Donald Trump tenía que presentarse antes del 25 de agosto en el condado de Fulton, en Atlanta, para responder de los trece cargos por intentar revertir su derrota electoral en 2020 imputados por la fiscal del distrito Fani Willis. Y ayer el expresidente de Estados Unidos acudió a prisión para ser fichado, en una imagen inédita en la historia del país.

Como acostumbra, Trump aterrizó en Atlanta en su propio avión y llegó al complejo con la inmensa comitiva reservada a los expresidentes. El recorrido entre el aeropuerto y la prisión fue seguido por varios helicópteros y retransmitido en directo, al más puro estilo americano. Una vez en el centro penitenciario, a Trump le tomaron las huellas y le hicieron la preceptiva foto policial o mug shot. El trámite se resolvió en apenas veinte minutos. Para entonces, el condado de Fulton ya había registrado a Trump, un varón de metro noventa de estatura y 97,5 kilos de peso, con el pelo "rubio fresa", como procesado por delitos penales con el número de ficha P01135809.

El lunes se había fijado una fianza de 200.000 dólares, que Trump depositó a través de un fiador local después de entregar una décima parte de su importe.

Una "pantomima"

Trump abandonó la prisión entre gritos de partidarios y detractores y fue directo al aeropuerto para abandonar Atlanta. Antes, calificó el proceso de Georgia, el cuatro que afronta y el primero penal, como una "deshonesta pantomima judicial" que tiene "todo el derecho a impugnar". Para ello, en las últimas horas, ha reforzado su equipo legal con la contratación de Steven H. Sadow. Inicialmente había confiado en Drew Findling, un mediático abogado conocido en la escena del rap de Atlanta y que en el pasado se había manifestado muy crítico con Trump. Ahora ha optado por Sadow, prestigioso abogado penalista local que dirigirá su defensa ante el tribunal de Georgia.

La fiscal Willis ha solicitado que el juicio dé comienzo el próximo 23 de octubre. Trump y su equipo legal se han opuesto a que se celebre tan pronto. El juez ya ha dado luz verde para que tenga lugar en octubre el juicio contra el abogado Kenneth Chesebro, uno de los 19 acusados por el intento de alterar el resultado electoral de 2020 en Georgia. Pero la fecha definitiva está pendiente de que se resuelva el recurso de otros imputados, que pretenden que el caso sea trasladado a la jurisdicción federal.

Cuatro procesos en marcha

Este es el cuarto proceso judicial que afronta Trump en plena precampaña para las primarias republicanas –tras la acusación en marzo por el intento de soborno de Stormy Daniels y en junio por la sustracción de documentos clasificados–, y el segundo relacionado con el intento de Trump para invalidar las elecciones de 2020, después de la causa federal abierta por el fiscal especial Jack Smith a principios de agosto. La de Georgia es la acusación más amplia hasta la fecha, y contempla penas de entre cinco y 20 años de prisión.

Lejos de penalizarle, estos procesos están reforzando la campaña de Trump. Su ausencia este jueves del primer debate entre los otros ocho candidatos a la nominación republicana no fue sino la manera de subrayar su condición de favorito. Trump contraprogramó el debate mediante una entrevista con el controvertido expresentador de Fox Tucker Carlson que subida a la red pocos minutos antes del comienzo del debate.