Victoria Federica dio un paso al frente en octubre de 2021 cuando decidió hacer pública su cuenta de Instagram cuando solo tenía 21 años. Hasta el momento el misterio rodeaba su vida personal, todo lo que se conocía era a través de las publicaciones de algunos de sus amigos o incluso de su novio en el momento, el DJ Jorge Bárcenas. Las cosas cambiaron a pasos agigantados cuando tomó la decisión de abrir su vida a los followers, que llegaron por millones en cuestión de días. Su agenda comenzó a llenarse de alfombras rojas y galas de premios, además de exclusivas primeras filas de los desfiles de moda de París. Poco a poco su figura empezaba a parecerse más a la de una influencer como María García de Jaime (de la que es gran amiga) que a la de un miembro de la familia del rey Juan Carlos.
Esta semana Victoria Federica ha recibido un premio que verifica, precisamente, su influencia: se ha convertido en la gran protagonista de la gala taurina de San Isidro 2023, que se celebró en la plaza de toros de Madrid, donde fue galardonada con el premio Juventud y Tauromaquia por "fomentar y alentar este admirable arte".
Es el segundo que recibe desde que se puso bajo los focos, pero ella ha querido recordar que fue a través de su familia como descubrió esta pasión: en su discurso no solo ha mencionado a don Juan Carlos, también a su madre y a su bisabuela, la condesa de Barcelona. De hecho, cuando el rey emérito vivía aún en España no era raro verles juntos, acompañados por la infanta Elena, en el coso madrileño.
Sus conexiones, inmejorables
Las dos principales apuestas de Victoria Federica son, precisamente, la tradición de fiestas como los toros (o deportes como la equitación) y la moda. Es en estos escenarios en los que, esté quién esté, tiene siempre todos los objetivos dirigidos a ella. Su presencia en la plaza de toros, o en las gradas de cualquier concierto, siempre atrae a los fotógrafos mientras que su paso por la alfombra roja de cualquier evento hace ponerse en marcha a los redactores de moda de cualquier cabecera. Si su herencia con la tauromaquia viene por los Borbones, el sentido del estilo le llega de Jaime de Marichalar.
Victoria Federica asistió por primera vez a la Semana de la moda de París en julio de 2021, concretamente en el desfile de Dior Otoño/Invierno 2022-2023, un privilegio al alcance de muy pocos. La nieta del rey Juan Carlos aún no había hecho públicas sus redes sociales, pero estuvo en la primera fila porque su padre, con quien acudió, forma parte del órgano de administración de Loewe, propiedad del grupo LVMH, al que también pertenece Dior.
Nexo de unión entre generaciones
Justo un año después de abrir la puerta de su vida al mundo, la revista ¡H! Fashion celebró una enorme fiesta con motivo del décimo aniversario de la publicación y consideró que Victoria Federica se merecía el premio Talento Fashion 2022. "Su aportación a las nuevas generaciones de la moda" le valió el galardón, que recibió con un vestido de color azul Klein de una marca hecha en España, Claro Couture, que ya había vestido a influencers y celebrities. Eso sí, lo complementó con un anillo que perteneció a su tatarabuela, la reina Victoria Eugenia de Battenberg, la responsable de que la Casa Real española tenga a día de hoy una colección de joyas "de pasar", es decir, que corresponden al heredero. Una muestra más de que la hija de la infanta Elena ha sabido encontrar su lugar entre la tradición y la modernidad.
Un romántico halo de misterio
A pesar de haber dado el paso hacia la vida pública, Victoria Federica tiene un factor a tener en cuenta que no comparte con sus amigos influencers y que juega tanto en su favor como en su contra. La hija de la infanta Elena tiene un perfil en Instagram, pero aún mantiene gran parte de su rutina offline. No comparte su día a día y solo publica fotos en días especiales.
Tampoco ofrece entrevistas con frecuencia ni acude a todos los eventos que se celebran en Madrid. Sus seguidores siguen esperando más contenido, respuestas a los titulares que sigue protagonizando sobre su lugar de residencia o sus visitas a Abu Dabi para ver a su abuelo, el que fuera rey de España. El equilibrio perfecto para una persona que nunca iba a ser anónima.
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