En su alocución de noviembre, la última hasta la de este miércoles, el líder de Hizbulá Hasan Nasralá rehuyó el escenario de una guerra abierta con Israel. Pero lanzó como advertencia: "La escalada depende de dos cosas: la evolución de la situación en Gaza y el comportamiento del enemigo sionista hacia el Líbano". Una ecuación que saltó por los aires este martes con el asesinato del número dos del ala política de Hamás, Saleh al Arouri, y otros seis dirigentes del grupo durante una reunión en su oficina en el sur de Beirut, el bastión de Hizbulá en la capital libanesa.

Este miércoles, en su discurso, ha vuelto a optar por exhibir cierta mesura. "Hizbulá está luchando de una manera calculada que está ocasionando grandes pérdidas al enemigo, pero puede librar una guerra total si Israel así lo desea", ha amenazado Nasralá tras alertar de que "el peligroso crimen, al asesinar a un líder de Hamás y golpear el sur de Israel, no quedará impune". "Esperen a los días venideros", ha avisado. "Anoche, intentaron presentar una imagen de victoria con el asesinato a traición del jeque Saleh. Pero en Gaza, ¿dónde están?", ha subrayado Nasralá, que tiene previsto ofrecer otra alocución el próximo viernes.

Plantea realmente un gran desafío y un dilema para Hizbulá

"El asesinato de Al Arouri supone una escalada muy grave en el conflicto entre Israel y Hizbulá. Parece que Israel quiere arrastrar a Hizbulá a una guerra más amplia", reconoce en conversación con El Independiente Kawa Hassan, experto en Oriente Próximo y norte de África del centro de análisis Stimson. "Plantea realmente un gran desafío y un dilema para Hizbulá, porque, por un lado, no puede permitirse no responder, pero, al mismo tiempo, su respuesta parece estar dentro de las normas de enfrentamiento, es decir, no desencadenar una guerra más amplia con Israel, porque eso sería destructivo para Hizbulá".

Un complicado ejercicio de equilibrismo que ha tratado de resolver el discurso de Nasralá de esta tarde. Aunque Israel no ha reivindicado como propio el ataque con dron -la primera embestida en Beirut desde la guerra de Israel y el Líbano en 2006-, varios ministros del Ejecutivo de Benjamin Netanyahu han jaleado su liquidación en línea con la promesa previa de acabar con la actual cúpula política y militar de la organización islamista palestina que gobierna Gaza desde las elecciones de 2006 y se ha ganado el apoyo de la mayoría de la población en Cisjordania frente a su rival, un Fatah en horas bajas.

Un miembro de la Defensa Civil en la escena del ataque con dron en Beirut. | EFE

La FINUL advierte de "las consecuencias devastadoras"

Los observadores de la complicada realidad libanesa -un crisol de credos y un país en bancarrota- ya han alzado la voz sobre un posible escalada. La FINUL, la misión de la ONU para el Líbano con un importante destacamento militar español, ha advertido de las "consecuencias devastadoras" para israelíes y libaneses de la profundización de las hostilidades en la siempre sensible frontera entre el estado judío y el Líbano, escenario de intercambios de fuego desde el ataque de Hamás el 7 de octubre y el inicio de las represalias israelíes.

"Con este asesinato, Israel está literalmente llamando a Hizbulá e Irán. Les dice que está dispuesto a asesinar probablemente al líder militar más importante de Hamás fuera de Palestina y lo está haciendo en el bastión y el corazón de Hizbulá, en Beirut, el distrito de Al Dahya. La cuestión es cómo responderán Hezbolá y su líder, Nasralá, e Irán", aventura Hassan.

Hizbulá promete "vengar la muerte de Al Arouri"

Las reacciones de los interpelados por Tel Aviv no se han hecho esperar. Hizbulá asegura que el asesinato "no quedará impune" tras considerarlo "un peligroso ataque contra el Líbano". Su principal valedor internacional, la República Islámica de Irán, insiste en que su liquidación es una muestra del fracaso de la estrategia militar israelí en Gaza.

"Los actos malvados de Israel en otros países suponen una amenaza real para la paz y la seguridad y una grave alarma para la seguridad de los países de la región", señaló el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, en una declaración en la red social X. A su juicio, demuestra que Israel "no logró ninguno de sus objetivos tras semanas de crímenes de guerra, genocidio y destrucción en Gaza". El portavoz de Exteriores iraní agregó que el homicidio "encenderá sin duda otra oleada en las venas de la resistencia y la motivación para luchar contra los ocupantes sionistas, no sólo en Palestina sino también en la región y entre todos los buscadores de la libertad del mundo".

Dos mujeres pasan por las inmediaciones del ataque con dron que mató a Saleh al Arouri en Beirut. | EFE

Israel dice estar "muy preparada" para la escalada

Israel, por su parte, afirma estar preparada tras haber avivado el fuego de la escalada regional. "Estamos muy preparados para cualquier escenario", admitió Daniel Hagari, portavoz militar israelí.

El asesinato lleva su firma. "No produce extrañeza que Israel haya asesinado a alguien así. Han hecho este tipo de cosas muchas veces antes, como el asesinato de científicos iraníes en Irán trabajando en el programa nuclear. Lo han hecho y lo volverán a hacer", comenta a este diario David Roberts, profesor de la escuela de estudios de seguridad del King’s College de Londres. A propósito de su impacto en la cúpula de Hamás, Roberts subraya que la historia previa demuestra que "hay mucha gente para reemplazarlos".

La principal incógnita sigue siendo cómo la organización aludida por el ataque de la inteligencia israelí, Hizbulá, volverá a atemperar su respuesta. "Supongo que será una respuesta calibrada, una respuesta comedida, porque hasta este momento Hizbulá e Irán no quieren una guerra más amplia con Israel, por mucho que el gobierno de Netanyahu intente provocar una extensión de la contienda", concluye Hassan.