Este viernes fue el último día legal para publicar encuestas. Mentira. Seguiremos viendo y analizando encuestas hasta el 21-D y el mismo 21-D desde Andorra o desde cualquier otro Estado. Abro paréntesis para pedirles a los ilustrísimos diputados que ya sería hora que cambiaran la ley porque existe eso de internet, que sin prohibiciones y cumpliendo la ley, cuenta lo que la ciudadanía espera.

¿Debemos creernos los estudios demoscópicos? ¿Derraparán igual que lo hicieron cuando Artur Mas (Ártur en Madrid) convocó las elecciones de 2012? Entonces convencieron al Molt Honorable President de un resultado tremendo como mínimo de 72 escaños (recuerdo que la mayoría absoluta está en 68). Y las encuestas lo avalaban. Y Mas se lo creyó. Y convocó. Y perdió 10 escaños tras creerse lo de la mayoría absoluta. Tuvo que conformarse con una cincuentena de diputados y se vio obligado a empezar a negociar.

Las encuestas. Ellas. Mentirosas. Zalameras. Hoy, ayer, mañana, las encuestas en Cataluña nos anuncian un escenario impreciso e incapaz. Nada sumará o cuadrará por muy poco. Demasiado poco.

Las encuestas catalanas aciertan si se analizan por bloques: los independentistas suman mayoría en algunas y los constitucionalistas nunca

Soy de la opinión de que las encuestas del escenario catalán de este diciembre aciertan si se analizan por bloques. Me explico. Los independentistas suman mayoría en algunas y la rozan en otras. Depende del medio de comunicación y de la cocina donde se elaboraron los estudios demoscópicos.

Los constitucionalistas, unionistas o antiindependentistas no suman nunca. En ninguna encuesta que se precie profesional. Pero ahí está el voto oculto. Lo dudo. Hace dos años o más quizá existían muchos encuestados que se mostraban discretos, incluso mentían, si su voto era conservador-español. Ahora eso, afortunadamente, no pasa. Se llenan las avenidas barcelonesas de partidarios de la Constitución y la rojigualda sin reservas. Bravo.

Pero más allá de lo que nos pida el cuerpo intentemos analizar las posibilidades. Todo está abierto. Todo es posible. Si suman los indepes, según confesó García Albiol (o sea el PP, o sea el Gobierno) el jueves en los Desayunos de TVE, tenemos un problema muy grave.

Si gana Arrimadas (que no Rivera), escenario que las encuestas no descartan, necesitará los votos a favor del PSC, PP y la abstención de los comunes para poder ser investida. Difícil y descartada posibilidad por lo menos hasta ahora por Iceta y Domènech. Otra posibilidad más remota aún es que el flanco de izquierdas (ERC, PSOE y CeCP) sume… Bueno. Si suma ya hablaremos. De momento ni a lo lejos.

Y en mi opinión el escenario más probable es que nada sumará. Nada se resolverá y los catalanes volveremos a votar antes del verano. Y quién sabe si no votaremos todos los españoles. ¿Rajoy aguantaría una derrota de este calado? La convocatoria electoral, con presos y procesados sólo podía llevar al paraíso rojigualdo. Si no es así ¿Qué? Porque en el noreste peninsular sobreviven un montón de Obélix, Astérix y Panorámix que se muestran irreductibles. Pesados. No se cansan de opinar, manifestarse y votar. Especialmente no se cansan de votar. Insisto. De votar.