Barcelona en Comú, el partido que lidera Ada Colau, votará en contra delos presupuestos del Ayuntamieto de Barcelona pactados por el PSC y ERC. Una maniobra que forzará al socialista Jaume Collboni a someterse a una cuestión de confianza para sacar adelante las primeras cuentas como alcalde de Barcelona en sustitución, precisamente, de Colau. Este viernes, sin embargo, los socialistas volveran a exhibir su debilidad en el consistorio barcelonés con la votación de unas cuentas que solo contarán con 15 de los 41 regidores del pleno.

El 'no' de los de Colau a las cuentas de Barcelona llega después de que los Comunes tumbaran los presupuestos de la Generalitat, pactados también por PSC y ERC, forzando la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña. Un adelanto electoral que a su vez llevó a Pedro Sánchez a renunciar a los Presupuestos Generales para 2024, entre reproches a Yolanda Díaz por no haber sido capaz de imponerse a los comunes para evitar la crisis en Cataluña.

La convocatoria de las elecciones autonómicas para el 12 de mayo ha resucitado las especulaciones sobre un nuevo tripartito para aupar al socialista Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat. Pero lo cierto es que las relaciones entre los tres partidos de izquierda catalanes pasan por su peor momento desde el 'no' de los morados a los presupuestos de la Generalitat. El inicio de la precampaña ha desatado las hostilidades entre tres partidos que tienen claras fronteras electorales, con Illa como blanco de la mayoría de los ataques, en su calidad de favorito según las encuestas.

Colau quiere volver al gobierno de Barcelona

El plenario de BComú descartó "dar un cheque en blanco" a Collboni, anunciaba este miércoles el partido, que acusa a los socialistas de falta de voluntad por negarse a aceptar la entrada de los comunes en el gobierno municipal. Pese a las especulaciones sobre un desembarco en Madrid, como miembro del Gobierno de Pedro Sánchez, Colau ha repetido desde las pasadas elecciones municipales que su objetivo es volver al gobierno municipal, aunque no pueda ser como alcaldesa.

Pero Collboni repite con la misma insistencia que "primero hay que pactar las políticas, después las sillas". Desde el PSC de Barcelona advierten en privado que "ya hemos gobernado con dos gobiernos paralelos en Barcelona" en referencia al último mandato de coalición con Colau, y "no queremos repetir la experiencia". De ahí su empeño en definir una hoja de ruta presidida por las prioridades del PSC, que no siempre coinciden con los comunes.

Desde el partido de Colau le reprochan haber renunciado a proyectos "emblemáticos" de la alcaldesa, como la extensión de los "ejes verdes" en el Ensanche, que Collboni ha puesto en cuarentena. Tras la difícil digestión de la peatonalización de Consell de Cent, el socialista pide tiempo para emprender nuevas reformas. Tampoco ha gustado a los comunes su pretensión de revisar la reserva del 30% de vivienda de nueva construcción vivienda protegida, pactada con Junts.

Críticas de PSC y ERC

En este contexto, el teniente de alcalde de Economia, Jordi Valls, concluía este miércoles que el único objetivo de Colau es entrar en el gobierno local. El mismo reproche que hacía horas antes la portavoz municipal de Esquerra, Elisenda Alemany.

Valls ha insistido en que se trata de unos presupuestos "progresistas y de izquierdas", las cuentas con más inversión social de la historia, que aprovechan la última oportunidad de un presupuesto expansivo antes de que vuelvan a regir los límites de déficit de la Unión Europea, en 2025. Y aseguraba que el PSC ha aceptado "el 90% de algunas de las peticiones de los comunes".

En caso de que no se llegue a un acuerdo de último minuto -el socialista ha asegurado que "seguiremos intentando" el pacto- el Pleno del Ayuntamiento tumbará las cuentas este viernes. Collboni activará entonces el mecanismo de cuestión de confianza para aprobar las cuentas, que abre un periodo de 30 días para que la oposición presente un candidato alternativo a la alcaldía.

No parece que Xavier Trias, con 11 regidores, vaya a conseguir los apoyos necesarios para la mayoría, que obligaría a contar con los apoyos de Comunes y ERC en plena campaña electoral. Sin candidato alternativa, los presupuestos se aprobarán automáticamente el 22 de abril.