"Todo lo que hemos vivido este tiempo ya se veía que acabaría así". "Es un proceso judicial que sigue su curso". "El daño creo que será limitado". "Terrible. Vergonzoso. Apretar los dientes no puede ser la respuesta". "Igual que la semana pasada, no cambia nada". "Nuestra gente está muy muy jodida". Eran las primeras respuestas que latían este jueves en el PSOE. En el Gobierno, en algunas federaciones, en dirigentes críticos. Todos comparten la indignación, la vergüenza por la entrada en prisión de José Luis Ábalos, el segundo secretario de Organización del partido, el primer diputado nacional en ingresar en la cárcel de toda la historia de la democracia. Un golpe durísimo que los socialistas trataban de digerir a duras penas, insistiendo en que el caso, aun siendo grave, muy grave, no ha escalado, dado que no afecta —al menos por ahora— ni al presidente, Pedro Sánchez, ni a sus ministros, ni se acusa al PSOE de financiación ilegal. Pero la imagen del bochorno se solapó este 27 de noviembre con otra muy delicada para el Ejecutivo: la nueva evidencia de la pérdida de la mayoría parlamentaria con la derrota, aunque esperada, de la senda de estabilidad, la primera piedra de unos Presupuestos, los de 2026, que con toda seguridad no podrán ver la luz.
Ábalos y su exasesor ministerial, Koldo García, durmieron su primera noche en Soto del Real, justo una semana después de que saliera del penal, tras pasar casi cinco meses dentro, Santos Cerdán, su sucesor en la poderosa Secretaría de Organización del PSOE. Uno salió, el otro entraba. Una decisión que ya se veía venir desde hacía una semana, cuando la Fiscalía hizo públicos sus escritos de acusación contra ambos por la primera pieza del caso Koldo, la que afecta a la compraventa de material sanitario en lo peor de la pandemia: 24 años de prisión para Ábalos, 19 y medio para García, solicitudes que las acusaciones populares elevaron a los 30 años para los dos.
Este jueves, ambos regresaron al Supremo para la vistilla de revisión de sus medidas cautelares y el magistrado instructor, Leopoldo Puente, siguiendo el criterio del Ministerio Público, ordenó su ingreso en la cárcel al apreciar riesgo "extremo" de fuga por las elevadas penas de prisión que afrontan y la cercanía del juicio. No solo existen "numerosos indicios racionales de criminalidad", sino que el peligro de que el extitular de Transportes y su exasistente puedan sustraerse a la acción de la Justicia es "máximo" en este momento, por lo que no eran suficientes las cautelares que pesaban sobre ellos hasta ahora —comparecencias periódicas y retirada del pasaporte—. El riesgo de fuga se agravaba, adujo el juez, por la naturaleza "no recurrible de la sentencia que en su momento recaiga" contra ambos, dado que ese fallo será firme, al ser el Supremo el que los juzgue. Y pronto.
Aunque los socialistas entendían que este era el final lógico, la decisión ya se vislumbraba irreversible en cuanto la Fiscalía pidió cárcel provisional, ya que Puente ha secundado la opinión de Anticorrupción. Por eso el Gobierno aparentó normalidad. "Es un proceso judicial que sigue su curso. No es nada que no supiéramos", justificaban en la Moncloa. La vicepresidenta primera del Ejecutivo y número dos del partido, María Jesús Montero, apuntaba a la salida del pleno del Congreso que la decisión del Supremo no suponía "ninguna novedad" y recordó que los socialistas ya "tomaron medidas" y actuaron "con contundencia", "desde el primer minuto", cuando se conocieron las presuntas irregularidades de la trama. Así, presionó a Ábalos para que dejara su escaño después de la detención de Koldo —el exministro se negó, pasó al Mixto, se le suspendió de militancia (solo se le echó 16 meses después)— y forzó la caída de Cerdán en cuanto trascendió el demoledor informe de la Guardia Civil contra él, el pasado junio.
Sánchez no se pronunció sobre el ingreso en prisión de su ex número tres, del hombre que defendió la moción de censura contra Mariano Rajoy en 2018, de quien fue absoluto peso pesado de su Ejecutivo y de su cúpula en el partido. La noticia saltó durante el acto que le montó su equipo para que presidiera el acto de firma del acuerdo alcanzado por el Ejecutivo con UGT y CSIF para la subida del sueldo de los empleados públicos. Desde Ferraz, se limitaron a indicar que este era "un paso más en un procedimiento judicial" que cuenta con todo el "respeto" del partido. Ahora, dijeron desde el cuartel general, "es el tiempo de la Justicia". "Frente a cualquier indicio de corrupción, el PSOE actúa con tolerancia cero, con transparencia y con medidas contundentes desde el primer minuto. Ojalá todos los partidos hicieran lo mismo". La dirección pasó al ataque contra el PP: "No aceptamos lecciones de quienes han tenido cajas b, sobresueldos o sentencias firmes por corrupción. La corrupción también retrata a quienes actúan frente a quienes miran hacia otro lado. Y no quepa ninguna duda: este partido siempre estará entre quienes actúan".
El exministro se queda con el escaño
Ábalos, también como se preveía, y contrariamente a los deseos de la Moncloa, no renunció a su escaño, por lo que el Congreso inició los trámites para suspenderle sus derechos como diputado, por lo que a partir de ahora, aunque retenga su acta y forme parte legalmente de la Cámara baja, no podrá votar ni participar en la actividad parlamentaria. Las mayorías no se van a tocar —la absoluta quedará, previsiblemente, en los 176 diputados, igual que ahora, aunque el hemiciclo lo compondrán 349 señorías, y no 350—, pero no afectará demasiado a la difícil aritmética con la que de suyo ya tiene que bregar el Gobierno. Sobre todo porque los siete representantes de Junts ya están oficialmente fuera del bloque de investidura. Y este jueves escenificaron esa ruptura al votar, junto a PP, Vox y UPN, contra la senda de estabilidad. Los objetivos de déficit y deuda pasarán otra vez por el pleno en diciembre, con el previsible mismo resultado, el que también recibirá el proyecto de Presupuestos de 2026 cuando llegue a la carrera de San Jerónimo, hacia febrero.
Apenas unas horas separaban las dos noticias muy adversas para Sánchez: el rechazo de la senda —otra señal más de su extrema fragilidad parlamentaria— y el encarcelamiendo de su segundo secretario de Organización del partido por graves indicios de corrupción.
El PSOE se afanó por naturalizar lo ocurrido. Como si (casi) nada hubiera pasado. "Esto ya lo tenemos llorado. Tomamos decisiones muy rápido y contundentes. Ni Ábalos, ni Koldo ni Santos son PSOE. Es verdad que Ábalos y Santos eran la mano derecha de Pedro, pero hace tiempo que ya no lo son, y Pedro lo ha llorado también, y ha dado la cara. Y no hay ni una sola insinuación en las cientos de páginas de los informes de la UCO que hagan referencia al PSOE. Nada de nada", defiende una integrante de la dirección socialista. Sin embargo, la pesadilla para el partido podría proseguir con otra derivada del caso, ya que la Audiencia Nacional investiga los pagos en metálico de la formación, por si pudo haber blanqueo de capitales o "desfalco cometido contra el partido", porque el fiscal, y con él el juez instructor, Ismael Moreno, entiende que las explicaciones dadas por Ferraz no son suficientemente "esclarecedoras", porque no queda claro el origen de todo el efectivo manejado.
Los próximos días darán la medida de hasta qué punto ha calado en la médula del PSOE la entrada en prisión de su segundo jefe del aparato, un puesto absolutamente clave y sagrado en la organización. Pero, al menos en las primeras horas, las que siguieron a la decisión del juez de enviar a Ábalos y a García a Soto del Real, los dirigentes consultados por este diario señalaban que la conmoción no era equiparable a la que siguió a la caída de Cerdán. El destino final del exministro de Transportes ya estaba más asumido. El "impacto" de la imagen de su llegada a la prisión en un furgón policial nadie lo negaba, tampoco en la Moncloa, pero se daba por "descontado" y, a priori, no parece que pueda volver a remover los cimientos del partido ni, mucho menos, provocar una rebelión contra Sánchez.
No se atisba un movimiento contra el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno porque su autoridad interna, entre otras razones, sigue siendo incontestable. "Es todo un poco tremendo ya, pero es verdad que estamos ya en otra liga. Yo creo que la gente está más tranquila —señala una destacada dirigente de una federación de peso—. Se veía venir. Pero Pedro pasó de pantalla hace meses y todos con él. Puede que pasara demasiado rápido de pantalla, pero no será el partido el que lo cuestione". Un barón autonómico cree que las coordenadas no cambian: "Estamos igual que la semana pasada", sanciona, refrescando lo que ocurrió cuando se conoció el segundo informe de la UCO sobre Cerdán, que apuntaló los indicios de criminalidad sobre él. El partido sintió indignación, se removió, entendió que ese documento policial servía como "dosis de recuerdo", pero ahí quedó todo. No varió ni un milímetro el rumbo de una legislatura ya muy intrincada y explosiva. "Esto no cambia nada", continúa, para negar que este hito nuclear en el proceso sirva para aumentar la presión sobre el presidente. No cree este máximo líder territorial que se vuelva a reproducir el movimiento a favor de un adelanto electoral, una reclamación que sí se oyó en junio, en los momentos de mayor zozobra interna.
"No hay ningún sentimiento de solidaridad con él"
Otros responsables de primer nivel contactados convergían en el análisis. "Lo que pedimos es que dimita de diputado ya, pero yo no veo mucho más de lo que ya había. Este es un tema parcialmente amortizado", precisa un jefe de un aparato autonómico. "No es un mazazo, Ábalos es una decepción, y no hay ningún sentimiento de solidaridad con él —manifiesta otro responsable de Organización—. El daño que pudiera hacer él a nuestro partido ya lo hizo cuando se supo todo y cuando se escucharon los audios [con Koldo en los que ambos trataban a mujeres prostituidas como mercancía]. De hecho, en el PSOE hay más indignación con la actuación del Tribunal Supremo con el fiscal general del Estado que con historias pasadas que están amortizadas". "Yo, o soy muy raro, o ni siento ni padezco. Esto está ya más gastado", expresa un máximo responsable territorial.
Otro secretario de Organización de una federación de muchísimo peso en el conjunto del partido comparte la opinión: "Era lo esperado. Casi en cierta medida estamos aliviados de que esto pase rápido. Con Santos y con Ábalos se actuó con rapidez y contundencia. Más tocados nos hemos quedado con la condena al fiscal general, que seguramente anime a la gente progresista de este país. Yo creo que la digestión de esto ya pasó. Mejor que estén en prisión que como estaban hasta ahora Ábalos y Koldo, de tournée mediática". "El partido está como debe estar, respetando al máximo las decisiones judiciales, colaborando con la Justicia y apartando a todo aquel involucrado en casos de corrupción", tercia otro responsable regional del aparato. "Sinceramente, Ábalos ya es pasado y el daño creo que será limitado", convienen fuentes de la cúpula del PSOE de Extremadura, la primera en someterse al examen de las urnas, el próximo 21 de diciembre.
"A Koldo y a Ábalos ya nadie les consideraba del PSOE. Todo lo que hemos vivido este tiempo ya se veía que acabaría así. De hecho, no se entendía mucho que hasta ahora no se les pidiera prisión preventiva", responde un altísimo mando institucional.
No obstante, hay dirigentes que sí trasladan mayor inquietud. Públicamente, el más explícito, como acostumbra, fue el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Antes de participar en un acto en el Senado en homenaje al expresidente aragonés Javier Lambán, fallecido este año, advirtió de que hay "multitud de espadas de Damocles sobre la escena política nacional". Y recalcó que, aunque haya quienes en el PSOE "se quieran engañar", la entrada en prisión de Ábalos sí puede impactar en la reputación del partido, informa EFE. "Podemos mirar para otro lado, pero lo cierto y verdad es que la opinión mayoritaria de la gente es que nos afecta y eso es lo doloroso", agregó el barón socialista, que sin embargo descartó que pueda hallarse financiación ilegal. Más bien ha sido al revés, dijo: el partido ha sido "víctima" de Ábalos, de Koldo y de Cerdán y "no es culpable".
"Estamos muy cabreados y preocupados, porque aunque era sabido que acabarían en prisión, toca vivirlo", verbaliza una responsable con mucho predicamento interno. Para un barón regional, "es sin duda un enorme golpe al partido, más allá de que no se pueda demostrar que haya habido financiación ilegal, pero es verdad que el impacto de Santos fue el primero". Una veterana dirigente cuenta el trajín de llamadas y mensajes: "La gente está muy muy jodida. Que no digan chorradas. Esto es un jaque mate. Durará lo que dure, pero está acabado. La gente está en shock. Esto es golpear en la misma herida y a fondo". Y si no hay movimientos internos, añade, es porque "casi no queda partido" por el hiperliderazgo de Sánchez y la práctica desaparición del debate puertas adentro y de los contrapesos. Pero advierte esta fuente de que hay que esperar, porque las respuestas nunca son "inmediatas". Para una secretaria provincial, el sentimiento es "indescriptible". "Pena, angustia, rabia... Estas cosas en nuestra gente noquea mucho. Iremos viendo reacciones y a ver cómo Pedro afronta esto, aunque no creo que vaya a haber virajes". "Terrible. Vergonzoso. Apretar los dientes no puede ser la respuesta —opina una destacada dirigente territorial de una federación crítica—. Nos va a costar mucho recuperarnos de esto. El PSOE no se merece esto. Falta contundencia en la condena y en la asunción de responsabilidades. Callar nos debilita. Es cierto que el PP fue peor, pero nosotros no somos el PP. Ni queremos sinvergüenzas a lo bestia ni sinvergüenzas a lo Torrente".
¿Tirar de la manta?
En la Moncloa, desde luego, no prevén ningún cambio de rumbo. El objetivo sigue siendo 2027. "Esto no afecta a la dinámica de la legislatura. Tranquilidad", claman. Ni siquiera agitó al equipo del presidente que Ábalos amenazara, en una entrevista en El Mundo poco antes de ingresar en prisión, con tirar de la manta. "Investigar Air Europa sería abrir el melón, y ahí podemos llegar a Begoña [Gómez]. Podemos llegar bien llegados", deslizó, volviendo a la pantalla de la supuesta influencia de la mujer del presidente en el rescate de la aerolínea, una línea de investigación que hasta ahora los tribunales han rechazado explorar por falta de indicios. El exministro estaba apuntando al presidente de manera directa (por segundo día consecutivo), ahora a través de su esposa, su flanco más sensible. "No tiene manta de la que tirar Ábalos. ¡Son mentiras!", exclaman en el círculo del jefe del Ejecutivo. "La verdad es que su credibilidad es cero", abunda otra alta responsable institucional muy cercana a Sánchez. "Quien nada hizo, nada teme. Por mí, como si se quiere poner la manta de bufanda", ironiza un presidente autonómico. Mientras, el PP metió más presión: su líder, Alberto Núñez Feijóo, convocó una nueva manifestación para este domingo en el Templo de Debod de Madrid, sin pulsar, de momento, el botón de una moción de censura que no contaría con los números para prosperar, ya que los socios entienden que la gravedad, con Ábalos en prisión, es la misma, porque las investigaciones por corrupción no han escalado.
"Obviamente, cada nuevo hito de esta historia horrible impacta y erosiona la capacidad de resistencia emocional de nuestras bases —observa uno de los interlocutores del líder socialista, alejado de las batallas orgánicas—. Con todo, hay elementos que si bien no disipan sí embridan en alguna medida el daño que esto nos hace: después de lo de Cerdán ya hemos metabolizado bastante el golpe en estos últimos meses, el alcance parece perimetrado, la confianza en el presidente sigue básicamente intacta y la determinación de combatir un tsunami de la derecha es vigorosa". Lo que a este responsable le preocupa bastante más es "la culminación del bloqueo político-legislativo", porque "una cosa es especular sobre cómo sería resistir gobernando sin poder legislar, pero cuando llega ese momento, te das cuenta de que es muy complicado".
Él no es el único que manifiesta su inquietud por la parálisis que atenaza la continuidad del mandato. La prueba clara fue la caída de la senda este jueves, aunque en la dirección incidían en que el pleno convalidó sin ahogos el decreto ley de ayudas a los afectados por la dana, en este caso con el sí del PP y del bloque de investidura, el no de Vox y la solitaria abstención de Junts. "Es verdad que podemos gobernar sin Presupuestos, aunque no sea lo óptimo, por los fondos europeos, a diferencia de otros momentos. De hecho, habrá más comunidades que no podrán aprobarlos. Es verdad que por ahora se siguen sacando leyes. Pero también hay que ver y mesurar bien los tiempos. Y en esto Pedro es un maestro".
En el fondo, la gran duda persiste: ¿Sánchez podrá llevar a término la legislatura, como promete siempre? ¿Es posible agotar el mandato, con la mayoría de investidura rota y con el avance judicial de los casos de presunta corrupción que impactan de lleno en el Gobierno y en el partido? Para la Moncloa, la única respuesta posible es el sí. Pero todo se complica día tras día en una legislatura infernal para el presidente.
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