El 29 de junio del año 2007 se formó la primera cola delante de una tienda Apple. Es muy posible que los que pasaran por la puerta de una tienda con el logo de una manzana no supieran que estaban viendo historia de la tecnología, pues acababan de presenciar como se vendía el primer iPhone del mundo. Justo hoy hace 10 años.

La primera generación del iPhone la presentó Steve Jobs en enero de ese mismo año sobre un escenario, pero hubo que esperar seis meses para que estuviera en el bolsillo del primero de aquella fila. Ese inicial teléfono inteligente de Apple tenía unas características que hoy en día nos parecen ridículas, pero que supusieron una revolución hace ahora una década.

El iPhone de 2007 tenía hasta 8GB de memoria, aunque luego se lanzó una actualización de 16GB, y estaba fabricado en aluminio, vidrio, acero y plástico negro. En sus tripas tenía un procesador fabricado por Samsung, su actual némesis, y contaba con 128MB de RAM. La pantalla de 3,5 pulgadas tenía una resolución de 480x320 a 163 píxeles por pulgada, todo un prodigio por entonces, y usaba el iOS uno. La cámara era de dos megapíxeles y la batería de 1.400 mAh.

La comparación no es posible, pero el iPhone 7 plus, el último modelo que ha llegado al mercado, tiene un sistema operativo iOS 10, una pantalla de 5,5 pulgadas y un almacenamiento de hasta 256GB, con una memoria RAM de 3GB. La cámara es de 12 megapíxeles en la parte trasera y de siete megapíxeles en la frontal, con una batería de 2.900 mAh.

Ambos se llevan casi 10 años, prácticamente una década en la que Apple ha lanzado hasta 14 modelos más para construir un imperio que actualmente es el mayor del mundo a nivel empresarial.

El iPhone no es un sólo un éxito financiero, ha supuesto una transformación social que no tiene vuelta atrás. Nos ha cambiado la vida y ha convertido a Steve Jobs, su inventor, en una verdadera leyenda. Por si eso fuera poco, ha convertido a Apple en la mayor cotizada del mundo y ha disparado sus acciones un 900% desde enero de 2009.

Sólo en 2016 el iPhone llevó a las arcas de la compañía de Cupertino 136.700 millones de dólares, más de 120.000 millones de euros, de los 215.639 millones de dólares, casi 190.000 millones de euros, que facturó en esos 12 meses la firma. En el segundo trimestre de su ejercicio 2017, el último del que se tienen datos, Apple ingresó 33.249 millones de dólares, casi 30.000 millones de euros, sólo por la venta de 50 millones de iPhone en todo el mundo.

Líder indiscutible

Desde que lo puso a disposición de todo el mundo, Apple ha despachado más de 1.160 millones de unidades del iPhone. En el año de su lanzamiento, ese ya lejano 2007, apenas se colocaron 1,39 millones de unidades, pero el año siguiente, el primero completo de ventas, ya había 11,63 millones más en el mercado.

A partir de ahí el crecimiento fue imparable, pese al pequeño bache en el que se encuentra ahora el iPhone. El 2016 fue el primer año en el que las ventas descendieron, desde los 231,22 millones de unidades despachadas del 2015 hasta los 211,88 millones del pasado curso.

Esta circunstancia, que cuando hablamos de Apple se eleva a categoría de desastre por parte de los analistas, ha provocado que incluso dentro de la compañía se hayan planteado si la dependencia que ahora mismo tienen del iPhone es un lastre o una bendición.

Más del 60% de los ingresos anuales que tiene la compañía proceden de las ventas del teléfono, en un momento en el que los ordenadores portátiles han recibido un fuerte lavado de cara y en el que el iPad ha tenido que rebajar su precio para ver si es posible ponerle freno a un hundimiento que aumenta en dobles dígitos cada trimestre que pasa.

El iPhone, en cualquier caso, es el responsable de que ahora mismo usted tenga un smartphone en su bolsillo, o de que esté leyendo estas líneas en su móvil. Lo definió a la perfección Steve Jobs cuando en la presentación del teléfono afirmó que "muy de vez en cuando aparece un producto revolucionario que lo cambia todo". El iPhone lo cambio todo justo hace 10 años.