No se asusten, el título del artículo es tan solo un reclamo para atraer la atención del lector. No regresaremos al 36 no, pero solo porque las condiciones sociales y económicas de la España de entonces no se parecen en nada a las actuales. Hoy, mal que bien, todos los españoles comemos tres veces al día y tenemos algo perder. Desgraciadamente sí hay algo prácticamente idéntico a aquella España de la década de los treinta: el odio cerval y el resentimiento que profesan la izquierda y los separatistas a los partidos de derechas. De nuevo la imagen cainita que durante siglos nos caracterizó y que tan bien representó Goya en su “duelo a garrotazos”. Una imagen que ha sido constante en los dos últimos siglos de nuestra historia con la muy honrosa excepción de los cuarenta años de vigencia de la Constitución de 1978 que ahora pretenden echarse por tierra.

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

Opciones de suscripción

¿Todavía no estás seguro? Consulta aquí todas las ventajas de suscribirte a El Independiente.

¿Ya eres usuario Premium?

Identifícate