Entre la incredulidad y la falta de ambición. El anuncio de Pedro Sánchez de que el Gobierno español reconocerá al Estado de Palestina antes de verano ha sido recibido con escaso entusiasmo entre los palestinos. Con la guerra a punto de cruzar el umbral del medio año, con 33.000 muertos y una destrucción cuyo valor económico supera los 18.500 millones de dólares, las fuentes consultadas por El Independiente consideran extremadamente "insuficiente" el paso de Moncloa tras quince años de promesas incumplidas y el hecho de que hasta nueve países de la Unión Europea ya firmaron un reconocimiento sin efectos prácticos sobre el terreno.

"Reconocer a un Bantustán [término que designa a cada uno de los veinte territorios que operaron como reservas tribales de habitantes no blancos en Sudáfrica y África del Sudoeste (actual Namibia) durante la época del apartheid], un territorio bajo total control militar, no va a cambiar la realidad sobre el terreno de genocidio y apartheid", responde tajante Inès Abdel Razek, directora del Palestine Institute for Public Diplomacy (PIPD), una ONG palestina que levanta acta de las violaciones de derechos humanos perpetradas por el Gobierno israelí.

Nada que no sea el aislamiento material, económico, político y cultural del Estado israelí es suficiente en este momento de genocidio

A juicio de Muhannad Ayyash, profesor de Sociología de la universidad canadiense de Mount Royal y reputado experto en el conflicto palestino-israelí, se trata de "un primer paso bienvenido, pero no es suficiente". "El reconocimiento tendrá un significado simbólico, y no voy a restarle importancia, pero el pueblo palestino necesita urgentemente una acción material que ejerza una presión real sobre el Estado israelí".

"Nada que no sea el aislamiento material, económico, político y cultural del Estado israelí es suficiente en este momento de genocidio. Como mínimo, España debe anunciar un embargo total de armas a Israel en ambos sentidos y establecer un calendario concreto para la ruptura total de los lazos diplomáticos y económicos con el Estado israelí. Esta es la única vía de acción que puede detener la actual Nakba del pueblo palestino. España debería trabajar con otras potencias intermedias de Europa, como Irlanda y Noruega, y del Sur Global, como Sudáfrica y Brasil, para empezar a ejercer una presión material real sobre el Estado israelí", agrega el académico.

Lo que España puede hacer y no ha hecho

Una valoración que también firma Omar Shakir, director de Human Rights Watch para Israel y Palestina, en conversación con este diario. "Definitivamente es un paso insuficiente. El reconocimiento de Palestina puede resultar un paso útil, pero no va a ser suficiente para evitar más atrocidades", opina Shakir cuyo incómodo trabajo de denuncia de las graves violaciones de derechos humanos cometidas en los territorios palestinos le costó en noviembre de 2019 la deportación de Israel.

"Hay una serie de cosas que España podría hacer y que serían mucho más significativas y necesarias dada la catastrófica situación en Gaza", añade Shakir. Y las enumera: "España debería utilizar todas sus formas de influencia, incluida la imposición de un embargo de armas a Israel aunque no las proporcione directamente; imponer sanciones selectivas a funcionarios israelíes y presionar a Israel para que cumpla la orden vinculante de la Corte Internacional de Justicia de garantizar la entrada de ayuda y la prestación de servicios básicos en Gaza".

España debería utilizar todas sus formas de influencia, incluida la imposición de un embargo de armas a Israel

Además, Shakir considera que España debería reconsiderar todas las relaciones bilaterales con las autoridades israelíes, incluidos los acuerdos comerciales. "Debe asegurarse de que no existe complicidad, que puede adoptar muchas formas ante estos graves abusos, y debería apoyar abiertamente la rendición de cuentas, incluida la actual causa ante la Corte Penal Internacional", detalla.

"Es de vital importancia que España reconozca la realidad y sse una al creciente consenso en el movimiento de derechos humanos de que el trato de Israel a los palestinos equivale al apartheid", alega Shakir, quien recalca que el reconocimiento de Palestina "tiene que ir seguido de acciones como prohibir el comercio con los asentamientos ilegales israelíes en territorio palestino ocupado".

De llegar a consumarse ahora el anuncio de Sánchez, no sería -en ningún caso- un acto insólito o pionero en el escenario internacional, ni siquiera en el seno de la Unión Europea. Ya han reconocido a Palestina países como Polonia, Hungría, República Checa, Suecia, Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia, Malta y Chipre. En total, 138 de los 193 estados miembro de la ONU han dado ya el paso, lo que no ha modificado la realidad sobre el terreno. "Podría ser un paso simbólico que tiene poco significado práctico sobre los derechos humanos si no se toma en conjunto con estas acciones que he mencionado", advierte Shakir.

Cambiar la dinámica con más presión

Y es que, para Abdel Razek, "únicamente la presión sobre Israel (el embargo de armas, la ruptura de relaciones diplomáticas, ola investigación del genocidio y el apartheid a nivel internacional…) puede cambiar la dinámica de poder y poner fin a la injusticia y décadas de colonización y expulsion". "Si están dispuesto a reconocer a Palestina, que lo hagan como parte de una estrategia mucho más amplia para poder garantizar el derecho a la autodeterminación del pueblo Palestino y no consolidar la realidad de fragmentación y Nakba perpetua".

Si están dispuesto a reconocer a Palestina, que lo hagan como parte de una estrategia mucho más amplia

En su gira por Oriente Próximo, Sánchez ha vuelto a defender la solución de los dos estados, una vía que muchos en Palestina e Israel consideran muerta. "La solución de dos estados no es una solución porque se habla en los círculos diplomáticos y políticos sin hablar de poner fin a la ocupación, al contrario, y la cuestión no puede ser si habrá un estado, dos o tres. La cuestión tiene que ser cómo poner fin a un sistema donde un pueblo, el israelí judío, tiene un control supremacista y colonialista y niega a la población palestina su existencia", apunta Abdel Razek.

Desde Doha, la última escala de su periplo, Sánchez agregó un nuevo elemento: España respaldará también el ingreso de Palestina como miembro de pleno derecho de la ONU. El martes Palestina solicitó que la ONU considere su petición para ingresar como Estado miembro de pleno derecho en la ONU, donde desde 2012 tiene estatus de Estado observador, condición que solo comparte con el Vaticano. En una carta enviada por la embajada de Palestina al secretario general de la ONU, la Autoridad Palestina, a través de su embajador Riyad Mansour, reclama a António Guterres que transmita al Consejo de Seguridad "lo antes posible" su deseo de convertirse en Estado miembro, de ser posible durante el mes de abril.

El proceso podría, no obstante, llevar su tiempo. El Consejo de Seguridad debe nombrar un comité que someta a estudio la cuestión y elabore un informe. Entonces, si ningún país ejerce su derecho a veto, la petición podría alcanzar la la Asamblea General, donde la propuesta necesita una mayoría cualificada (dos tercios de los votos en la Asamblea). Incluso en caso de aprobación, el Consejo debe dar el visto bueno definitivo. Estados Unidos se ha opuesto en el pasado a un membresía plena de los palestinos.

En 2011 la propuesta no superó la primera etapa al no reunir el apoyo de 9 de los 15 miembros del Consejo. Un camino que se antoja largo en mitad de los estertores de un conflicto en el que la comunidad internacional ha renunciado a elevar la presión de un modo efectivo. "El momento de actuar de forma significativa es ahora", alerta Ayyash.