Por primera vez desde el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha esbozado el escenario posterior al fin de la contienda en un territorio que gobierna desde 2006 Hamás tras vencer en las elecciones de aquel año. Una hoja de ruta que no coincide con las declaraciones públicas vertidas por el primer ministro Benjamin Netanyahu y otros miembros de su propio Ejecutivo, que se han manifestado favorables a ocupar la Franja e incluso expulsar a la población palestina.

"En la región norte de la Franja de Gaza, haremos la transición a un nuevo enfoque de combate de acuerdo con los logros militares sobre el terreno", ha prometido la oficina de Gallant en un comunicado. El plan será presentado al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, cuando emprende una nueva gira por la región.

Éxodo de residentes en los campos de refugiados de Al Nuseirat y Al Bureij.
Éxodo de residentes en los campos de refugiados de Al Nuseirat y Al Bureij. | EFE

Ni Israel ni Hamás gobernarán la Franja

Israel no gobernará la Franja de Gaza una vez que haya concluido la guerra contra el grupo islamista Hamás, con el incierto propósito israelí de acabar con el movimiento islamista palestino que mantiene altos índices de apoyo en Gaza y Cisjordania, en poder de la Autoridad Palestina de Mahmud Abás. Lo hará, según Gallant, "una institución palestina" sin más precisión.

"Ni Hamás gobernará Gaza ni Israel gobernará a los civiles de Gaza. Los residentes de Gaza son palestinos, por lo que organismos palestinos estarán a cargo, con la condición de que no haya acciones hostiles o amenazas contra el Estado de Israel", señala el comunicado de Defensa.

Una entidad "no hostil" a Israel se hará cargo de Gaza

Esa entidad que tendrá como principal característica su voluntad de no desafiar a Israel y sus acciones no sería, en ningún caso, la Autoridad Palestina. Netanyahu ha insistido en reiteradas ocasiones que no tiene intención de entregar el control de la Franja de Gaza a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna partes reducidas de Cisjordania, a través de su presidente, el cuestionado Mahmud Abás. "Mientras sea primer ministro de Israel, esto no sucederá", afirmó en diciembre, al acusar a la ANP de financiar el "terrorismo".

La ANP, con acuerdos de cooperación con Israel basados ​​en los Acuerdos de Oslo (1993-1995), perdió el control de Gaza en 2007 después de que Hamás tomara el poder por la fuerza. La ANP ha señalado que solo volverá a hacerse cargo de la administración del enclave en el hipotético caso de un proceso de paz con Israel que contemple la creación de un Estado palestino, con Jerusalén este como capital y Cisjordania y Gaza como territorios constituyentes, algo que está muy lejos de la realidad actual.

En entrevistas a El Independiente, dirigentes de Hamás se ha muestro contrarios a planes como éste, insistiendo en que el grupo -que, a pesar de la operación militar en marcha, mantiene un importante arsenal, recursos y personal- no aceptará en ningún caso a ninguna autoridad "que llegue a Gaza en los tanques israelíes". El grupo está dispuesto a librar una guerra de guerrillas que sería letal para las tropas israelíes por su conocimiento de la geografía gazatí y la red de túneles que permanece aún operativa.

Tropas israelíes en uno de los túneles de Hamás en Gaza
Tropas israelíes en uno de los túneles de Hamás en Gaza

Luz verde para incursiones militares de Israel

El plan diseñado en los cuarteles israelíes también introduce como requisito imprescindible para aceptar a la nueva entidad palestina a cargo de Gaza el compromiso de ésta de que el ejército israelí gozará de completa libertad para realizar operaciones militares en Gaza, en una situación similar a lo que ya sucede en Cisjordania, con incursiones y control efectivo de las tropas israelíes del territorio palestino.

Sin asentamientos israelíes en Gaza

Ha sido un reclamo recurrente entre los ministros más radicales de la coalición de Netanyahu: la emigración de la población palestina y la recuperación de los asentamientos israelíes desmantelados en 2005 tras la salida de las tropas israelíes de Gaza.

Según el plan trazado por Defensa israelí, "no habrá presencia civil israelí en la Franja de Gaza", aunque aparentemente Israel mantendrá el bloqueo por aire, tierra y mar que ejerce sobre el enclave desde 2007. "Debido a requisitos de seguridad, Israel llevará a cabo la inspección de las mercancías que entren en la Franja de Gaza", indicó el ministerio.

Reconstrucción internacional

Los bombardeos israelíes han devastado la Franja de Gaza, con más de la mitad de sus edificios dañados o completamente destruidos, pero Tel Aviv no asumirá el coste de la reconstrucción. No pagará la factura de la destrucción que ha causado desde el 7 de octubre, con las operaciones militares aún en marcha y más de 2 millones de personas arrinconadas en el sur de la Franja. Defensa israelí confía ese esfuerzo presupuestario a una alianza internacional, formada Estados Unidos, Europa y Oriente Medio. Serán ellos los que "asuman la responsabilidad de la rehabilitación de la Franja".