"El panorama de destrucción es desolador. Es grandísimo el número de edificaciones dañadas y la enorme cantidad de víctimas desaparecidas", relata con amargura Moisés Belloch, uno de los bomberos españoles que han desembarcado este jueves en el infierno de Derna, la ciudad del este de Libia que ha quedado arrasada por el feroz paso de la tormenta Daniel convertida en medicán, ciclón tropical mediterráneo, y la rotura de dos presas en las proximidades de la urbe.

Belloch está enrolado en el batallón compuesto por la Unidad de Rescates (UREC) del Consorcio de Bomberos de Valencia y la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias (IAE). El español es uno de los primeros equipos internacionales desplegados en un enclave que, cuatro días de las lluvias torrenciales, trata aún de evaluar los daños que han transformado su callejero, sepultado por el fango y mutilado por la fuerza de las riadas.

El balance provisional arroja cifras aterradoras: alrededor de 6.000 muertos; más de 10.000 desaparecidos; y unos 40.000 desplazados en una ciudad cuya población previa ascendía a 90.000 personas. Según el alcalde de Derna, la cifra de víctimas mortales podría superar las 20.000 en vista de que más del 25 por ciento de la ciudad ha sido borrada del mapa.

Una batalla contra el tiempo

La del equipo español es una batalla contra el tiempo. A cada hora que el tictac avanza, disminuyen las esperanzas de hallar supervivientes entre las láminas de hormigón y las viviendas anegadas. "Nos esforzamos en estas pocas horas en las que vamos a disponer de márgenes de seguridad para poder localizar personas vivas", comenta el bombero. "Se trata de exprimir al máximo a nuestros perros para estar trabajando en aquellos edificios que han sido parcialmente destruidos y en los cuales el agua no los ha sepultado en su totalidad, porque en ese caso las víctimas murieron ahogadas", agrega.

Estamos registrando a contrarreloj las viviendas para intentar localizar dentro a cualquier persona que pueda quedar con vida

Una operación "edificio a edificio" en busca de latidos que hayan vencido a la catástrofe que asoló Derna. "Estamos registrando a contrarreloj las viviendas para intentar localizar dentro a cualquier persona que pueda quedar con vida", narra Belloch desde la zona cero del desastre. Entre los restos de lo que hasta el pasado domingo era edificios de 4 y 8 plantas, plantados cerca del cauce seco del Wadi Derna, que en cuestión de horas se desbordó tras el colapso de las dos presas que controlaban las aguas llegadas de Yebel al Ajdar (Montaña verde, en árabe).

Renunciaron a viajar a Marruecos

Unas tareas para las que parte del equipo se preparó el pasado fin de semana tras el terremoto de 6,8 en la escala Richter que sacudió el Atlas marroquíes, al sur de la ciudad de Marrakech. "Desde la madrugada del sábado 9 de septiembre, cuando ocurrió el terremoto, hemos estado en estado de alerta ante una posible petición de ayuda por parte del gobierno de Marruecos", reconocía la ONG IAE a principios de esta semana. "Desde ese momento, hemos estado monitorizando la situación, estudiando la información que teníamos de la zona, el tipo de construcciones afectadas y haciendo seguimiento a través de la ONU de la información existente para una posible movilización”.

Una solicitud de ayuda que llegó el domingo, limitada a cuatro países, entre ellos España. La lentitud de la respuesta de las autoridades marroquíes ha causado desde entonces críticas internas y extramuros del país vecino. "Transcurridas 36 horas, el gobierno marroquí ha solicitado el apoyo del gobierno español, lo que nos hacía suponer que se abriría la puerta a una posible movilización por nuestra parte. A última hora de esta mañana, después de recabar una última información de contactos en las zonas afectadas, de calcular los tiempos de desplazamiento y realizar una valoración de nuestra operatividad ante los materiales de construcción empleados, hemos tomado la decisión de no realizar una movilización de nuestra unidad, debido a la mínima posibilidad existente de encontrar supervivientes", alegó la organización en un comunicado difundido la tarde del domingo.

Bomberos españoles en Derna (Libia)
Bomberos españoles en Derna (Libia)

"Es como si lo hubiera destruido un terremoto"

El último balance de víctimas mortales en el seísmo asciende a 3.000, con más de 5.500 heridos. "Para nosotros lo importante es ser efectivos en nuestro trabajo a la hora de colaborar y no llevar a cabo una movilización que sabemos solo serviría como campaña publicitaria de nuestra organización", indicó la ONG.

No queríamos movilizarnos en Marruecos para una operación que solo serviría como campaña publicitaria de nuestro organización

El destino cambió en horas. El miércoles, apenas tres días después de renunciar a viajar hasta el Atlas, uno de sus equipos a bordo de un vuelo organizado por las autoridades libias aterrizaba en el aeropuerto Mitiga de Trípoli, la capital libia, provistos de ocho perros, dos drones y sensores en busca de supervivientes. Durante la jornada del jueves, ya en Derna, trataron de ayudar a una población hambrienta y conmocionada aún por la tromba de agua que cambió su vida y dejó muertos y desaparecidos. Cientos de cuerpos han sido enterrados en los últimos días sin identificar ante el temor de que se propaguen enfermedades.

"El trabajo está siendo muy duro porque en realidad hay pocas probabilidades de encontrar a alguien vivo, pero tenemos zona asignada y seguimos trabajando hasta el final", reconoce a este diario Sergio Belloch, otro de los bomberos enviados a Derna. "Lo que nos está impresionando es el nivel de destrucción y la altura hasta la que ha llegado el agua y cómo ha colapsado los edificios", admite. "Estamos en una zona que parece haber sido destruida por un terremoto. El nivel del agua ha llegado a cuatro pisos de altura, lo que elimina la posibilidad de supervivencia en las plantas inferiores. Impresiona realmente la potencia del agua y cómo lo ha destruido todo".

En mitad de la tragedia, los bomberos españoles tienen la misión de "intentar encontrar en las edificaciones no inundadas alguna posibilidad de vida con la ayuda de perros y sus detectores electrónicos". "Hasta el momento no ha sido posible localizar a nadie con vida, pero se continuará hasta que quede completamente descartada esta posibilidad en la zona", comentan desde el equipo.