Cuando el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales se vio acorralado tras el beso que propinó a la jugadora Jennifer Hermoso en la final del mundial de Sídney (Australia) se activó toda la maquinaria para lograr la aceptación pública de ella. La Fiscalía de la Audiencia Nacional investiga un delito de coacciones que incluye, según ha podido confirmar El Independiente por diversas fuentes, que dos de los hombres de "confianza" de Rubiales --Albert Luque y Rubén Rivera-- viajaron a Ibiza para convencer a Hermoso, mientras la Selección femenina descansaba y celebraba la victoria. Además, el exentrenador Jorge Vilda contactó con el hermano de la deportista para el mismo objetivo: salvar al presidente, según señalan fuentes de la causa.

"El beso no me lo esperaba, pero se va a quedar en una anécdota", fueron las primeras palabras de la jugadora ese 20 de agosto en el que la Selección Española femenina se hacía con su primera estrella en la camiseta tras vencer a Inglaterra. Hermoso hablaba de viva voz en COPE por primera vez y por última sobre el asunto, poco antes de subirse al avión con destino España. También intervino en esa radio el entonces presidente con unas palabras que supondrían el inicio de su sentencia: "No hagamos caso de los idiotas y de los estúpidos (...) No estamos para gilipolleces", expresó. El tsunami que ya se había iniciado con eco en medios y redes sociales adquirió aún más fuerzas entonces y el equipo de Comunicación de la Federación supo que había que actuar.

La primera idea fue sacar el famoso comunicado, pero lejos de ser suficiente la 'guardia de corps' de Rubiales propuso grabar un vídeo. Fuentes presentes en lo sucedido relatan que durante el trayecto en el chárter hasta Doha (Qatar) varias personas del núcleo más íntimo del expresidente trataron de convencer a la deportista para que se pusiera ante la cámara con él. "Por la relación que se tenían" y "porque su cargo peligraba", explican. Ella se negó y pidió que la dejaran tranquila.

"Seguramente me he equivocado. Lo tengo que reconocer", pronunció el andaluz en un vídeo que supuso toda una victoria para su círculo más próximo. "Él nunca ha reconocido un error. Nunca", expresa una fuente. "Haberlo convencido era un triunfo", señalan. Lo cierto es que no existe ninguna imagen o escrito público de Rubiales lamentándose por ninguno de los asuntos que lo mantienen imputado en un juzgado de Majadahonda por la venta de la Supercopa a Arabia Saudí o el viaje a Nueva York con dinero de la Federación. El vídeo de las "disculpas" se grabó varias veces y se emitió la versión "más presentable", pero no sirvió para amansar las aguas.

Sus disculpas ("aquí no se entendía porque lo veíamos algo natural, normal. Fuera parece que se ha formado un revuelo que, desde luego, que si hay gente que se ha sentido dañada por esto tengo que disculparme, no queda otra") no se leyeron como un arrepentimiento en buena parte de la sociedad y la polémica siguió agitándose con el Gobierno ya pidiendo claramente su dimisión.

Hermoso declaró sobre el viaje a Ibiza

Tras la victoria, Rubiales se había acercado al vestuario de las futbolistas: "Nos han llamado de Ibiza", anunció provocando los gritos de emoción de las jugadoras. La Federación logró un viaje a la isla balear para todas ellas. Un premio que debía ser unos días de descanso y relax en los que se fotografió a las jóvenes en un barco, por ejemplo. Sin embargo, hasta allí se desplazaron dos hombre que, según algunas fuentes, fueron expresamente enviados por Rubiales para apagar el fuego e interceder con Hermoso, transmitiéndole que debía recapacitar y apoyar al presidente.

En Ibiza aparecieron el director Deportivo, Albert Luque, y el director de Marketing, Rubén Rivera, a quienes el titular del juzgado de instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, Francisco de Jorge, acaba de citar a declarar como testigos. Fuentes jurídicas confirman la propia Jenni Hermoso confesó este episodio en su declaración en la Fiscalía General del Estado y este es uno de los motivos por los que el Ministerio Público no sólo se querelló por agresión sexual, sino también por coacciones.

Por su parte, Rubiales negó los hechos y cualquier tipo de acoso o coacciones a la deportista en su declaración el pasado viernes, según fuentes presentes en las mismas. La teniente fiscal Marta Durántez preguntó por la actuación de Luque, River, Jorge Vilda y otros dos hombres más para indagar en este delito. Sobre el exentrenador Vilda las preguntas versaron en presiones a través del hermano de la jugadora. Ya en la querella que inicia el Ministerio Fiscal se apunta que existieron intimidaciones de todo tipo: "Tanto ella como su entorno más próximo sufrieron una presión constante y reiterada por parte de Luis Rubiales y el entorno profesional de éste", señala la denuncia.

Hermoso se mantuvo en silencio todos esos días hasta que el entonces presidentes llegó el viernes 25 de agosto a la junta de la RFEF con la intención de dimitir. No sólo no lo hizo, sino que describió los hechos como un "beso consentido" y señaló que fue la jugadora la que lo "acercó a su cuerpo". Fue entonces cuando ella redactó un comunicado que subió en sus redes sociales: "Me siento obligada a denunciar que las palabras del Sr. Rubiales explicando el desafortunado incidente son categóricamente falsas y parte de la cultura manipuladora que él mismo ha generado. Aclaro que en ningún momento se produjo la conversación a la que el Sr. Luis Rubiales hizo referencia [¿un piquito?] y que, ni mucho menos, su beso fue consentido". A partir de entonces la Fiscalía actuó y se pudo iniciar el procedimiento penal.

El juez que dirige el 'caso Rubiales' en la Audiencia Nacional ha citado además a la jefa de prensa de la Selección Femenina, Patricia Pérez, y al director de Integridad, Miguel García Caba. No es descartables que algunos de los citados pueda salir con la condición de investigado tras la declaración.