Oficialmente las negociaciones para reanudar la tregua en Gaza, auspiciadas por Qatar, han acabado. Israelíes y dirigentes de Hamás se acusan mutuamente de haber volado los últimos puentes después de que el viernes expirara el cese de hostilidades. La delegación del Mossad ha abandonado Doha, la capital de Qatar, y el movimiento islamista palestino asegura que no volverá a sentarse en la mesa hasta que Tel Aviv decrete una tregua permanente en pleno recrudecimiento de los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza

El gobierno de Israel ordenó este sábado la retirada de la delegación de inteligencia que envió a Qatar para negociar, a través de la mediación de autoridades qataríes, egipcias y estadounidenses, pactos y treguas con el grupo islamista Hamás, al considerar que las conversaciones alcanzaron un punto muerto.

“Debido al estancamiento en las negociaciones, y siguiendo instrucciones del primer ministro, Benjamín Netanyahu, el jefe del Mosad, David Barnea, ordenó al equipo negociador en Doha que regrese a Israel”, indica un comunicado de la oficina del jefe de Gobierno, emitido en nombre de la agencia de inteligencia. "La organización terrorista Hamás no cumplió su parte del acuerdo, que incluía la liberación de todos los niños y mujeres, con base en una lista entregada a Hamás y aprobada" por ese grupo, añadió.

Intensificación de los ataques aéreos

Por su parte, Hamás confirmó la ruptura de conversaciones. El jefe adjunto del buró político de Hamás, Saleh al Arouri, declaró a la televisión qatarí Al Yazira que no habrá intercambio de prisioneros mientras continúe el ataque contra Gaza. "Ahora no hay negociaciones sobre la tregua. No habrá intercambio de prisioneros hasta que termine la agresión y haya un alto el fuego completo y definitivo", aseveró. "La ocupación insiste en que sigue habiendo mujeres y niños retenidos, pero nosotros hemos dicho que los hemos entregado a todos. Los prisioneros que quedan en Gaza son soldados y civiles que sirvieron en el ejército de ocupación. Nuestros prisioneros sionistas no serán liberados hasta que todos nuestros prisioneros sean liberados y se establezca un alto el fuego. La resistencia está preparada para todos los escenarios militares israelíes, ya sea guerra terrestre, aérea o de otro tipo", agregó.

La situación sobre el terreno exhibe con crudeza esa ausencia de negociaciones, con las llamadas del ejército israelí a nuevas evacuaciones mientras la ofensiva se desplaza hacia el sur de la Franja, donde se hallan más de 1,8 millones de desplazados. Los bombardeos han sido especialmente intensos desde este sábado. Más de 30 personas han muerto en las primeras horas de este domingo en ataques aéreos israelíes dirigidos contra zonas de las ciudades meridionales de Jan Yunis y Rafah. Cientos de residentes siguen atrapados en las zonas de Jan Yunis que fueron blanco de los bombardeos, ya que las principales carreteras que conducen a otras partes de la ciudad o más al sur han quedado destruidas o gravemente dañadas.

Fin de la tregua

Israel y Hamás rompieron la mañana del viernes una tregua negociada por Qatar, Egipto y Estados Unidos, que incluyó la liberación de 105 rehenes secuestrados por el grupo islamista (81 israelíes y 24 extranjeros) a cambio de 240 palestinos prisioneros en cárceles israelíes, todos mujeres y menores.

Esta tregua, que duró del 24 al 30 de noviembre, supuso una pausa en los combates de la guerra que estalló el 7 de octubre y permitió la entrada de ayuda humanitaria a la devastada Franja de Gaza. Según las autoridades israelíes, Hamás aún mantiene cautivos a 132 rehenes con vida, entre ellos dos niños, los hermanos Ariel y Kfir Bibas, de 4 años y 10 meses respectivamente, que fueron secuestrados junto a sus madre Shiri Silverman Bibas -de origen argentino- y su padre Yarden Bibas.

El vocero del Ejército israelí, Daniel Hagari, dijo anoche que Hamás no cumplió su compromiso de liberar a la madre y los dos niños de la familia Bibas. Pero Hamás alega que esas tres personas murieron por bombardeos israelíes y que ofreció entregar sus cuerpos, algo que Israel no aceptó.

La guerra estalló el 7 de octubre tras un ataque de Hamás que incluyó el lanzamiento de miles de cohetes hacia Israel y la infiltración de unos 3.000 milicianos que mataron a unas 1.200 personas y secuestraron a otras 240 en aldeas israelíes cercanas a la Franja.

Desde entonces las fueras de Israel mantuvieron una implacable ofensiva por aire, tierra y mar sobre el enclave palestino que ha causado más de 15.000 muertos, unas 6.000 personas bajo los escombros y casi dos millones de desplazados que viven en medio de una grave crisis humanitaria.