El rival directo, por paradójico que pueda sonar, es Isabel Díaz Ayuso, no Alberto Núñez Feijóo. Es la presidenta de la Comunidad de Madrid, y no el líder nacional del Partido Popular.
Pedro Sánchez quiso transparentar ese mensaje en su largo discurso a los diputados, senadores y europarlamentarios socialistas de este lunes. Un nuevo acto de apertura de curso, esta vez de consumo interno, en el que marcaba a los suyos las prioridades políticas para este año. Crecimiento económico, vivienda, refuerzo del Estado del bienestar, lucha contra la emergencia climática y una política exterior enfocada en la "paz, el respeto al derecho internacional y la justicia social fuera de España". Pero el presidente del Gobierno se cuidó de apuntar a sus compañeros cuál debe ser el objetivo. Y es más Ayuso que Feijóo. En buena medida, justifican en Ferraz, por la "incapacidad" del jefe del PP "para liderar y marcar el paso a su partido", por no saber escapar de la "pinza", esgrimen, que forman la baronesa madrileña y el máximo responsable de Vox, Santiago Abascal.
El presidente marca los titulares de la jornada al reafirmarse en su apoyo a las protestas propalestinas y pedir la salida de Israel de las competiciones internacionales. También al anunciar más medidas de vivienda. Pero lanza un mensaje político de profundidad para señalar a Ayuso y Moreno
El presidente marcó los titulares de la jornada con su respuesta a las protestas propalestinas que lograron paralizar abruptamente La Vuelta. Rechazó la "violencia", como "siempre" ha hecho su partido, recordó, pero mostró su apoyo y "admiración" por la movilización de la sociedad española contra el "genocidio" en Gaza, y pidió la expulsión de Israel de las competiciones internacionales, igual que se hizo con Rusia en 2022, después de su invasión de Ucrania. También encadenó varios anuncios de medidas para facilitar el acceso de la vivienda a los jóvenes, un problema acuciante que ha calado hondo en el electorado progresista y en el que apenas el Gobierno ha avanzado. Pero a renglón seguido sí enhebró un discurso de profunda carga política, de reorientación de la estrategia en estos primeros compases del nuevo curso político. A la ofensiva y con Ayuso en el foco. Y en un segundo escalón, Juanma Moreno, el presidente de la Junta, el oponente directo de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero y el que tiene que despejar una incógnita capital: cuándo convocará las elecciones autonómicas andaluzas, forzosamente antes del verano de 2026, y trascendentales para los dos grandes partidos. Feijóo apenas aparecía en el escenario pintado por el líder socialista. Deliberadamente.
Se trata de "defender el patrimonio de todos, de la clase media trabajadora, que es nuestro Estado del bienestar", dijo a su grupo. A partir de ahí, el presidente recordó que el Gobierno, desde que llegó a la Moncloa, ha inyectado 300.000 millones de euros más a las comunidades autónomas que cuando lideraba Mariano Rajoy el Ejecutivo. Recursos destinados, esa era la intención de la coalición, a la financiación de los servicios públicos. "Y, sin embargo, la sanidad, la educación, la dependencia, la economía de los cuidados que reciben nuestros ciudadanos no acaba de mejorar todo lo que debiera".
Para Sánchez, los gobiernos de la derecha usan el dinero del Estado para "privatizar" los servicios públicos y desviar los recursos "a cuatro grandes empresas afinaes y para regalos fiscales a los ricos"
¿Qué está ocurriendo? La respuesta es "simple y la dan los datos", se contestó a sí mismo. "Lo que está ocurriendo es que estos gobiernos de la derecha, apoyados por la ultraderecha, están usando ese dinero que les transferimos desde el Gobierno de España no para contratar médicos, ni para modernizar sus escuelas o para ampliar las camas de residencias de nuestros mayores. Lo están usando para privatizar esos servicios, para desviar recursos públicos a cuatro grandes empresas afines y para hacer regalos fiscales a los ricos en su territorio", explicó. Ya estaba haciendo zoom hacia Madrid. Y remató: "Os voy a dar algunos datos que yo creo que son muy ilustrativos de lo que está sucediendo en territorios importantes para nuestro país. Por ejemplo, en el que estamos, en Madrid".
Solo el 45% para los servicios públicos
El presidente apuntó que el Estado, desde 2019 a 2025, ha transferido a Madrid un total de 130.000 millones, 43.000 millones adiciones respecto a lo que le ingresó Rajoy. "¿Qué ha hecho el Gobierno de la señora Ayuso con ese dinero?", se preguntó sin rodeos, citándola explícitamente. "Pues ha derivado menos de la mitad, en concreto el 45%, a los servicios públicos". Y "el resto" lo ha "devuelto a través de regalos fiscales a las grandes fortunas de la capital por valor, por ejemplo, de 5.000 millones de euros y contratos a la empresa Quirón [el gigante sanitario, el principal contratista de la Administración regional] y a otras muchas empresas por valor de 1.000 millones".
Alude al "negocio redondo" que es la Comunidad de Madrid para "conseguidores como Alberto González Amador, que multiplicó por siete sus ingresos en un año, una terrible noticia" para los madrileños
Enseguida Sánchez presionó una tecla que hasta ahora no había usado de forma tan directa: la del novio de la presidenta madrileña, procesado por fraude fiscal y falsedad documental e investigado en una pieza separada por sus negocios con el grupo Quirónsalud. El jefe del Ejecutivo aludió al "negocio redondo" que suponen esos "regalos fiscales" de Ayuso para "conseguidores como Alberto González Amador, que multiplicó por siete sus ingresos en un año". "Una terrible noticia para siete millones de ciudadanos en Madrid a quienes cada día les cuesta más obtener una cita médica o una plaza de educación para sus hijos", completó.
Atornilló más el presidente su mensaje: 130.000 millones totales, 43.000 adicionales y solo el 45% para servicios públicos y "el resto a regalos fiscales para las grandes fortunas de la capital y grandes empresas que, oh, casualidad, acaban también vinculadas con algunos de sus familiares".
El presidente combate a los barones del PP por no destinar la financiación extra al refuerzo del Estado del bienestar. Lo que hacen es "beneficiar a unos pocos privilegiados", "a los mismos" de siempre, y se "permiten el lujo", dice, de rechazar la quita
Con Moreno se explayó menos. Son 54.000 millones adicionales para Andalucía, un 47% más de lo transferido por Rajoy, y la Junta ha dedicado "uno de cada cuatro euros" de esa financiación extra "a cosas que no tienen nada que ver con los servicios públicos". "Solo se ha acordado de la sanidad para darle 1.500 millones de euros a compañías privadas y ha cerrado más de 2.000 aulas públicas al tiempo que renunciaba a 120 millones para crear 12.000 plazas de educación infantil gratuitas", censuró. "Y podría poner ejemplo tras ejemplo en Castilla y León, Murcia, Aragón, Galicia, Baleares, Comunitat Valenciana", territorios en los que gobierna la derecha "con la participación activa o no de la ultraderecha". El PP lidera 11 CCAA (y las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla) y cogobierna en Canarias con Coalición Canaria. Vox ya no forma parte de los ejecutivos regionales pero algunos sí los sigue sosteniendo desde fuera, caso del valenciano, que dirige Carlos Mazón. La crítica, por tanto, era demoledora: los barones del PP están "desviando" el dinero público del Estado, los 300.000 millones de euros más, incidió, para "beneficiar a unos pocos privilegiados". "A los mismos, por cierto, que financian sus campañas, sus plataformas propagandísticas o que contratan a sus familiares con salarios estratosféricos".
Sánchez cargó así duramente contra los gobiernos autonómicos del PP, pero personalizó en Ayuso y, en menor medida, en Moreno. A los barones populares les recriminó asimismo "permitirse el lujo" de "rechazar la quita de casi 60.000 millones de euros que ellos mismos pedían". El Consejo de Ministros aprobó el pasado 2 de septiembre la condonación de 83.252 millones de pasivo de las CCAA, y siete de cada 10 euros, citaba entonces Montero, beneficiarían a los gobiernos del PP (casi 60.000 millones). Al decir no a la quita —y Ayuso y Moreno han sido los más beligerantes— renuncian a un total de 6.700 millones en intereses, que son "1.000 millones de euros más de lo que dedican al año todas las comunidades del Partido Popular a financiar sus
universidades públicas".
Del geranio a la pulsera para los pirómanos
En el discurso de Sánchez, de unos 55 minutos, solo asomó el nombre de Feijóo una sola vez, relacionado con la emergencia climática. Después, eso sí, de la mención a Ayuso, por "frivolizar con la evidencia científica" del cambio climático cuando afirmó, en la campaña de las autonómicas de mayo de 2023, que "el problema del calentamiento global se arregla poniendo un geranio en cada balcón de nuestras ciudades". "Hemos visto también al señor Feijóo, el jefe de la oposición, decir que el [problema] de los incendios de sexta generación se resuelve, ojalá fuera así de sencillo, poniéndole una pulsera de geolocalización a los pirómanos, a pesar de que estos solo causan un 3% de los fuegos", se burló.
El que se borra como líder de la oposición es Feijóo desde el momento en el que hace seguidismo a Abascal y Ayuso, cabezas visibles de la ultraderecha. No es cosa nuestra, es su propia incapacidad para liderar y marcar el paso a su partido", aduce Ferraz
En Ferraz y en la Moncloa reconocían que Sánchez había puesto el acento voluntariamente en la presidenta madrileña. "El que se borra como líder de la oposición es Feijóo desde el momento en el que hace seguidismo a Abascal y Ayuso, que son las cabezas visibles de la ultraderecha. No es cosa nuestra, es su propia incapacidad para liderar y marcar el paso a su partido", apuntaban en el cuartel general de los socialistas. "Lo desdeñamos nosotros y la encuesta del Abc de este lunes", ironizaban por su parte desde el Gobierno, en referencia al sondeo de GAD3 para el rotativo de Vocento, que deja al PP con los mismos 137 escaños actuales y dispara a Vox hasta los 61 diputados, por los 33 actuales.
Sánchez llamó a los suyos a concentrarse en la acción de gobierno, a no caer en los "insultos", precisamente para distinguirse de una "derecha tradicional", la del PP, que ha caído en el "colapso político" y que "ha decidido mimetizarse con la ultraderecha, en el fondo y en la forma". A la socialdemocracia española le toca, dijo, "inspirar" a otros partidos hermanos, "ser la luz en un tiempo oscuro", ya que es de las poquísimas formaciones de izquierdas que lideran sus países. El PSOE, añadió, debe servir de "brújula a los demás", como antes lo fueron la socialdemocracia escandinava o alemana. "Nosotros elegimos construir y gobernar. Gobernar para reforzar el Estado del bienestar", remarcó a su grupo, por oposición al PP y la que dibuja como franquicia más radical, la madrileña.
Durante un tiempo, el PSOE evitaba confrontar con Ayuso de manera directa. Ocurrió en la campaña de 2021, que la presidenta convocó para liberarse de Ciudadanos (y lo logró), para procurar no victimizarla. Pero mucho tiempo ha pasado desde entonces y la cúpula socialista y el Ejecutivo defienden que hay que combatir a la dirigente popular desde su mismo terreno. Sin concesiones. Eso explica, entre otras razones, que Sánchez apostara por su ministro para la Transformación Digital, Óscar López, como nuevo secretario general del PSOE madrileño antes incluso de que cayera Juan Lobato por haber "traicionado" —así se sintió en la federación— a una de sus compañeras, Pilar Sánchez Acera, hoy número dos de López en el partido. "¿Quién victimiza a Ayuso? No creemos que nadie la tenga por víctima de nada. Nadie la cree ya. Se le acabó el crédito", indican desde Ferraz.
En el cuartel general no temen victimizar a Ayuso: "No creemos que nadie la tenga por víctima de nada. Nadie la cree ya. Se le acabó el crédito". Ella fue más allá este lunes, al comparar lo sucedido en la última etapa de La Vuelta con el asedio de cuatro años a Sarajevo
Para la dirección socialista, lo sucedido con La Vuelta es especialmente revelador. Ayuso fue más allá que su jefe de filas. Ella ya dijo que Sánchez sería responsable de cualquier "altercado" que se produjera antes incluso de que echara a andar la última etapa, ella fue la que saludó al equipo Israel-Premier Tech y se hizo la foto con sus corredores, ella fue la que habló de que los que se vio en las calles de Madrid fue "kale borroka". Ella fue la que este mismo lunes comparó las protestas propalestinas en la ronda española con el sitio a Sarajevo, que duró casi cuatro años, desde abril de 1992 hasta febrero de 1996, y que dejó miles de muertos. Feijóo culpó al Gobierno de haber "permitido e inducido" las movilizaciones y de haber provocado un "ridículo internacional televisado", aunque este lunes subió un escalón y hablaba ya de "violencia política".
"Es que si quieres confrontar con el PP tienes que confrontar con Ayuso. Es ella la que lleva la voz cantante en el tema Gaza. El que queda atrapado en ese sándwich entre ella y Abascal es Feijóo", justificaban en Ferraz. La presidenta madrileña representa la línea dura de la oposición del PP, en la "ultraderecha" la sitúa repetidamente la cúpula socialista. Este lunes, el ministro Óscar López reprochaba a Ayuso, pero también al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que "nieguen el genocidio", que hagan declaraciones a favor del primer ministro judío, Benjamin Netanyahu, que "ni los votantes del PP comparten". Y acusó a la presidenta madrileña de "provocación" al fotografiarse con el equipo israelí en la salida de la etapa, en Alalpardo.
El ministro López lidera una oposición más dura contra Ayuso en Madrid. Ha pedido de forma reiterada su dimisión, la última después de que trascendiera la declaración ante la jueza de las dos técnicas de Hacienda que investigaron a Amador
El ministro ha pedido en repetidas ocasiones la dimisión de Ayuso —también lo ha hecho Sánchez—, y el pasado jueves volvió a reclamarlo después de que aflorasen las declaraciones que hicieron en sede judicial el pasado 27 de marzo las dos técnicas del Ministerio de Hacienda que investigaron a González Amador durante 19 meses y que confirmaron sus indicios de fraude fiscal y de utilización de facturas falsas. La baronesa popular, dijo López, "no tiene otra salida: game over". En el Ejecutivo creen que al final Ayuso, aunque muy fuerte hoy todavía en las encuestas, acabará cayendo, antes o después. Y no se inhibirá de confrontar con ella, conscientes como son los socialistas de que Madrid es una pieza fundamental en el tablero, en el que ha de acortar las distancias para recortar la ventaja del PP.
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