Pedro Sánchez tiene al Estado entero como su casita de muñecas, como su colección de dedales. Por supuesto que la Fiscalía también es de Sánchez, faltaría más. Como es suya la presidencia, convertida en un Xanadú con tiovivo como el de Ciudadano Kane; o el CIS, donde se le envuelve el futuro en papel para chocolate; o TVE, con vigilantes de sanatorio en sus platós blancos. Es suyo el Estado y es suya la política entera, que él ve como su colchón de rey del colchón, como aquel Lorenzo Lamas despatarrado de domingo y achampanado de sedas, dispuesto sólo a recibir señoras y visones, que en el caso de Sánchez serían poder y votos. Y aún más que el Estado y que la política, es suyo todo bien y todo progreso, con los que él nos riega, providente y bautista. Cómo no iba a ser suya la Fiscalía, apenas un cuarto de costura para puñetas dentro de su gran hacienda de trigales, yeguadas y funcionarios.

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