Era octubre de 2016 y Ferraz estaba envuelta en llamas. Canal Sur describió el incendio, pero no se esforzó especialmente en explicar el porqué se había desatado. La idea era mostrar a Susana Díaz como la gran esperanza del partido y como la pacificadora que había apelado a cerrar la grieta que se había abierto en la cúpula socialista. Decir que la expresidenta de la Junta había echado leña al fuego no era conveniente.

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