La gestión común de las migraciones por parte de la Unión Europea solo puede calificarse de disfuncional. Muchas de las personas que hoy emigran a Europa se ven obligadas a atravesar el Mediterráneo por rutas que ponen en peligro su vida, con el resultado de miles de muertes cada año. Los países que son puertos de entrada tienen dificultades para hacer frente a la situación. 

Europa necesita una nueva legislación sobre migración, que tenga una base humanitaria y solidaria y respete el principio de legalidad. Hay que tramitar cuanto antes el Pacto sobre migración que presentó la Comisión en septiembre del año pasado.

Aunque nos esforzaremos en mejorar esta buena base para la negociación, es de suma importancia que los Estados miembros de la UE sigan rápidamente adelante con el pacto. La situación actual no es sostenible y la política migratoria común tiene poco de "europea".

Los Estados miembros en primera línea están exhaustos y necesitan ayuda para aliviar la presión del elevadísimo número de llegadas a intervalos irregulares

Los Estados miembros en primera línea —España, Italia, Grecia y Malta— están exhaustos y necesitan desesperadamente ayuda para aliviar la presión del elevadísimo número de llegadas a intervalos irregulares. Hace solo unas semanas llegaron más de 10.000 migrantes a las costas del enclave español de Ceuta, una ciudad de 85.000 habitantes. Con anterioridad habían llegado más de 2.000 migrantes a la isla de Lampedusa en menos de 24 horas. 

A pesar de la situación, la voluntad política de ayudar a estos Estados miembros es casi inexistente. Al mismo tiempo, los Estados miembros considerados destinos finales atractivos dentro de la Unión tienen dificultades para ayudar e integrar a los inmigrantes recién llegados.

Decir que el reparto de responsabilidades es desigual sería un eufemismo. Por eso la UE necesita un nuevo mecanismo de solidaridad, en el que todos los Estados miembros contribuyan a la acogida de los solicitantes de asilo, la tramitación de las solicitudes y el retorno de las personas que no cumplan los requisitos. La gestión adecuada de la migración y las fronteras exteriores de la UE también es importante para todos.

Ahora, más que nunca, es vital que la UE llegue a un acuerdo sobre la gestión común de las migraciones. Uno de los principales obstáculos para conseguirlo, especialmente en el marco del Pacto sobre migración, es la falta de confianza entre los Estados miembros. Muchos ministros del Interior solo piensan en lo que ocurre dentro de sus respectivas fronteras.

La inmensa mayoría de Europa es rehén de países como Polonia y Hungría, que no están dispuestos a moverse ni un milímetro. No se tiene en cuenta el hecho de que las migraciones afectan a todos los Estados miembros. 

La incapacidad de actuar y gestionar el problema erosiona la confianza de los ciudadanos en la UE"

La incapacidad de actuar y gestionar el problema erosiona la confianza de los ciudadanos en la Unión Europea. Por el bien de todos los países y de millares de inmigrantes, tenemos que llegar a un acuerdo lo más pronto posible.

Nosotros, los abajo firmantes, pedimos a los negociadores que aceleren el proceso para alcanzar un acuerdo que refleje que la inmigración legal es el pilar del sistema migratorio europeo y que, mientras tanto, los deberes de acogida, reasentamiento y devolución estén repartidos de forma equitativa entre los Estados miembros. Se nos está acabando el tiempo. 

Contamos con el apoyo de la Comisión, en particular de la comisaria Ylva Johansson, para garantizar una mejor aplicación de las normas existentes y presionar a todos los Estados miembros para que negocien y adopten medidas responsables y concretas. El Parlamento europeo está dispuesto a cumplir su función y llegar a un acuerdo basado en un justo equilibrio entre solidaridad y responsabilidad sobre el pacto migratorio.


(*) Además de la eurodiputada de Ciudadanos Maite Pagazaurtundúa, firman el artículo los eurodiputados Abir Al-Sahlani, Suecia, Partido del Centro; Fabienne Keller, Francia, Renaissance; Sandro Gozi, Italia, Renaissance; Jan-Christoph Oetjen, Alemania, Partido Democrático Libre, y Hilde Vautmans, Bélgica, Open VLD