Open Arms nació en 2015, en plena crisis migratoria y con la conmoción que provocó el fogonazo del cadáver del niño kurdosirio Alan Kurdi en la orilla de la costa turca. World Central Kitchen fue establecida por José Andrés en 2010 tras el devastador terremoto de Haití. Ambas ONGs de nuevo cuño y con conexión española, que ya cooperaron en el desembarco de comida en Odesa tras la invasión rusa de Ucrania, se han convertido en el primer equipo en abrir un corredor marítimo de ayuda humanitaria hacia Gaza que rompe el bloqueo terrestre impuesto por Israel y se adelanta a la construcción de un puerto flotante anunciado hace una semana por Joe Biden.

El barco de Open Arms zarpó a primera hora de este martes rumbo a la Franja de Gaza. Inauguró su misión 109 con 14 miembros a bordo y el objetivo de llevar comida allá donde la hambruna ha comenzado a hacer estragos, en pleno mes sagrado musulmán del Ramadán. Según el ministerio de Sanidad gazatí, hasta este lunes 21 menores palestinos habían muerto por malnutrición. “Hace tres semanas, cuando Open Arms llegó a Larnaca, parecía prácticamente imposible”, aseguraron este martes a El Independiente desde la ONG española fundada por Óscar Camps. “Después de celebrar muchas reuniones y realizar un proyecto técnico exhaustivo para que la operativa funcionase, lo hemos hecho posible”, recalcan.

La nave, dedicada hasta ahora a rescatar migrantes en las aguas del Mediterráneo desafiando la persecución de autoridades como las italianas y una legislación cada vez más estricta, remolca una plataforma con 200 toneladas de alimentos. “Es una misión de altísima complejidad. Avanza muy lento porque es un barco pequeño”, explican sus responsables.

Tenemos todos los permisos necesarios, incluido el de Israel. De otra manera no nos hubiéramos puesto en marcha

La operación abre “de facto” un vía marítima hasta ahora no explorada que conecta Chipre con Gaza, unas 210 millas naúticas. Su inicio recibió este fin de semana la visita de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Estoy muy contenta de asistir a esta operación piloto inicial. Nos enfrentamos a una catástrofe humanitaria en Gaza y estamos con los civiles inocentes en Palestina”, declaró la alemana, centro de las críticas tras su visita en octubre a Tel Aviv, desde el puerto de Larnaca. Chipre bautizó esta alternativa como plan Amalthea.

Construcción del embarcadero en Gaza.

Un embarcadero construido a contrarreloj

El Open Arms alcanzará la costa de Gaza en los próximos días. “Tenemos todos los permisos necesarios, incluido el de Israel. De otra manera no nos hubiéramos puesto en marcha”, advierten desde la ONG. Su destino es un embarcadero que levanta a contrarreloj WCK en la Franja, donde cinco meses de guerra han dejado más de 31.000 muertos, 1,7 millones de desplazados y unas infraestructuras completamente arrasadas.

Desde 1967 Israel ha ejercido el control total de la costa y las aguas territoriales de Gaza, impidiendo que los barcos llegaran a la Franja. El bloqueo es total desde 2007, tras las elecciones en las que se impuso Hamás. Israel cerró entonces los pasos fronterizos de Gaza y su puerto ha estado bajo bloqueo naval israelí, convirtiéndolo en el único puerto marítimo del Mediterráneo cerrado a la navegación.

La iniciativa no está, en ningún caso, vinculada al puerto flotante anunciado por Biden, un proyecto criticado por los trabajadores humanitarios porque, en el mejor de los escenarios, tardará semanas en estar completado, en mitad de una hambruna y una inseguridad alimentaria que -unida a la falta de instalaciones médicas y la propagación de enfermedades- amenazan a la población gazatí. Precisamente el pasado sábado emprendió camino hacia la zona el buque estadounidense General Frank S. Besson, que transporta el material necesario para la construcción del puerto.

El puerto de Gaza ha estado bajo bloqueo naval israelí desde 2007, convirtiéndolo en el único puerto marítimo del Mediterráneo cerrado a la navegación.

Una solución "imaginativa"

En mayo de 2010 la bautizada “Flota de la libertad” trató quebrar el bloqueo naval sobre Gaza. El asalto de la marina israelí se saldó con la muerte de nueve activistas y un periodista. Una treintena resultó herida. ¿Cómo es posible que ahora dos ONG de reciente creación y con vinculación española logren lo que no han conseguido otras instituciones y agencias de la ONU? “No tenemos respuesta para eso. Fue Israel el que aprobó en diciembre este corredor humanitario marítimo y nadie lo había trabajado de manera técnica hasta ahora. Al final hay que ser imaginativo y trabajar en muchas posibilidades. Ha sido una suma de factores”, arguyen.

El objetivo es establecer una autopista marítima de barcos y barcazas abastecidos con millones de comidas que se dirijan continuamente hacia Gaza

La misión, sufragada a través de una campaña de micromecenazgo, tiene como antecedente directo la operación conjunta que en mayo de 2022 permitió entregar más de 110 toneladas de alimentos en la región de Odesa, en plena invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia. “Ahora es simplemente un primer viaje que demuestra que el bloqueo naval impuesto por Israel se rompe”, deslizan desde Open Arms.

Una vez entregada, la carga trasladada por el Open Arms servirá para realizar casi medio millón de comidas. Las 200 toneladas contienen “arroz, harina, lentejas, judías secas, judías enlatadas, atún enlatado, carne de vacuno enlatada, pollo enlatado”, detallan desde la ONG de José Andrés. Desde octubre el equipo de WCK ha servido más de 35 millones de comidas, enviado más de 1.400 camiones a través del paso fronterizo de Rafah y abierto más de 60 cocinas comunitarias en toda Gaza. También ha participado en el envío de alimentos desde el aire a través de la aviación jordana.

Tras este primer envío marítimo, se abre la vía para “establecer una autopista marítima de barcos y barcazas abastecidos con millones de comidas que se dirijan continuamente hacia Gaza”. “Esperamos que haya otros barcos y más estados que se involucren en estos envíos. Nuestro objetivo es hacer factible esta nueva vía y que la entrada de ayuda al territorio sea sostenible y necesaria”, agregan desde Open Arms. Desde la ONU, no obstante, advierten de que las entregas por aire y mar no compensarán el cierre de las rutas de suministro terrestre, la vía más rápida para acabar con el hambre en Gaza.