Mohamed VI recibió la tarde de este lunes a los embajadores de 14 países que aguardaban desde hace meses para presentar sus credenciales al monarca en un acto protocolario que muestra las demoras que produce la continuada ausencia del rey en el país y en los asuntos diarios de palacio. Una recepción en la que faltaron los representantes diplomáticos de Francia y Estados Unidos, ninguneados por la Casa Real alauí con el trasfondo del conflicto del Sáhara Occidental.

Entre los que desfilaron por palacio figuran los nuevos embajadores de Rusia, Dinamarca, Qatar, Colombia, Yibuti, Japón, Etiopía, Alemania, Paraguay, Somalia, Sudán o Panamá. Pero ni rastro de los nuevos jefes de misión de Francia, Christophe Lecourtier y Estados Unidos, Puneet Talwar. Ambos llevan desde finales del año pasado a la espera de ser recibidos por el rey y su exclusión ha sido destacada por la prensa oficialista marroquí en medio de las distancias que ambos países han marcada hacia el conflicto del Sáhara Occidental y las tesis marroquíes.

"Su majestad el rey Mohamed VI recibió, hoy lunes en el Palacio Real de Rabat, a varios embajadores extranjeros, que vinieron a presentar al Soberano sus credenciales como embajadores plenipotenciarios y extraordinarios de sus países en el Reino", detalla un despacho real en el que se enumeran los embajadores recibidos. "La audiencia tuvo lugar en presencia del ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Burita, y del chambelán de Su Majestad el Rey, Sidi Mohamed El Alaui", agrega la escueta nota.

Escalada con Francia

Con Francia hay una crisis abierta que, lejos de resolverse, suma nuevos episodios de desaires públicos por parte del poder en Rabat. Este pasado fin de semana el ministro de Industria y Comercio marroquí Ryad Mezzour se negó a hablar en francés en un nuevo gesto de hostilidad hacia Francia después de que un periódico vinculado al Palacio Real ventilara la supuesta vida privada de Emmanuel Macron.

Rabat rechazó la oferta de ayuda ofrecida por Francia tras el terremoto que a principios de septiembre se cobró cerca de 3.000 vidas. El sindicato de periodistas marroquí lleva semanas criticando a la prensa gala por su cobertura del seísmo, marcada por la lenta respuesta de las autoridades. Las autoridades deportaron a dos periodistas franceses tras la crisis humanitaria.

La actual crisis entre Marruecos y Francia está provocada por el espionaje marroquí a través de Pegasus al teléfono de Macron y sus ministros. En julio de 2021 una investigación desveló que Macron, su ex primer ministro Edouard Philippe y 14 de sus 20 ministros habían sido seleccionados por los servicios secretos de Marruecos como potenciales objetivos de la vigilancia con Pegasus.

Desde entonces Macron no ha recibido en el Elíseo a Mohamed VI a pesar de que el rey de Marruecos reside la mayor parte del año en su palacete parisino y disfruta en las boutiques de la capital gala de los placeres al alcance de una de las fortunas reales más abultadas del planeta. En París y de vacaciones se encontraba Mohamed VI hace tan solo dos semanas cuando el seísmo le obligó a regresar a casa.

Biden marca distancias

En el caso de EEUU, la administración Biden ha dado señales de desmarcarse de las medidas adoptadas por Donald Trump en la recta final de su mandato, principalmente el reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara. Un ejercicio de rectificación que en Rabat no han pasado por alto y cuyo malestar exhiben públicamente ahora con el desplante al embajador.

Desde que Joe Biden llegara a la Casa Blanca, la posición estadounidense en el contencioso del Sáhara Occidental ha sido una incógnita. Oficialmente no se ha revertido la posición de Donald Trump de reconocimiento de la soberanía marroquí sobre la ex colonia española. Sin embargo, el Departamento de Estado estadounidense ha marcado distancias al considerar que el plan de autonomía propuesto por Rabat es tan solo “uno de los muchos enfoques posibles”.

A principios de septiembre el subsecretario adjunto para el norte de África, Joshua Harris reiteró en Rabat que "Estados Unidos sigue considerando el plan de autonomía de Marruecos como serio, creíble y realista, y como un enfoque potencial para satisfacer las aspiraciones del pueblo del Sáhara Occidental". Washington ha dado muestras, además, de respaldo total a la labor del Enviado Personal del Secretario General de la ONU, Staffan de Mistura "para lograr una solución política duradera y digna para el Sáhara Occidental".