Horas antes del inicio de la visita de Pedro Sánchez a Rabat, dos periodistas españoles han denunciado las vejaciones y las amenazas sufridas a manos de la policía marroquí cuando trataban de viajar hacia los territorios del Sáhara Occidental ocupados por Marruecos.
Así lo ha manifestado David Melero, un fotoperiodista freelance, en declaraciones a El Independiente. "Estábamos en Tarfaya, tomando algo, y aparecieron dos agentes de la policía marroquí. Nos pidieron el pasaporte. Poco después, llegaron unos 30 hombres de paisano y nos dijeron que no pintábamos nada allí y que nos fuéramos", ha relatado Melero, quien en estos momentos se dirige junto a Oriol Puig, su compañero de periplo, hacia Casablanca (Marruecos), donde tienen previsto tomar un avión de regreso a Barcelona esta misma tarde.
Han abierto las puertas laterales del coche y han empezado a agredirnos, propinándonos bofetadas, patadas y amenazas
"Nos han metido a la fuerza en un taxi y nos han obligado a irnos", ha confirmado Melero. Poco después de abandonar la ciudad, situada a escasos kilómetros del Sáhara Occidental, dos vehículos le han dado el alto. "Han aparecido dos coches con los mismos hombres de paisanos. Nos han cogido; han abierto las puertas laterales del coche y han empezado a agredirnos, propinándonos bofetadas, patadas y amenazas. Nos han dicho: 'No volváis aquí nunca más; el desierto es un buen sitio para hacer desaparecer vuestros cadáveres'", ha rememorado el fotoperiodista.
Tanto Melero como Puig tenían como principal objetivo visitar y entrevistar en la ciudad de Bojador a Sultana Khaya, una activista y defensora de los derechos humanos saharaui que sufre el hostigamiento continuo de las autoridades de Marruecos. Khaya es presidenta de la Liga Saharaui para la Defensa los DDHH y en Contra del Expolio de los Recursos Naturales en Bojador.
Desde 2005, Khaya ha sufrido agresiones físicas, amenazas de muerte, tortura y acoso sexual. Durante los últimos años, las autoridades marroquíes han intensificado la represión contra los activistas y periodistas saharauis, sometidos a malos tratos, detenciones arbitrarias y hostigamiento en represalia por sus acciones no violentas contra la ocupación del Sáhara Occidental. El pasado julio la relatora especial de la ONU que examina la situación de los defensores de los Derechos Humanos, Mary Lawlor, condenó las vejaciones contra Khaya.
Según el índice mundial de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, Marruecos ocupa el puesto 136 entre 180 países. La organización califica de "desierto informativo" la situación del periodismo en los territorios de la ex colonia española ocupados desde 1976 por Marruecos.
En el informe "Sáhara Occidental, un desierto para el periodismo", publicado hace tres años, Reporteros Sin Fronteras denunció la “persecución y constante represión de los reporteros saharauis que intentan hacer periodismo alternativo al margen de la oficialidad marroquí, muchas veces condenados a desorbitadas penas de cárcel”.
La mordaza informativa también se aplica a los periodistas extranjeros, expulsados casi de forma inmediata cuando acceden al territorio. Además de la cárcel o la expulsión, los profesionales que intentan ejercer su derecho a informar son víctimas de arrestos, calumnias, torturas, malos tratos o amenazas a su entorno familiar. A juicio de la organización, ejercer la profesión periodística en esa parte del mundo es todo un “acto de heroísmo”.
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