomas, que se van a ver más o menos impactadas por los aranceles en función de su principal actividad económica, bien sea industrial o agroalimentaria. El ministro y el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo se reunieron ayer por espacio de hora y media e la sede del ministerio.

Fuentes populares indicaron que si bien el encuentro fue "cortés en las formas" resultó "superficial en el fondo" y evidencia, a su juicio, que el Gobierno "está trabajando en un borrador, pero por el momento no tiene un plan concreto con el que reaccionar a una situación de la que ya venía avisando el presidente de Estados Unidos. Pudieron anticiparse pero no lo han hecho". Y tras incidir en la ausencia de Montero en esta cita, Bravo le trasladó "una serie de preguntas que, de momento, no tienen respuesta". El ministro, por su parte, remitió a su comparecencia en el Congreso de los Diputados de la próxima semana, "y pese a que agradecemos el trato cordial de la reunión no contamos con mucha más información que hace 10 horas", cuando la comparecencia de Sánchez.

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