Los primeros bombardeos lanzados este viernes por la coalición liderada por Estados Unidos y Reino Unido reconcilian a Yemen, la nación más pobre del Golfo Pérsico, con una larga y traumática historia como escenario de ataques aéreos. El Pentágono los empleó en el pasado para perseguir a la sucursal regional de Al Qaeda que se hizo fuerte en mitad del caos yemení y entre 2015 y 2022 una alianza árabe encabezada por Arabia Saudí agujereó desde el aire el mapa del país para tratar de detener el avance del grupo rebelde chií de los hutíes. Con escaso éxito.

El movimiento, originario del norte montañoso del país y uno de los principales actores del llamado Eje de Resistencia financiado por Irán, vuelve a ser ahora el objetivo de los bombardeos -en este caso, de la administración Biden con apoyo logístico y de inteligencia de Bahréin, Países Bajos, Australia y Canadá- tras haber firmado desde el pasado noviembre una veintena de ataques con misiles y aviones no tripulados que han puesto en jaque la navegación comercial en el estrecho de Bab al Mandeb, a las puertas del mar Rojo y el Canal de Suez, una ruta clave del tráfico global por la que transita alrededor del 15% del comercio marítimo global, incluyendo el 12 % del comercio de petróleo.

Impulsará el reclutamiento de los hutíes

Los expertos en el complejo polvorín yemení consultados por El Independiente ponen en duda la efectividad de la ofensiva estadounidense que, en palabras de Biden, quiere servir de disuasión al grupo yemení. "Estos ataques selectivos son un mensaje claro de que Estados Unidos y nuestros socios no toleraremos ataques contra nuestro personal ni permitiremos que actores hostiles pongan en peligro la libertad de navegación en una de las rutas comerciales más críticas del mundo", explicó la Casa Blanca.

No sólo radicalizará más a los hutíes sino que reforzará su reclutamiento

"Los ataques son una mala noticia. No sólo radicalizará más a los hutíes sino que reforzará su reclutamiento", advierte a este diario el politólogo yemení Hisham el Omeisy. Se cuenta entre los mejores conocedores de los hutíes, con quienes no comparte simpatía alguna. En 2017 fue arrestado por el grupo y permaneció seis meses en confinamiento solitario en una prisión de Saná, la capital de Yemen. Meses después de su liberación, huyó del país. "Los hutíes no retrocederán, lo que pondrá a prueba la eficacia de los ataques limitados y podría obligar a la coalición a intensificarlos con otros adicionales", vaticina.

Las primeras declaraciones públicas de los principales dirigentes hutíes van en la línea de desafiar a Washington y presumir de tratar de tú a tú con el poderío militar estadounidense, desplegado en las inmediaciones del mar Rojo. "El enemigo estadounidense y británico asume toda la responsabilidad por su agresión criminal contra el pueblo yemení. Esta ataque no quedará sin respuesta ni castigo", alertó el portavoz militar hutí Yahia Saree en alocución pública.

Alimentará la retórica del grupo

Precisamente este nuevo episodio de la escalada regional, cuyo riesgo cierto este viernes advirtieron los países árabes e Irán, sirve a la retórica que los hutíes han explotado desde el 7 de octubre, fecha del ataque de Hamás contra Israel e inicio de los bombardeos israelíes a modo de represalia.

Desde entonces los hutíes han tratado de posicionarse como el jugador regional que junto a la milicia chií libanesa de Hizbulá, otro peón de Irán en Oriente Próximo, más se ha implicado en solidaridad con "los hermanos palestinos" en Gaza. Se sienten "punta de la lanza de la resistencia", en competencia con Hizbulá o las milicias chiíes pro iraníes de Irak, que también han atacado objetivos estadounidenses en el país. "Las fuerzas armadas yemeníes seguirán impidiendo la navegación en el mar Rojo a los buques israelíes o a los navíos que naveguen hacia los puertos palestinos ocupados", prometió este viernes Saree.

Resulta difícil ver que los ataques aéreos hagan otra cosa que fortalecer aún más la posición hutí en las zonas de Yemen que ya controlan

"Los hutíes llevan años queriendo llevar su guerra a Israel y Estados Unidos.
Su lema ["Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, malditos sean los judíos y victoria del islam"] se basa en hacer precisamente eso", subraya en declaraciones a este diario Kristian Coates Ulrichsen, profesor de la Universidad estadounidense de Rice y reputado experto en Oriente Próximo. "Resulta difícil ver que los ataques aéreos hagan otra cosa que fortalecer aún más la posición hutí en las zonas de Yemen que ya controlan y proporcionarle credibilidad regional por ser el movimiento que ha apoyado a los palestinos en Gaza".

Los hutíes explotarán con mayor vehemencia la ola de descontento público por la falta de respuesta internacional a la magnitud del coste humano de la operación militar israelí en la Franja de Gaza, que se ha cobrado ya cerca de 24.000 vidas. Y tratarán de seguir exhibiendo lo que consideran la doble vara de medir de Estados Unidos, capaz de vetar las llamadas en la ONU a lograr un alto el fuego mientras no escatima en golpearles directamente. "Como parte de su apoyo a los continuos crímenes de Israel en Gaza, el enemigo estadounidense-británico lanzó un brutal ataque contra la República de Yemen con 73 incursiones", subraya la propaganda hutí. Las multitudinarias manifestaciones de este viernes en Saná abonan este relato.

Reforzará su resiliencia tras 8 años de bombardeos saudíes

Los hutíes son avezados expertos en resistir. Lo han demostrado desde que en 2015 Arabia Saudí forjara la coalición que ha bombardeo enclaves controlados por el grupo. Una severa campaña de ataques aéreos que ha dejado alrededor de 13.000 civiles muertos en ocho años de guerra civil que, según cifras de la ONU, ha segado 377.000 vidas, la mitad de ellas directamente causadas por la espiral de violencia. Los bombardeos cesaron en marzo de 2022 para facilitar las conversaciones políticas y la búsqueda de una salida pacífica a un conflicto oficialmente en stand by.

Los hutíes han aprendido a vivir literalmente sin nada. Son extremadamente resistentes, de ahí que no respondan bien a la coerción o la disuasión

"La coalición está tratando de buscar cierto equilibrio: por un lado, golpear duro a los hutíes y enviar un mensaje claro de disuasión pero, por otro lado, sin escalar más allá del punto de no retorno", subraya a este diario Andreas Krieg, profesor titular de la Escuela de Estudios de Seguridad del King's College de Londres. "Es un equilibrio muy difícil de alcanzar porque creo que no hay forma de golpear con la suficiente dureza como para destruir la capacidad militar de los hutíes para seguir llevando a cabo estas operaciones contra los barcos y buques que pasan por Bab al Mandeb", admite.

El grupo que amenaza ahora el comercio mundial tiene una larga y demostrada capacidad de resiliencia. "Los hutíes han aprendido a vivir literalmente sin nada. Son extremadamente resistentes, de ahí que no respondan bien a la coerción o la disuasión. Están dispuestos a mantener esta presión indefinidamente y son capaces de hacerlo; lo han hecho durante casi 20 años en Yemen y ciertamente lo han hecho bajo la presión saudí durante nueve años", apunta Krieg. Es un análisis que comparten todos los expertos sondeados por este diario. A su juicio, resultaría más viable convencer a Israel de la necesidad de detener la operación en Gaza o reducir notablemente su intensidad. "La campaña de la coalición parece más escaparate sin abordar realmente la causa raíz del conflicto: la guerra en Gaza".

Aumentará su legitimidad en las posguerra

Oficialmente los hutíes se hallan en conversaciones con los saudíes para diseñar el día después a la guerra civil en Yemen. Representantes del grupo han visitado el reino vecino y Riad, tras la fatiga militar de ocho años de bombardeos, ha expresado en público su compromiso con "una solución política global y duradera en Yemen bajo la supervisión de la ONU".

El enésimo episodio del conflicto palestino-israelí y la decisión estadounidense de enfrentarse directamente a los hutíes pueden favorecer su posición en esas negociaciones. "Los hutíes se están anotando puntos políticos en términos de presencia e impulso regional y aprovecharán la flexión para obtener concesiones adicionales en las conversaciones en curso con Arabia Saudí", alerta El Omeisy. "La respuesta militar contra los hutíes, aunque aparentemente justificada, los legitima aún más y aumenta su estatura local", añade.

No destruirá su capacidad balística

Las vicisitudes de esta última década han sido múltiples para los hutíes, pero en ningún caso los ha amedrentado. En la contienda civil los hutíes establecieron alianzas con otros actores que más tarde traicionaron, aplastando a cualquier disidencia, y se han enfrentado a potencias regionales como Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudí, lanzado misiles balísticos contra ambos países. En el caso saudí, lanzaron en 2019 ataques con drones contra dos instalaciones de la petrolera estatal Aramco, la compañía más rentable del planeta, que interrumpieron la mitad de la producción de crudo del reino y sembraron el pánico en las bolsas de medio mundo. Entonces las embestidas de una milicia que muchos han subestimado continuamente sonrojaron a los saudíes y mostraron su falta de preparación para tal coyuntura.

Han estado produciendo y adquiriendo de Irán misiles de mayor alcance, mayor carga útil y mayor precisión

Su arsenal actual debería preocupar seriamente a sus enemigos. Desde octubre los hutíes han lanzado misiles balísticos y drones con el territorio israelí como destino, a unos 1.600 kilómetros de distancia. Buques, baterías antimisiles y cazas israelíes han interceptado la mayoría de las arremetidas antes de impactar en suelo israelí.

"Los hutíes de hoy no son los mismos que los de hace una década o durante la campaña liderada por Arabia Saudí", avisa un analista de seguridad en conversación con este diario. "Han estado mejorando continuamente sus capacidades en este sentido, produciendo y adquiriendo de Irán misiles de mayor alcance, mayor carga útil y mayor precisión. En términos de sofisticación, les queda camino por recorrer en lo que respecta a la precisión y la capacidad de los sistemas de control de fuego para comunicarse con el misil, junto con la calidad de producción de sus misiles, pero suponen una gran amenaza para los buques civiles y para los buques de guerra de la coalición", arguye.

Para Mayssa Shuja al Deen, investigadora del think tank Centro Saná para Estudios Estratégicos, los bombardeos estadounidense "no disminuirán su poder militar". "No les disuadirá de tomar represalias y atacar más barcos o bases militares estadounidenses en la región", añade. A su capacidad de resistencia contribuye su estructura organizativa en red, sin un mando único, y la naturaleza de su estructura militar, lejos de un ejército al uso. "Los hutíes no tienen la infraestructura militar de un ejército convencional. Y ya fueron golpeados por los saudíes durante más de siete años, sin que disminuyera ni debilitara sus capacidades militares. Al contrario, se fortalecieron", detalla la experta escéptica con los objetivos anunciados por la nueva coalición.