El personal ya está por celebrar en Cataluña un referendillo de lo que sea, como se celebra un año nuevo chino, todo dragones de papel y de gente, por hacer patria vistosa y fungible. Carmen Calvo, con esa cosa confusa e infalible que tiene ella de china del Gobierno como una china de chino, no ha descartado un “referéndum consultivo”, aunque no ha aclarado sobre qué. Quizá da igual, quizá por allí necesitan simplemente un referéndum, que les dejen hacer o mejor que no les dejen hacer un referéndum, pero que siempre haya un referéndum flotando como ese dragón chino de su catalanidad. Sánchez asegura que no habrá referéndum de autodeterminación, Calvo matiza que se pueden preguntar cosas a la gente como a las margaritas, e Iceta concreta que podría ser sobre autogobierno, financiación y participación. Son muchos faroles chinos ya, pero a mí me parece que esto no lo arreglará un referéndum sino la pela.

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