Ser el jefe de los espías no te permite pasar desapercibido. Más aún cuando el cargo lo has ocupado durante diez años y has sido el báculo del rey emérito en sus escabrosos enredos.

Por eso no se entiende que Ignacio Sánchez Galán (presidente de Iberdrola) haya pretendido mantener en secreto la contratación de Félix Sanz Roldán.

En una sociedad transparente es casi imposible ocultar algo durante mucho tiempo. Al final, todo se sabe. Sobre todo si, como es el caso, hay que pasar por el filtro de la Oficina de Conflictos de Intereses para que te permitan incorporarte a una empresa un año antes de que concluyan tus incompatibilidades, lo que queda necesariamente reflejado en el Portal de Transparencia. Autorización que tiene sus peculiaridades, ya que es muy difícil determinar una posible incompatibilidad si las actividades del solicitante son, por principio, secretas.

Pasó casi un mes desde que la Oficina de Conflictos dio su visto bueno a Sanz Roldán (29 de junio) hasta que la noticia salió a la luz (23 de julio).

Si Iberdrola hubiera hecho público en su momento el fichaje del ex jefe del CNI como miembro de su, hasta ahora desconocido, International Advisory Pannel (junto a otros ilustres advisors como el expresidente mexicano Ernesto Zedillo, o el ex ministro de Exteriores de Alemania Joschka Fiser), la noticia habría tenido gran repercusión, pero no hubiera estado teñida de un halo de misterio.

Pensar que el fichaje del que ha sido máximo responsable del espionaje y enemigo acérrimo del ex comisario Villarejo por una compañía que, en estos momentos, está siendo investigada precisamente por contratar a Villarejo para espiar a su competencia (especialmente a Florentino Pérez, presidente de ACS y del Real Madrid) iba a a mantenerse top secret es, cuando menos, una muestra de ingenuidad.

El fichaje del ex director del CNI por Iberdrola ha desatado un sinfín de interpretaciones. Probablemente, la explicación no sea tan glamurosa como algunos piensan, pero denota una debilidad congénita del Estado

Ahora bien ¿cuál es el trasfondo del asunto? Un ex alto cargo de Interior, en conversación con El Independiente, califica el movimiento de "jugada maestra" de Sánchez Galán. Pero en el mundo empresarial otros lo tildan como "un grave error".

Como ven, la cosa no está clara. O, al menos, no hay unanimidad entre los que creen que hay claves que aún se desconocen. Veamos, pues, los pros y los contras del que puede considerarse, sin lugar a dudas, como el fichaje empresarial del año.

Primero, analicemos las ventajas:

-Sanz Roldán es una de las personas con mejores contactos a alto nivel en el extranjero. Sobre todo, en Estados Unidos, país en el que la eléctrica española controla el 85% del capital de Avangrid.

-El ex JEMAD impulsó las actividades de "inteligencia económica" durante la década en la que estuvo al frente del CNI. Conoce, por tanto, a la perfección los puntos fuertes y las debilidades de las principales compañías del Ibex.

- El general es probablemente uno de lo mayores expertos en ciberataques, otro de los aspectos prioritarios en su gestión al frente del CNI, y una de las preocupaciones de Iberdola.

-También podría añadirse a esta lista de activos la buena relación que mantiene desde hace tiempo con el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, que instruye, entre otros, el conocido como caso Tándem (en el que se investiga a Iberdrola).

Vayamos ahora a los inconvenientes:

-Su particular buena relación con el rey emérito, que sigue manteniendo en la actualidad, le llevó a jugar un papel protagonista en la ruptura del affaire con Corinna Larsen. La empresaria, por llamarla de alguna forma, le ha acusado, sin pruebas, de haberla amenazado de muerte y de haber organizado la entrada ilegal de agentes del CNI en su casa de Mónaco. Corinna tiene que declarar en dos causas distintas en la primera quincena de septiembre. Villarejo trabajó para ella, o, al menos, eso se desprende de una conversación grabada subrepticiamente por el ex comisario. Si puede, Corinna tratará de hundir en el fango al general, al que despectivamente llama "troll".

-Roger Torrent, presidente del Parlament, y Ernest Maragall, cabeza del grupo de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, se acaban de querellar contra Sanz Roldán por, presuntamente, haber ordenado el espionaje de sus teléfonos móviles a través del sofisticado software denominado Pegasus, que la empresa israelí que lo fabrica (NSO Group) sólo vende a estados o a instituciones como el CNI. La capacidad de los independentistas de embarrar el terreno, mucho más si es en época preelectoral, puede ser otra complicación añadida para el general.

-Aunque la potencia de fuego de Villarejo ha quedado muy disminuida después de su ingreso en prisión, aún puede tener alguna bomba informativa guardada en su cajón de las sorpresas.

Cualquier cosa que afecte, para bien o para mal, al nuevo asesor internacional de Iberdrola afectará de alguna manera a la propia compañía que, por cierto, acaba de superar en capitalización bursátil a Inditex y que es una de las eléctricas más grandes y rentables del mundo.

Aunque algunos consideran que Sanz Roldán fue el responsable de no haber descubierto a tiempo las urnas para el referéndum ilegal del 1-O, lo que dejó en mal lugar al expresidente Mariano Rajoy ("No hay urnas ni las habrá", llegó a decir), es cierto que el general puso orden en una casa llena de líos. Hizo grandes servicios a España, de los que, por su carácter secreto, muchos no se conocen y, sobre todo, participó de manera activa en una operación de Estado de enorme trascendencia, como fue la abdicación del rey don Juan Carlos, que frenó en seco el deterioro de la institución monárquica.

Todas las cosas importantes que han ocurrido en este país en el último decenio están en la cabeza de Sanz Roldán. Tan sólo por eso, el fichaje por Iberdrola es trascendente.

En su larga vida en el Ejército no ha tenido la oportunidad de acumular unos fondos que le garanticen una vejez sin estrecheces

En el entorno del general, la explicación de su decisión tiene carácter doméstico. A Sanz Roldán le quedaba un año para seguir cobrando prácticamente su sueldo íntegro como Secretario de Estado (nivel al que corresponde la dirección del CNI), lo que representa poco más de 6.000 euros brutos al mes. A partir de mayo de 2021, el ex JEMAD pasaría a cobrar su jubilación como cotizante de la Seguridad Social, lo que supone recortar sus ingresos a poco más de 2.000 euros al mes.

Sanz Roldán, como militar, es de costumbres frugales. No es amigo de lujos, pero, en su larga vida en el Ejército no ha tenido la oportunidad de acumular unos fondos que le garanticen una vejez sin estrecheces.

Iberdrola no ha dicho cuanto le pagará, aunque sí ha informado que recibirá dietas por las cinco reuniones al año que celebra el International Advisory Pannel. Galán suele ser generoso, así que, seguramente, con esa retribución, aunque no esté en plantilla, Sanz Roldán podrá afrontar su nueva etapa en la vida privada con una cierta holgura.

El caso es que el hombre cuya cabeza contiene información por la que cualquier servicio extranjero no dudaría en pagar muchísimo dinero, ahora está enrolado en una empresa privada como asesor.

El gobierno, por su parte, no ha tenido arte ni parte en esta operación. La ministra de Defensa, Margarita Robles, el presidente Sánchez, y su asesor de cabecera, Iván Redondo, se han enterado por la prensa. Por supuesto, tampoco han sido consultados antes de dar el paso, lo que llama la atención.

Nadie duda de que Sanz Roldán sabe diferenciar qué parte de sus conocimientos pertenece a la categoría de "secreto de Estado". Por lo que, en principio, no hay ningún riesgo de que una empresa privada pueda beneficiarse de tener acceso a datos sensibles. Lo que sorprende es que una decisión de esta naturaleza obedezca a razones tan elementales. En fin, este es el país que tenemos.