Pues en esta ocasión sí, aunque una de las víctimas propiciatorias ha enseñado al público los colmillos retorcidos del taimado legislador. En realidad se trata de una víctima (fiscal) y de un segundo protagonista, el juez que ha otorgado su tutela a un contribuyente maltratado. Me refiero al Juzgado de lo Contencioso núm. 2 de Pamplona, que por reparto conocía de un recurso interpuesto por aquél contra una liquidación abusiva. Un juez navarro ha dado el paso necesario para que la autoridad competente descubra que el pastel estaba envenenado.

Para seguir leyendo Regístrate GRATIS