Compartía el artículo anterior con la idea de que la recuperación económica podría ser rápida si algunos no se dedican a poner piedras en el camino o palos en las ruedas. Parece que será algo difícil de evitar para Pinocho y Pablemos.

De P y P mucho no se puede esperar, tienen bastante con los panegíricos y la publicidad, esas infumables apariciones como el nuevo Churchill lanzando mensajes de calado como la bajada de consumo de queroseno o la reducción de las apuestas. P y P lo más parecido a una empresa que han visto en su vida es el mercado negro de apuntes en la Complutense. No saben que una fábrica no se para en 24 horas, que no es darle a un botón y listo, que puede tener implicaciones graves. ¿Nadie les avisa de esto? ¿es normal decretar el cierre total y tener a la gente en vilo hasta las 12 de la noche para plasmar los acuerdos en un maldito papel? Que podemos esperar si la marquesa de Galapagar, princesa del nepotismo, con su verborrea habitual defiende desde su púlpito que las decisiones no las deben tomar los expertos. Para eso se ha estado preparando ella toda la vida, para no ser una experta, y así poder saltar rápidamente del supermercado al ministerio. 

Ante momentos excepcionales, medidas excepcionales, también transparencia, verdad y autocrítica, no autobombo y populismo. Lo primero que se les ocurre es prohibir los despidos. Es como de niño de primero de EGB, me enfado, no respiro. Qué fácil, lo siguiente subir impuestos. Claro que sí. Lo malo es que hay empresas que al limitarles la flexibilidad laboral lo que pones en entredicho es su viabilidad, y, tal vez se vean obligadas a cerrar. No despiden a 2, se van los 10 de la empresa a su casa. Las subidas de impuestos pueden suponer bajadas de recaudación. Todo bien.

Este gobierno ha dicho que no han cometido ningún error, son los mismos que azotaban desde la oposición por la muerte de un cánido. No obstante, ahora lo imperioso es centrarse en el día después y no tanto la profundidad de los daños.

Protección social, absolutamente sí, tics populistas no, atentar contra la propiedad privada es una infamia, ya sean fondos o propietarios individuales. ¿Quién creen éstos que está detrás de algunos de esos institucionales?  ¿Marcianos? No amigo Pablemos, abuelitas de Canadá, soldadores de Uerdingen o chapistas en Pelúgano, gente de carne y hueso.

No saben que una fábrica no se para en 24 horas, que no es darle a un botón y listo, que puede tener implicaciones graves

Los empresarios no son el enemigo. Por cierto, tampoco los hombres, escuchando a algunos y algunas, a veces lo parece. El 8M me tocó trabajar, camino a la oficina me crucé con varias turbas de seres humanos femeninos, me niego a llamarlas señoras, que banderas al ristre, cantos incendiarios, miradas agresivas y enrabietadas, avanzaban al estilo nazi insultando a los viandantes que se cruzaban observando perplejos el espectáculo. Todos y todas, estamos apostados contra los abusadores, los maltratadores, en definitiva, contra los delincuentes.

Me he enredado, lo siento, el confinamiento es enemigo de la concreción. lo que quería era opinar sobre las vías para salir de la crisis que comentaba en el anterior artículo. Hablaba de tres pasos, primero era controlar la pandemia a nivel mundial, obvio. Segundo la política monetaria y fiscal. Por último, aunque no por ello menos importante facilitar que siga funcionando el mercado de crédito.

En cuanto a política monetaria, cada vez tiene menos utilidad. Los tipos están sobre cero en muchos países, y, desde hace mucho tiempo. No es lo mismo que si hubieran bajado ahora desde el 3% hasta el 0-1%. Los programas de compra de activos lo que permiten es que los países puedan financiar sus déficits con bonos. Por lo tanto, la política monetaria es condición necesaria pero no suficiente para salir de esta crisis.

Lo que es imperioso para iniciar la senda de recuperación es que los Gobiernos pongan dinero, mucho dinero, no es el momento de la ortodoxia. Hay que cuidar a las empresas, a los empresarios, especialmente a pymes y autónomos. Amigo Pablemos, no es momento de nacionalizar negocios, es momento de dejar la ideología al margen y afrontar la economía de guerra a la que nos enfrentamos. Para ello, es imprescindible facilitar la vida a las empresas para que destruyan el menor empleo posible y un plan de reconstrucción a nivel europeo.

También puede ser el momento de plantear una renta mínima. Como medida puntual si el efecto en el empleo es catastrófico. Hay que preservar la dignidad de las familias, y una mínima demanda en la economía. Repito, puntual como podría ser el helicóptero con dinero. De momento lo que tenemos son compra de activos y préstamos. El BCE se ha comprometido a comprar hasta 750.000 millones en bonos y Europa ha puesto en marcha un paquete de 500.000 millones. No está mal, es adecuado, facilita el acceso a la liquidez, pero no es suficiente. Lo esencial es el plan de reconstrucción a nivel europeo. Y la discusión, ¿cómo lo financiamos?

Comprendo y comparto las tesis de los países del norte negándose a mutualizalizar la deuda de los países del sur. ¿Por qué yo, Holanda, voy a tener que responder ante una deuda acumulada a lo largo de los años de manera irresponsable por España? Hagámoslo de manera específica para esta situación. Creamos un vehículo (SPV), se dota con 1billón de euros con el objetivo de inversiones encaminadas a la reconstrucción económica europea. Sobre ese billón sí que se podría apelar a la solidaridad, que respondan todos los estados de manera mancomunada. Adicionalmente, se puede financiar asignando nuevos ingresos a nivel comunitario. (tasa de internet, residuos, etc.). De esta forma, la UE no financiaría a países, sino que invierte en proyectos. A su vez, los países miembros participan de manera solidaria en la reconstrucción compartiendo únicamente los riesgos de este proyecto.

Lo que es imperioso para iniciar la senda de recuperación es que los Gobiernos pongan dinero, mucho dinero, no es el momento de la ortodoxia

En cuanto a España o Italia, ya veremos más adelante como hacemos frente a la deuda acumulada. Yo soy un gran defensor de la austeridad, de no gastar más de lo que ingresas, pero ahora no toca. Todo indica que España pasará de una deuda del 100% respecto al PIB a niveles cercanos al 150%.

Mi desasosiego no es por el corto plazo, sino la situación estructural que se va acumulando año a año. Esto no es Japón, algún día, el expansionismo monetario y la presión de la demanda generarán inflación, los tipos subirán, y, no sé como España o Italia van a ser capaces de afrontar el servicio de la deuda. Veamos unos números. Si el déficit público, es decir lo que sale de ingresos menos gastos del estado, es un 2% anual, supone unos 20.000Millones que hay que financiar. Asumiendo una deuda del 100% del PIB y unos tipos medios del 1%, quiere decir que pagamos de intereses 10.000 Millones. Si tenemos que subir la deuda al 150% del PIB, y los tipos alcanzan el 3%. El servicio de la deuda serían 45.000 millones. Más el déficit estructural de la seguridad social, podemos decir que el agujero sería de 65.000 millones año. Siendo conservador, que será más.

Todo esto en un presupuesto de unos 400.000 Millones, inasumible. De Italia mejor no hablamos, mayor PIB (PIB 1,7B respecto a 1,2B) y más endeudada, ahora rondará el 140% respecto a PIB. Será inasumible. Así que amigos de la Unión Europea, no podemos devaluar la moneda, así que, o mutualización de la deuda o quita. Susto o muerte.

Por cierto, soy apolítico convencido, simplemente, pienso por mí mismo. Pinocho, quiero decir Pedro, para acabar me voy a permitir darte un consejo. No te acuestes con bolivarianos, vuela hacia la socialdemocracia de Enrique Múgica, despide a tus asesores, no más charlas de una hora. Has llegado a lo más alto, a lo que nunca habrías soñado, te van a llamar presidente de por vida. Olvida tus cálculos políticos, la estrategia, la imagen, todo eso da igual, sé honesto, no mientas, ten amplitud de miras, sácanos del hoyo. De verdad, a estas alturas puedes permitírtelo. Ayúdanos a imaginar nuestro futuro no a lamentar el pasado. Suerte.