La culpa, al final, para el guardia civil, sombra de lobo y luna de los caminos y de todo lo español. El guardia civil sigue siendo folclore porque es como un soldado con peineta, y tirar de folclore, de leyenda, de romancero, de torero y molinera siempre es un éxito en España. Antes que a Zoido, cualquiera preferiría a un guardia civil en la película del procés. Un guardia civil haciendo de malo o héroe con capa, de Zorro o Torquemada españolísimos, de vengador o de canalla de melodrama. Así que Zoido, ante el Tribunal Supremo, con voz, hora y ganas de enfermo con batín, señaló a Pérez de los Cobos, coronel de la Guardia Civil, o sea un civilón de los de echarle guindas al pavo, como responsable de todo lo que ocurrió o no ocurrió alrededor de aquel 1-O.

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