El exdirigente de Podemos y exvicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, rehuyó este martes el choque directo con el presidente Pedro Sánchez una vez se han filtrado diversas conversaciones comprendidas entre finales de 2020 y el primer cuatrimestre de 2021 en las que el socialista emplea un tono despectivo contra el entonces también mandatario de Podemos. El líder del Ejecutivo las mantiene con el ya ex ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y ex secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos. Concretamente afean la actitud de Iglesias en torno a la ley antidesahucios aprobada a finales de diciembre de 2020 y, posteriormente, por su paso adelante para dejar todos sus cargos de Gobierno y presentarse como candidato a las autonómicas de Madrid en mayo de 2021.
No obstante, pese a no posicionarse directamente sí que validó a través de X las posiciones que tanto en Podemos como en su aparato mediático Canal Red han ido haciendo. Compartió las valoraciones de la secretaria Internacional morada, María Teresa Pérez, por la mañana en el programa El Tablero, en las que ésta afirmó que Sánchez, después de decir que no podría dormir con Podemos en el Gobierno, ir a repetición electoral y finalmente firmarlo, "muestra su incomodidad con los socios" y que "no quería hacer" reformas "y se le obligó". También difundió Iglesias el cierre protagonizado por la presentadora y periodista afín, Laura Arroyo, en la línea de Pérez, incidiendo en la incomodidad que Podemos generaba al PSOE. Nada más.
Por la tarde, a la entrada al pleno del Congreso de los Diputados, Ione Belarra, líder de Podemos, siguió esa línea. Aprovechó el impacto de los mensajes para reforzar la tesis en la que vienen insistiendo los morados frente a Sumar desde hace meses, con especial intensidad desde su última asamblea de abril. A diferencia de los de Yolanda Díaz, "la presencia de Podemos era un problema permanente para el PSOE porque impulsábamos cambios", dice Belarra de esa ley antidesahucios que disgustaba a los socialistas. "Se ha demostrado que era buenas para proteger a los ciudadanos" tras el impacto de la pandemia "y revela hasta qué punto fue de cruda la batalla por la ley de vivienda", algo que enfrentó a los dos socios en Moncloa.
Fuentes de Podemos evitan entrar de lleno, pese a todo, en la cuestión. Se muestran prudentes, pero sí recalcan que esto demuestra que "al PSOE solo le importa el PSOE" pese a la necesidad de "gobernar con ellos" y de conducirles hacia reformas. Los morados, con todo, trasmiten un tono agradable ante ello, porque les ayuda a reforzar el perfil díscolo y crítico con Sumar que vienen manteniendo desde la ruptura con los de Díaz. Avala la tesis de que Sumar es la "izquierda dócil" y promocionada por el PSOE para gobernar "más tranquilos", algo que dijo Irene Montero en una entrevista en TVE previa a la asamblea de Podemos en abril. Algo esencial para afrontar el debate sobre la candidatura que se debe presentar en Andalucía y el encaje del resto de fuerzas que piden unidad.
Las conversaciones sobre Iglesias
En las conversaciones, publicadas por El Mundo, la actitud de Iglesias respecto a la ley antidesahucios no gusta a Sánchez. Lo que plantea Podemos no es de su agrado: "Da la sensación de que es un negociazo para la okupación y los grandes tenedores [...] yo por ahí no paso", le dice a Ábalos. Pese a todo, alcanzan un acuerdo e Iglesias, en plena comparecencia de Ábalos —ministro del ramo—, lo contraprograma para ensalzar el papel de Podemos en redes, explicando las medidas con un vídeo.
"¡Qué torpe es Iglesias lanzando su vídeo en plena RP! ¡Yo creo que ya no es maldad sino estulticia y gente sin equipo que le dé tres vueltas a las cosas!", dice Sánchez a Ábalos. Ábalos, días más tarde, le traslada a Sánchez que Iglesias, en una intervención en Twitch, lo valora como "un tipo con agallas y honesto" dentro del PSOE. "Un maltratador. Cuñadísimo", le contesta el presidente. A ello Ábalos dice: "Ya decía Quevedo: 'Puede haber puñalada sin lisonja, pero pocas veces hay lisonja sin puñalada'".
Por otro lado, Sánchez creen que el salto de Moncloa a la Comunidad de Madrid de Iglesias, que tras salvar a Podemos le haría dejar paso a Belarra, es una respuesta al desgaste y el descontento de morado en el Gobierno. "Me dice Yolanda [Díaz] que se siente muy quemado", expresa Ábalos, a lo que Sánchez afirma que es una estrategia de "sujétame el cubata". "Nunca es la última", afirma Sánchez, certero en vista a los pasos que ha seguido el exvicepresidente desde su canal a la Taberna Garibaldi, que ampliará tras conseguir financiación de los votantes de Podemos.
Impulso para afrontar el dilema andaluz
La reivindicación de izquierda transformadora frente a Sumar a partir de esos mensajes viene a Podemos como anillo al dedo en un momento en el que se les aproxima un dilema. Las fuerzas de izquierda en Andalucía llevan negociando desde hace meses una reedición de la alianza Por Andalucía, que unió en 2022 para las elecciones autonómicas a IU, a Más País Andalucía, Verdes Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz. La tardanza para lograr un acuerdo supuso que Podemos quedase por minutos fuera de la candidatura oficial, por lo que se tuvo que hacer un remiendo jurídico posteriormente. Con todo, la coalición en el Parlamento destaca por estar compuesta por tres miembros de Podemos de los cinco cargos electos. No hay aparente intención de dejar el grupo de momento.
Sobre la mesa, para acercarse de nuevo a ello e incluir a Podemos, que ahora medita si ir en solitario o no, el Partido Comunista de Andalucía (PAC) e IU Andalucía, las federaciones más potentes que se presentan, han trasladado a los grupos un modelo de primarias horizontal, donde se elaboraría un censo desde cero y no se permitirían vetos de ningún tipo. Una forma de enmendar los errores de Díaz en la elaboración de listas de las últimas generales, donde se vetó tanto a Montero como a Pablo Echenique. En principio agrada a todos, pero en Podemos alejan ese debate. Creen que las formas es secundario, que antes debe decidirse quiénes. Y pese a que el resto de compañeros lo tienen claro, el veto a Sumar sigue estando sobre la mesa. Podemos no quiere colaborar con fuerzas que avalan el incremento del gasto en defensa y la escalada militar. Y a su juicio, tanto IU como Sumar lo hacen estando en coalición con el PSOE, pese a dejar claro su rechazo.
Podemos cree que IU debe definirse y o bien volver a sus valores fundacionales en torno al 'no a la guerra' o seguir en un Gobierno que aumenta el gasto militar
Fuentes de la dirección aseguran que IU quiere "estar en misa y replicando" al mismo tiempo. Creen que debe tomar la decisión de o bien ir de su mano, y conformar una candidatura coherente con un partido que nació al calor del 'no a la guerra', o bien seguir en una posición ajena a sus valores junto a Sumar. En base a esta posición, se avista un escenario de cuatro listas de izquierda —PSOE-A, IU y Sumar, junto a otros socios menores, la de Podemos y la de Adelante Andalucía— que difícilmente permitirá ser competitivos contra el PP y su mayoría absoluta.
IU confía en que la coherencia gane al relato. Podemos tiene alicientes como el económico o el de presencia en debates electorales públicos para acudir en conjunto, pero eso generaría un precedente que le haría complicado distanciarse de esa unidad a nivel de generales. IU no está por la labor de elegir entre "papá o mamá", pese a que internamente se da por amortizado a Sumar, al menos en manos de Díaz, y no tanto como espacio a tener en cuenta. Por ello, seguirá su propio camino si no hay capacidad de unir a la izquierda. Ya lo advirtió su coordinador federal, Antonio Maíllo, recientemente.
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