Las conclusiones sobre qué provocó el apagón del pasado 28 de abril tardarán en llegar. No las tiene el Gobierno aún. El presidente insiste en que llevará "tiempo" tenerlas, hasta que los expertos analicen y destripen 756 millones de datos, los que proceden de 4.200 plantas del sistema entre las 12.15 y las 12.35 de aquel día. Pero a lo que no está dispuesto el Ejecutivo es a que se cuestione su apuesta firme por las renovables, porque vincular el colapso de la red eléctrica al debate de las nucleares "no es solo irresponsable: es una gigantesca manipulación". Las energías verdes "no son solo el futuro energético de nuestro país, son nuestra única opción".

Fueron dos de los mensajes que dejó la larga intervención de apertura, de hora y media, de Pedro Sánchez en el pleno monográfico en el Congreso de este miércoles, centrado en el cero energético que sufrió la Península hace diez días y el Plan industrial y tecnológico para la seguridad y la defensa aprobado por Consejo de Ministros el 22 de abril. Pero el jefe del Ejecutivo se centró en el colapso eléctrico, el tema más sensible, aunque apenas aportó novedades, y llevó al segundo plano la estrategia de rearme, la que la actualidad ha acabado arrollando y que suscita el rechazo de sus socios parlamentarios progresistas y la incomodidad de Sumar. El líder socialista se limitó en este punto a contar el incremento "considerable", pero "proporcional" a los desafíos que enfrenta España, de 10.471 millones de euros en gasto militar solo en 2025, hasta los 33.123 millones totales, el 2% del PIB.

En la Moncloa y en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ya lo advertían en las últimas horas: no se pueden aventurar conclusiones sobre las causas del apagón, no es prudente. La investigación está en marcha. Y Sánchez respetó su propia disciplina. Recordó que, tras la "rápida recuperación" del sistema, ordenó la constitución de un comité de análisis, que dirige la vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, y solicitó al Grupo Europeo de Coordinación de la Electricidad, que depende de la Comisión Europea y los reguladores independientes, que elaboren un informe "independiente desde Bruselas". Y también la Audiencia Nacional ha abierto una causa para investigar el origen del cero peninsular y depurar responsabilidades.

Subraya que el Gobierno trabaja con "prudencia, rigor y transparencia" para saber qué provocó las tres oscilaciones graves el 28 de abril, una "concatenación de anomalías" que tumbaron el sistema

"Sé que los ciudadanos quieren saber qué ha ocurrido. El Gobierno también. Por eso se está trabajando con prudencia y rigor, con transparencia y colaboración con las empresas energéticas desde la misma mañana del incidente —prometió—. Todos los actores involucrados en el sistema eléctrico están colaborando, y quiero agradecerlo, para esclarecer" qué provocó las tres oscilaciones graves en la red aquel día. Las dos primeras sí pudieron ser amortiguadas, pero el sistema no pudo "contener la tercera", que fue la que se extendió por la Península pese a la interconexión con Francia y la intervención de los llamados relés de deslastre de demanda, mecanismos de seguridad "similares a los plomos de nuestras casas", diseñados para "evitar daños permanentes a la red mediante una reducción abrupta del suministro". El fundido a negro, tras esa "concatenación de anomalías" —la primera, en el sur de España, por una "pérdida de generación", las dos siguientes, en la zona suroeste—, ocurrió a las 12.33. No habló en ningún momento de la posibilidad de un ciberataque, hipótesis no cerrada todavía por el Gobierno.

El jefe del Ejecutivo incidió en que "todo lo que se descubra se va a hacer público, con transparencia absoluta". Pero el proceso, "y es de puro sentido común", va a "llevar su tiempo", porque hay que estudiar de forma "minuciosa" esos 756 millones de datos procedentes de 4.200 plantas del sistema. Y el Gobierno, dijo, no quiere cerrar ningún "debate en falso", con conclusiones "superficiales" o "interesadas", quiere "llegar al fondo del asunto". "Porque queremos asumir responsabilidades políticas, exigirlas también", avisó, apuntando a dimisiones en el horizonte, tal vez la de la cuestionada presidenta de Redeia, matriz de Red Eléctrica de España (REE), la exministra socialista Beatriz Corredor. Hasta ahora había apuntado a los operadores privados, a las eléctricas, ahora introdujo el matiz de responsabilidades "políticas". El objetivo es usar la experiencia que arrojen las pesquisas para hacer "aún más fiable" el sistema eléctrico español, ya que cada crisis ofrece un aprendizaje "valioso".

El presidente asegura que quiere que se asuman "responsabilidades políticas", y "exigirlas también". El objetivo es hacer "aún más fiable" el sistema eléctrico

"Los técnicos lo que necesitarán es el tiempo que requieran, y nuestra responsabilidad, la del Gobierno de España, es dárselo y respetar la complejidad del asunto", adujo, antes de pedir que no se aproveche la situación para "generar ruido" y escorar debates "de forma interesada".

"Venden su espíritu crítico a un buen pagador"

Se refería Sánchez a la derecha, a los que acusan al Ejecutivo de no explicar aún las causas del apagón y recomiendan una sola solución que consiste, "qué casualidad", en su "agenda ideológica y en los intereses de algunas empresas energéticas que tienen propiedad en las centrales nucleares". De los que las defienden, precisó, no se pueden esperar "datos ni pruebas". "Solo pontifican con la certeza de quienes no entienden nada o quienes no quieren entender porque no les interesa entender porque han vendido su espíritu crítico a un buen pagador", criticó.

Sánchez pidió a los ciudadanos que desconfíen "de quienes les dicen que esto va de renovables o de nucleares, porque no es así", ya que hasta el momento "no hay ninguna evidencia empírica" que demuestre que el incidente fuese provocado por un "exceso de renovables o una falta de centrales nucleares". El 28 de abril, recordó, el sistema estaba operando con niveles de renovables inferiores a los de días anteriores. "Me temo —sostuvo— que el asunto es un poco más complejo. No es blanco o negro. Y vincular este apagón al debate de las nucleares no solo es irresponsable, es también una gigantesca manipulación".

Recalca que las renovables pueden "cumplir el mismo papel de generación de inercia" y de mantenimiento de la tensión que las energías síncronas. La clave, dice, es apostar por ellas, y que los operadores privados "hagan las inversiones necesarias"

A partir de ese punto, y ese fue el corazón de la intervención del presidente [aquí en PDF], desplegó una defensa cerrada de las energías renovables. Estas, pese al relato que ha cundido en los últimos días, pueden "cumplir el mismo papel de generación de inercia" y de mantenimiento de la tensión que el resto de energías síncronas (hidráulica, ciclos combinados y nuclear). Y es que el 50% de las plantas fotovoltaicas ya incorporan esa tecnología, dijo, y podrán contribuir a la estabilidad del sistema en cuanto la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) culmine la regulación y sean habilitadas por REE. "La clave es apostar por ellas y que los operadores privados hagan las inversiones necesarias".

Como hiciera hace una semana, Sánchez incidió en que las nucleares, antes de las fatídicas 12.33 del 28 de abril, aportaban a la red apenas 3.000 MW, y tras el colapso, cayó a cero para que no se sobrecalentasen sus núcleos, y tampoco pudieron acudir al rescate del sistema porque hasta las 3.15 del martes 29 no desactivaron sus protocolos de emergencia. Los que permitieron la recuperación, reiteró, fueron las presas hidroeléctricas, el gas y las interconexiones con Francia y Marruecos.

Insiste en que no se desviará "ni un milímetro" de la hoja de ruta planteada hace siete años, porque además existe un "consenso global" sobre la idoneidad de las energías limpias

A falta de conclusiones sobre la caída de la electricidad, Sánchez sí hizo una potente defensa sobre su modelo energético, sobre su apuesta por las renovables, sobre cuya idoneidad existe un "consenso global", ya que han permitido que el sistema sea "más eficiente y sostenible" que el que existía antes, como ha recogido, alegó, el último ránking del Consejo Mundial de la Energía, que mejora la puntuación de España respecto a 2018 y la ubica como el decimotercer país "con el sistema más robusto y sostenible del mundo".

Y de ese modelo, de esa hoja de ruta, el Ejecutivo, recalcó, no se va a desviar "ni un milímetro", porque las renovables "no son solo el futuro energético de nuestro país, son nuestra única y mejor opción", "la única manera de reindustrializar España, de modernizar sectores vitales para la economía", como el del vehículo, de "crear oportunidades en la España interior", de evitar el "desastre ecológico" y de construir una Europa autónoma, que no dependa del gas, el petróleo o el uranio de Rusia, de EEUU, del norte de África y de Oriente Medio.

Defiende que la posición del Gobierno no ha "cambiado" en estos años. Para prorrogar la vida de las nucleares, estas deben garantizar la seguridad de la población y de suministro, y que no lo costeen los ciudadanos, sino los "ultrarricos que presiden las energéticas"

Sánchez esgrimió que la posición de su Gobierno es coherente y "no ha cambiado" en los últimos siete años. Recordó que fueron las empresas energéticas las que pactaron en 2019 con la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) el cierre escalonado de las plantas nucleares, que se extendería desde 2027 hasta 2035. Si las empresas ahora acuerdan un calendario distinto, apuntó, el Ejecutivo lo estudiará. Pero ya adelantó que solo podría haber un improbable en caso de que cumplieran tres requisitos "de sentido común". Uno, que la prórroga de la vida útil de las centrales garantice la "seguridad de la población". Dos, que sea "económicamente viable", que salga no del bolsillo de los contribuyentes sino de los "ultrarricos que presiden esas energéticas" (porque son 20.000 millones el coste para los ciudadanos, ha repetido mil veces Aagesen). Y tres, que la medida garantice la "seguridad de suministro eléctrico". "Ya me dirán lo ideológico que es esto", ironizó.

Los "lobistas legítimos" y los "lobistas políticos" en la derecha

Para el Gobierno, esos tres requisitos están "muy lejos" de cumplirse. Para empezar, porque las eléctricas no han pedido todavía la extensión de la vida de las nucleares, lo que prueba para él que las cosas no son tan claras como las quieren hacer ver "los lobistas amateurs", sentenció, en un rejonazo a la derecha de PP y Vox. Pero otra razón es que estas tecnologías son "menos competitivas" que las renovables y plantean el problema del almacenamiento de los residuos, hasta el punto de que los gobiernos autonómicos que reclaman el mantenimiento de las plantas atómicas "miran para otro lado" cuando se les pregunta si querrían alojar en sus territorios un cementerio nuclear. Y además, apostilló, los que defienden rehacer el calendario de cierre omiten que las eléctricas piden una bajada del impuesto energético y de la tasa Enresa, lo que repercutiría en el bolsillo de los ciudadanos y mermaría los ingresos del Estado, necesarios para financiar el Estado del bienestar. Este es un dato, siguió, que "ocultan" no solo los "lobistas legítimos [de las nucleares] que hay fuera de las Cortes Generales" —o sea, las eléctricas—, sino también los "lobistas políticos que tenemos en estas Cortes Generales". Otro ataque a las derechas. "En la actualidad, no hay un solo estudio serio que diga que las nucleares son imprescindibles en España", zanjó.

El futuro energético de España es verde o será muy gris", remarca, contraponiendo su modelo al "obsoleto, poco competitivo y altamente contaminante" del PP. Solo la importación de hidrocarburos suponía un coste de 42.500 M€ al año, aduce

Así que, a ojos del Ejecutivo, el futuro de la energía reside en las fuentes limpias, como la hidroeléctrica, la solar, la eólica o el hidrógeno verde. El presidente subrayó que si su coalición apoya las energías verdes no es por "ideología" o por "oscuros intereses económicos", sino porque "sabe que el futuro energético de España o es verde o será muy gris".

Refutó al PP su modelo, ya "obsoleto, poco competitivo, altamente contaminante y muy injusto", ya que gravaba fiscalmente al sol, volcaba "millones de toneladas de CO2 a la atmósfera" y obligaba a la importación de hidrocarburos, con un coste de 42.500 millones de euros al año, "el doble de lo que gastamos en prestaciones por desempleo y ocho veces lo que gastamos en educación". El resultado, argumentó, es que España era muy dependiente del exterior, causaba un "inmenso impacto medioambiental" y estaba "condenada" a los precios de la electricidad "más caros de Europa".

Sánchez criticó el "cortoplacismo" de quienes se "indignan por esos 400 millones de euros perdidos" de consumo el día del corte de suministro, el 28 de abril, y no se lamentan por los "más de 150.000 millones que se perderán en las próximas décadas si no nos adaptamos y mitigamos la emergencia del cambio climático". "Y qué gran acto de cinismo es lamentar las cinco vidas que tristemente se perdieron por el apagón e ignorar las más de 8.000 que se pierden cada año en España como consecuencia del cambio climático", recriminó.

Sánchez no avanza medidas, pero sí apunta líneas de trabajo, como continuar reforzando las infraestructuras de almacenamiento y distribución o ampliar las interconexiones con Europa

El líder socialista no avanzó medidas. Por la misma razón, porque primero hay que conocer las causas del apagón. Pero sí apuntó la línea de trabajo que habrá que seguir: ampliar y modernizar las interconexiones con Europa, "continuar reforzando las infraestructuras de almacenamiento y distribución", y seguir invirtiendo en tecnologías y desarrollar los marcos regulatorios que permitan a las renovables "contribuir al mantenimiento de la tensión del sistema como hacen las energías síncronas". El Ejecutivo, presumió, lleva siete años en ello: se ha aumentado un 55% la inversión en las infraestructuras de transporte eléctrico respecto a las que hizo el Ejecutivo de Mariano Rajoy, se han gastado 522 millones en la digitalización de la red de distribución, se han adjudicado ayudas para crear más de 4,4 GW de almacenamiento y se han realizado trabajos para aumentar las interconexiones en el extranjero en 1.000 MW a finales de 2025.

Sánchez pidió "colaboración" y "responsabilidad" a los grupos, abandonar "tacticismo político" y hacer caso a la ciencia, porque el Gobierno "lo hace". Señaló el ejemplo que habían dado los ciudadanos el 28 de abril, cuando demostraron "responsabilidad, civismo, solidaridad y calma". "El cero de suministro eléctrico hizo que tuviéramos una sociedad de diez. Y somos nosotros los que debemos estar a la altura".

Casi 100.000 empleos por el plan de defensa

Ese pasaje le sirvió para conectar con el segundo gran asunto de su comparecencia, los 10.471 millones de euros extra que el Gobierno invertirá en defensa para llegar a un gasto total del 2% del PIB. Sánchez garantizó que se canalizarán los fondos hacia los corredores industriales de seguridad y defensa ya consolidados, para generar empleo (se prevén 36.000 directos y 60.000 indirectos) y modernizar sus procesos productivos. Pero también se extenderá la inversión a sectores estratégicos como las tecnologías digitales, las telecomunicaciones o aquellos "más vulnerables ante posibles aranceles de EEUU". Y se exigirá a las empresas tractoras de unos y otros sectores que involucren a pymes y startups.

Sobre defensa, se limita a reproducir su exposición del 22 de abril y enfatiza que el plan extenderá la inversión también a los sectores "más vulnerables" ante los aranceles de EEUU

Sánchez se limitó a desgranar los detalles que ya aportó en su comparecencia ante los medios del 22 de abril, cuando contó el plan de seguridad y defensa que 24 horas después el Ejecutivo presentó a la OTAN. Como entonces, insistió en que no se tocará ni un céntimo de euro de gasto social ni medioambiental, y en que la mayor parte del dinero movilizado se quedará en Europa y, sobre todo, en España (el 87%, unos 9.000 millones, irá a parar a empresas y trabajadores españoles de diferentes sectores y distintas CCAA).

El presidente reiteró que el plan aportará entre 0,4 y 0,7 puntos del PIB. Es decir, que el Ejecutivo estima que sentará bien al país. "Lo que vamos a hacer es aprovechar esta crisis de seguridad que han causado otros, este giro copernicano en la política internacional de alguna gran potencia, para seguir modernizando nuestro tejido productivo y seguir convirtiendo a nuestro país en la locomotora económica de Europa". Después, pasó a concretar las cinco grandes partidas del plan. La más importante en volumen, el 35,45% del total, se destinará a mejorar las condiciones laborales de las Fuerzas Armadas, su preparación y entrenamiento. El número de efectivos crecerá, dijo, en torno a 7.600 nuevos soldados. El paquete de inversión, siguió, estará "a la altura de las amenazas" que enfrenta Europa, pero también de los "valores del Gobierno de coalición progresista". Una forma también de intentar tranquilizar a sus socios, de recalcar que el Ejecutivo no cruza ninguna línea roja de izquierdas. Pero el debate caminaba este miércoles por el sendero del apagón.