Los dos episodios de presunto acoso sexual perpetrados por Paco Salazar sucedieron en la Moncloa, pero fueron denunciados en el PSOE, a través del canal interno activado por el partido el pasado verano. La pregunta que ha recorrido las filas socialistas esta semana es por qué. Si es que acaso las mujeres sintieron que la herramienta habilitada por el Gobierno era menos segura, si pudieron tener miedo, si tenían la sensación de que quedaban desprotegidas. Por eso en el Ejecutivo se plantean reiterar a los empleados del complejo presidencial —especialmente, las mujeres— que tienen todas las posibilidades a su alcance para denunciar si han visto o sufrido situaciones similares a las narradas por las víctimas del exdirigente sevillano.
Ese ejercicio de persuasión ya se llevó a cabo el pasado verano. Cuando estalló el caso Salazar, cuando trascendieron las acusaciones de comportamientos machistas contra él, las que impidieron su acceso a la cumbre del aparato del PSOE y las que forzaron su renuncia como secretario general de Coordinación Institucional del Gabinete del presidente, la Moncloa también se movió. La secretaria general de la Presidencia del Gobierno, Judit González, se dirigió en una charla a los que trabajaban con Salazar para animarles a denunciar por los canales internos, con garantía de "confidencialidad". Y se impartió un curso de lucha contra el acoso sexual y el machismo. Hoy, cinco meses después, en el Ejecutivo no consta "ninguna denuncia" por acoso.
Que sepan que la Moncloa es un lugar seguro y que si quieren, denuncien. Pero no buscamos que lo hagan porque no sabemos si pueden. Depende de si vieron o sufrieron algo", explican en el Ejecutivo
Según informaban este martes fuentes de la Moncloa, se ha decidido volver a sostener una conversación con los empleados del complejo y darles cuenta de todos los canales posibles. "Más que preguntarles o de empujarles, se trata de informar y de volver a ofrecer ayuda. Apoyamos para que sepan que la Moncloa es un lugar seguro y que si quieren, denuncien. Pero no buscamos que lo hagan porque no sabemos si pueden. Depende de si vieron o sufrieron algo. O si lo quieren hacer. Hay que respetar la voluntad de la gente", indican desde el círculo de Pedro Sánchez.
Desde hace más de un año está en vigor el real decreto 247/2024, de 8 de marzo, por el que se aprobó el protocolo de actuación frente al acoso sexual y el acoso por razón de sexo en el ámbito de la Administración General del Estado, que permite las denuncias anónimas y por canales internos. En la Moncloa intuyen que los casos que narran las dos mujeres que se dirigieron al PSOE ocurrieron hace años, puede que incluso en la época de mayor poder de Salazar, cuando era director adjunto de Gabinete (2020-2021). Esto es, cuando era mano derecha de Iván Redondo, el jefe de Gabinete de Sánchez. Ambos cayeron en julio de 2021, tras la profunda remodelación del Gobierno acometida por el presidente. Pero así como Redondo salió por completo del círculo del Ejecutivo, Salazar fue simplemente alejado temporalmente: pasó a presidir el Hipódromo de la Zarzuela y, al cabo de un año, regreso a la sala de máquinas, primero como secretario general de Planificación Política (agosto de 2022-junio de 2023 y noviembre de 2023-septiembre de 2024) y luego como secretario general de Coordinación Institucional (septiembre de 2024 hasta su cese definitivo, en julio de 2025).
En el Gobierno intuyen que los hechos denunciados contra Salazar pudieron ocurrir hace años, en su primera etapa en el Gabinete, antes de julio de 2021
En aquella primera etapa no estaba en vigor el actual protocolo que permite las denuncias anónimas, y esa puede ser una razón, señalan en la Moncloa, por la que las afectadas acabaron optando por la vía desplegada por Ferraz. También porque quizá no trabajan ya en el complejo presidencial: en el Ejecutivo recalcan que no tienen datos de las denunciantes, no saben su identidad ni si son aún empleadas del Gobierno. Ni tienen certezas de cuándo ocurrieron los hechos: solo deducen que pueden datarse varios años atrás.
Miedo a "sentirse estigmatizadas"
"No hemos leído las denuncias enteras y aquí en la Moncloa no consta ninguna denuncia ni contra Paco ni contra el que era su número dos, Antonio Hernández Espinal". Este era el hombre de confianza de Salazar, que ocupaba el cargo de director del Departamento de Coordinación Política del Gabinete del presidente, y fue señalado por una de las denunciantes, tal y como recogió el sábado por la noche elDiario.es. El equipo del presidente se movilizó "tras leerlo en el periódico" dirigido por Ignacio Escolar: el actual director de Gabinete, Diego Rubio, y la vicesecretaria general del PSOE y vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, hablaron con él para recabar su testimonio. Él negó las acusaciones de haber tapado a Salazar, de haber hecho "luz de gas" a las mujeres, haciéndoles dudar de sus "percepciones" y de la realidad que vivían. Pero la situación era "insostenible" y se procedió a su cese, de forma "acordada". Hernández Espinal dejó así su cargo en el Ejecutivo, una salida que formalizó este martes el Consejo de Ministros. Aún no se ha procedido a su relevo. Además, fue apartado por Montero de su puesto en la ejecutiva del PSOE andaluz.
La ministra portavoz insiste en que los canales puestos a disposición por el Gobierno para las mujeres son "seguros y anónimos"
Este martes, la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, insistió en que los canales puestos a disposición por el Gobierno para las mujeres son "seguros y anónimos", y por tanto trasladar el mensaje de que no es una vía óptima es "profundamente injusto" y "no se corresponde en absoluto con la realidad". "Más no podemos garantizar la seguridad —indicaban fuentes de la Moncloa—, pero muchas veces las mujeres no se atreven a denunciar, les da miedo sentirse estigmatizadas".
Para la cúpula del Gobierno y del partido, ya se han asumido responsabilidades, porque en cuanto se tiene conocimiento de los hechos, repiten, "se actúa". Y "con contundencia". Lo cierto es que Salazar es el tercer señalado del círculo de máxima confianza del presidente que cae, tras José Luis Ábalos y Santos Cerdán, ambos secretarios de Organización del PSOE. El sevillano, de hecho, iba a ocupar en julio una plaza preeminente en el aparato como segundo adjunto de la titular de la cartera, la valenciana Rebeca Torró. Era visto como el jefe de Organización en la sombra. Cayó antes de ser confirmado, pero muchos en el PSOE creen que su larga mano no había desaparecido. Él era muy cercano a la propia Torró, a quien internamente se apunta por el desastre de tramitación de las denuncias contra Salazar, porque el órgano antiacoso no actuó sobre ellas ni contactó con las víctimas durante más de cuatro meses. Una falta de "diligencia" que nadie en la dirección ha sabido explicar.
Sánchez se refiere públicamente al caso por vez primera: el feminismo da "lecciones" a diario, y a él "el primero". "Nosotros cuando recibimos esas lecciones pedimos perdón y actuamos", defiende
Este martes, Sánchez se refirió por primera vez públicamente a las denuncias registradas contra su excolaborador, y lo hizo en el acto conjunto con UGT de conmemoración del centenario del fallecimiento del fundador del partido y del sindicato, Pablo Iglesias Posse. El feminismo, dijo, da "lecciones todos los días" a su formación, y a él, "el primero". "Nosotros cuando recibimos esas lecciones pedimos perdón y actuamos en consecuencia", agregó.
Pendiente la reunión de Bernabé con las secretarias de Igualdad
En las próximas horas, el comité antiacoso debería tener listo el informe de conclusiones tras instruir los dos expedientes recepcionados de las dos mujeres víctimas de Salazar. Dictamen que se elevará a la Secretaría de Organización y a las partes y que en el partido se espera con cierta ansiedad. Y está pendiente de celebración la reunión entre la responsable de Igualdad federal, Pilar Bernabé, y las secretarias del área territoriales.
Estalla otro caso: varias mujeres denuncian por presunto acoso sexual al presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé Roca
La crisis no se ha cerrado, y está siendo muy dolorosa para el PSOE. Este mismo martes por la noche estallaba otra costura: hasta seis mujeres han denunciado por acoso sexual al presidente de la Diputación de Lugo, secretario provincial del partido y alcalde de Monforte de Lemos, José Tomé Roca, según desveló el programa de Cuatro Código 10.
Un escándalo que se suma al caso Salazar y al que afecta a Antonio Navarro, hasta ahora secretario general de los socialistas de Torremolinos (Málaga), contra quien la Fiscalía ha abierto diligencias tras recibir la denuncia de una concejala al que él presuntamente acosó y que había acudido previamente a los canales del partido. El PSOE andaluz ya ha pedido a Ferraz que forme una gestora en la agrupación local. La mancha sigue creciendo.
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