Los partidos catalanes se han comprometido con agricultores y ganaderos a revisar las restricciones de agua impuestas por la sequía. Es la principal reivindicación que los payeses trasladaron este jueves a los diputados en el Pleno del Parlament, al que llegaron montados en sus tractores tras abandonar la concentración en el centro de Barcelona. "Tenemos muchas reivindicaciones" explicaron los portavoces dela protesta, "pero hemos destacado tres": La revisión de las restricciones de agua, el cobro de las ayudas prometidas en 2022 y 2023 y reducir la burocracia. Las medidas que dependen de la Generalitat.

En la actual fase de emergencia por sequía la Generalitat ha restringido en un 80% el agua para usos agrícolas, y el 50% para los ganaderos. Pero los payeses sostienen que esas restricciones no pueden ser generalizadas y reclaman revisar las medidas.

De hecho, los graves perjuicios que ha causado la sequía al sector agrícola y ganadero fueron una de las espoletas que provocó la gran movilización con tractores hasta Barcelona este miércoles. En este sentido, tras la reunión en el Parlament, el representante de Moviment 6F, Joan Rius, insistió en rueda de prensa en que "creemos que se ha hecho una mala gestión del agua".

Aplicación inmediata

"No puede ser que corten el 50% del agua en la ganadería", se lamentó Rius. El portavoz de los payeses advirtió además de que los agricultores seguirán movilizados hasta que "existan acuerdos firmados por la Generalitat". En la misma línea, otro de los portavoces, Arnau Vilumara, ganadero de la Cataluña central, recalcó que las medidas deben ser de aplicación “inmediata”.

Con este objetivo, el acuerdo entre agricultores y grupos parlamentarios se ha sellado en una propuesta de resolución que se llevará a la mesa del Parlament para su tramitación. La resolución pactada que se enviará a la mesa del Parlament también incluirá la agilización del pago de las ayudas.

Ayudas que no llegan

Los payeses reclaman además que la Generalitat agilice el pago de las ayudas prometidas por la sequía, y advierten que todavía no han cobrado las de 2022. Tampoco las de 2023. En las últimas semanas, tanto el president Pere Aragonès como el consejero de Acción climática, David Mascort, repiten que Cataluña es la única comunidad que ha dado ayudas al mundo rural por la sequía. Pero los agricultores y ganaderos no las reciben.

Hace dos semanas, Mascort anunció la ampliación de la partida para este objetivo hasta los 160 millones de euros. De hecho, el Govern añadía entonces 15 millones más, a distribuir en una quinta mesa agraria, que se suma a los 145 millones ya consignados. Entonces el conseller reconoció que las ayudas no habían llegado todavía a sus destinatarios y se escudó en los seis meses que fija la convocatoria para solicitar las ayudas, que han sido prorrogados, y el tiempo que necesita la administración para resolver las peticiones.

Este miércoles, tras reunirse con los portavoces de la tractorada en el Palau de la Generalitat, aseguró que "podemos hacerlo mejor" para agilizarlas. A estas ayudas se suman los 168 millones de euros destinados en los dos últimos años a la mejora de los regadíos, argumentan desde la Generalitat.

Próximas movilizaciones

Pese a las promesas recabadas en el Govern y el Parlament, los payeses abandonaron el Parc de la Ciutadella -sede de la cámara autonómica- advirtiendo que "la lucha no se acaba, solo se transforma" y que las movilizaciones no finalizarán hasta que estos acuerdos se firmen en el Parlament. Mascort se comprometió a una nueva reunión en dos semanas para analizar los 53 puntos de reivindicaciones planteados este miércoles.

Unió de Pagesos, una de las organizaciones que respalda estas movilizaciones, ha convocado una nueva jornada de protestas el 13 de febrero y junto a Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos prepara una protesta en Madrid el 21 de febrero.

Aún así, Vilumara reconoció que la reunión con los grupos en el Parlament calmó los ánimos de los agricultores tras una concentración, el día anterior, en la Plaza Sant Jaume, en la que se produjeron momentos de "mucha tensión”. El portavoz de los payeses reconoció que "la gente que se marchó, lo hizo con una sensación de que se había venido a Barcelona a hacer una butifarrada".