Medio Ambiente

Qué es el permafrost y por qué su desaparición alarma a los científicos

Tierras de Alaska de permafrost descongelado. USGS Alaska Science Center

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU acaba de publicar El Informe especial sobre los océanos y la criosfera en un clima cambiante (SROCC). Se trata de un trabajo elaborado durante dos años por 104 científicos de 36 países en el que los expertos designados por la ONU se han centrado en la criosfera, esto es, en los componentes congelados de la Tierra, como la nieve, los glaciares, las plataformas de hielo, el hielo marino y el permafrost y el terreno estacionalmente congelado. 

La aceleración de la subida del nivel del mar es la consecuencia más clara y directa que han observado los expertos de cara a la evolución del cambio climático. Pero hay otro dato que preocupa, y mucho, a los científicos: la desaparición del permafrost. 

El permafrost es suelo congelado de regiones muy frías o glaciares que retienen gases de efecto invernadero, causante del cambio climático, como carbono y metano que se liberan en la atmósfera por el aumento del calor. 

“Las temperaturas del permafrost han aumentado a niveles récord (1980-presente), incluido el reciente aumento de 0.29 ° C ± 0.12 ° C de 2007 a 2016 promediado en la montaña polar y alta regiones a nivel mundial. El permafrost ártico y boreal contiene 1460–1600 gigatones de carbono orgánico, casi el doble del carbono que hay en la atmósfera”, según detalla el informe publicado hoy por el IPCC. La liberación de esos gigatones de gases en la atmósfera es el dato que alarma.

“El volumen de gases es muy alarmante, especialmente por el metano, porque tiene su poder de efecto invernadero es bastante mayor que el CO2”, explica a El Independiente, David Vieites, director del Departamento de Cambio Global del CSIC. 

Hemos registrado, en julio, temperaturas en el Ártico que se esperaban en 2050 en el peor de los escenarios

“Con esta liberación masiva proveniente del permafrost que se prevé, se acelera el proceso hacia una situación en la que las zonas tropicales del planeta van a ser inhóspitas, con unas temperaturas muy por encima de la tolerancia térmica que tenemos. El humano se puede encerrar con el aire acondicionado, pero no podrá plantar tomates para comer”, añade el científico.

Para Vieites "sólo la liberación del metano que se encuentra en el permafrost es para asustarse. Ahora estamos por un grado por encima de la temperatura de los años 70, pero es una media, el Ártico está 3º por encima de media”.

Para este científico no estamos tomando las medidas adecuadas para mejorar los escenarios de cara al futuro. “Nos encaminamos al peor de los escenarios. Los datos hablan por sí solos. En los últimos cinco años se han incrementado las emisiones de gases de efecto invernadero y este verano hemos registrado, en julio, temperaturas en el Ártico que se esperaban en 2050 en el peor de los escenarios”.

Pilar Marcos, bióloga marina de Greenpeace destaca, igualmente, el peligro de la pérdida de Permafrost, “la liberación de gases como el metano es una auténtica bomba para nuestro clima. Además del gas liberado en tierra hay empresas que quieren extraer el gas metano que se encuentra en los océanos en las regiones árticas y que añaden más gases de efecto invernadero a nuestra atmósfera”.

En este sentido Marcos recuerda que con la desaparición del permafrost se liberan patógenos que ya han causado episodios mortales, como el caso del ántrax liberado en siberia en 2016, “enfermedades para las que no estamos inmunizados porque llevan décadas congeladas".

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