Para Pedro Sánchez, "por supuesto" que lo que dice José Luis Ábalos "es mentira". No tiene base. Pero no le admitirá "ni chantajes ni amenazas". Ni a él ni a su entorno.

El presidente del Gobierno no había hablado hasta ahora sobre el ingreso en prisión de su ex número tres. Se había multiplicado en actos institucionales y de partido en los últimos días, pero no fue hasta este martes cuando respondió a preguntas de los medios, y lo hizo en sendas entrevistas en RAC1 y en el programa Cafè d’idees, de La 2 Cat y Ràdio 4, hoy difundido también por La 1. Dos espacios catalanes y en catalán no por casualidad, porque también quería dejar en ellos un mensaje para Junts, para intentar recomponer la relación rota. Porque asume "retrasos" y directamente "incumplimientos" con ellos, y por eso hoy mismo el Consejo de Ministros aprueba un real decreto ley "con algunos de los acuerdos" que los socialistas habían asumido, entre ellos, dijo, "flexibilizar a los entes locales y los ayuntamientos las inversiones financieramente sostenibles" para que los alcaldes y presidentes de diputación tengan más "facilidad para invertir en proyectos que no impliquen un gasto corriente", como la "construcción de vivienda" o la gestión del agua. 

Ambas cuestiones, los casos de corrupción y los gestos a Junts, atravesaron ambas entrevistas consecutivas, con las que el presidente quiso incidir en que hay legislatura para rato y en que su pretensión es llevar las generales, como ha venido repitiendo siempre, a 2027, al final de su mandato. El propósito era obvio: intentar dejar atrás el gravísimo caso Koldo / Ábalos / Cerdán y recuperar la iniciativa perdida cortejando a los posconvergentes.

Sánchez, respecto al exministro de Transportes, reconoció que tenía "confianza en él", pero "desde el punto de vista personal" —le dijo a la periodista de TVE Gemma Nierga— era "un gran desconocido". Es decir, que no sabía nada de sus comportamientos presuntamente corruptos cuando era un peso pesado tanto del partido como del Ejecutivo. El presidente hizo hincapié, sin embargo, en que ha actuado "con total contundencia, y no con connivencia", como a su juicio ocurría con el PP, y por tanto no hay una "corrupción estructural" en su Gobierno.

A partir de ahí, "todo el mundo tiene derecho a defenderse, pero ni el Gobierno ni el PSOE van a aceptar chantajes ni amenazas", "ni de personas" como Ábalos, pero tampoco de "organizaciones" como el PP, que en su opinión es el menos indicado para dar "lecciones" sobre corrupción. Era la línea argumental ya lanzada desde el viernes por su número dos, María Jesús Montero, y por la propia Ferraz. El ex número tres puede reclamar su derecho a la presunción de inocencia, convino, pero no tiene derecho a "esparcir este tipo de mentiras, bulos y desinformación", había asegurado también ante el periodista Jordi Basté en El món a RAC1.

El exministro no ha dejado de lanzar recados y amenazas al presidente en la última semana, en las horas previas y aun después de entrar en Soto del Real, a través de su cuenta en X —ahora gestionada por su entorno— y en entrevistas a medios de comunicación, que también está concediendo su hijo mayor, Víctor, para salir en su defensa. Con ellas vuelve a señalar, por ejemplo, a la supuesta participación decisiva de la mujer de Sánchez, Begoña Gómez, en el rescate de Air Europa, una cuestión sobre la que los tribunales no han visto indicios de criminalidad, al menos hasta ahora. Sánchez califica de "mentiras" por tanto lo dicho por su ex mano derecha, también que se reuniera con el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, en 2018 para pactar la moción de censura contra Mariano Rajoy.

"Hemos sido claros en que todo lo que se está diciendo por parte de José Luis Ábalos es mentira. Por tanto, no puedo añadir mucho más, no vamos a entrar en una espiral de querellas", respondió cuando Nierga le preguntó por qué no acude a la Justicia contra su ex número tres si todo lo que afirma son falsedades. "Nos estamos defendiendo de estas críticas. Es más, estoy diciendo que, por supuesto, nosotros no vamos a aceptar ninguna amenaza, ningún chantaje por parte ni de personas ni de organizaciones. Nosotros tomamos una decisión difícil, dura, contundente, asumiendo la responsabilidad de extirpar la corrupción, eso es lo que hicimos. A partir de ahora es el momento de los tribunales, y es ahí donde se tienen que dirimir las cuestiones".

Era obvio que Sánchez había elegido dos programas de gran difusión en Cataluña para lanzar esos guiños a Junts con los que intentar recoser una relación "rota", como admitió. Por eso adelantó en RAC1 primero y luego ante Nierga —la entrevista fue emitida también, por su relevancia, en La 1, para toda España— el contenido del decreto ley que iba a acordar minutos después el Consejo de Ministros y que necesitará del respaldo del bloque de investidura para lograr su convalidación en el Congreso. Además de esa flexibilización para las inversiones financieramente sostenibles, de las que podrán beneficiarse ayuntamientos o diputaciones provinciales no solo catalanes sino del conjunto del país, recalcó, el presidente añadió que el texto incorpora un mecanismo para "facilitar el cumplimiento de las obligaciones fiscales a las empresas". "Vamos a ampliar el plazo para promover dentro de esas empresas la digitalización de los procesos de facturación", precisó el líder socialista, recordando que era una demanda del empresariado catalán de la que se había hecho eco la formación de Carles Puigdemont.

Sánchez aseguró que en otra reunión del Consejo de Ministros, más adelante, el Gobierno prevé aprobar "una partida que ayude a los propietarios ante los impagos, en caso de arrendamiento a jóvenes o a familias vulnerables", como reclamaban los posconvergentes. Y sobre la proposición de ley propuesta por ellos para atajar la multirreincidencia, se congratuló de que la ponencia, que se reúne el próximo jueves en el Congreso, se halle ya "en la buena senda" para poder llegar "a un acuerdo con los distintos grupos parlamentarios".

Sí considera el presidente que ha cumplido con el compromiso con Junts de desclasificar los documentos secretos de la llamada operación Catalunya porque ya "se ha dado trámite" en la comisión de la Cámara baja. Y en lo que respecta a la publicación de las balanzas fiscales, señaló que se está "trabajando" para la "metodología de una cifra cierta o aproximada a la real sobre cuál es esa relación fiscal" entre Cataluña y el resto del Estado. El catalán en Europa es otra de las exigencias de Junts, pero ahí sí que admitió que está todo mucho más cuesta arriba pese a haberse abierto una negociación bilateral con Alemania, uno de los países más reticentes. "Ruido se produce, no por parte de la sociedad española, porque hay muchos votantes del PP que hablan gallego normalmente, o catalán o euskera. Pero el PP está haciendo un lobby en contra del reconocimiento de estas lenguas en las instituciones comunitarias". Es decir, que está en marcha ese grupo de trabajo con el canciller germano, Friedrich Merz, pero que este no se sustrae a la presión que sobre él ejerce el partido de Alberto Núñez Feijóo.

No tiene previsto el presidente, no obstante, una reunión con Puigdemont. "No estamos en ese estadio", asumió ante Basté, porque el diálogo ha colapsado, aunque no tendría "ningún problema" en verse con él. "Nunca" ha hablado con él en los años que lleva de presidente, ni por teléfono, "no se ha dado la ocasión". "En todo caso", indicó, "pese a que efectivamente el diálogo está roto y pese a que Junts, después de dos años de conversaciones, que se han mantenido principalmente en Suiza, las ha dado por finalizadas, el Gobierno y yo en particular tenemos muy claro que tenemos que cumplir con esos acuerdos, porque realmente merece la pena". Con su anuncio de "cumplimientos", espera poder sentar las bases para reiniciar el diálogo "en un futuro próximo".

(Noticia en ampliación)