Opinión

Un montaje a la desesperada

Carles Puigdemont, en el Parlamento europeo.

Carles Puigdemont, en el Parlamento europeo. EFE

Es extraordinario el jugo que los partidarios de Carles Puigdemont, los más fanáticos del independentismo catalán, ayudados por el sempiterno apoyo de Podemos, están intentando sacarle a la detención del fugado de la Justicia española.

Es digno de observarse el despliegue de insinuaciones y de sospechas que han esparcido en cuestión de horas, todas ellas conectadas naturalmente con las cloacas del Estado porque ese recurso siempre ayuda a hacer más oscuro y tenebroso, y por lo tanto atractivo, cualquier episodio.

Quien fue líder de partido morado ha atribuido la detención en Cerdeña de Carles Puigdemont a “una operación de algunos jueces que todo el mundo conoce” aunque se cuida muy mucho de decir a quiénes se refiere. Asegura   además que también sabían de ella sectores de la cúpula policial. 

“Ésta”, aclara Pablo Iglesias,”es una operación que el Gobierno desconoce” y de la que tampoco estaba al tanto el Ejecutivo italiano. Es decir, estamos según él ante una operación secreta organizada fuera de los márgenes gubernamentales de la legalidad.  

Y, en el colmo de delirio, se lanza él a dar las claves de esta “oscura” operación: “Sería gravísimo”, dice, “porque implicaría que sectores del deep state están muy interesados en que esta legislatura acabe antes de tiempo y en que el Gobierno pierda apoyos para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado”. 

Nótese que habla de Deep State, el Estado profundo, es decir, las cloacas, que, como no podía ser de otro modo viniendo de él, es el título de una serie inglesa de espionaje con todos los componentes de sordidez que acompañan esos relatos. 

Y ahí es donde intenta meter a los jueces españoles, se supone que los del Tribunal Supremo, y a la Policía. Esta es exactamente la composición que el astuto Pablo Iglesias se ha hecho del episodio de Cerdeña.

Empecemos por decir que no habría habido nada que esconder si la policía española hubiera estado en contacto con la policía italiana para procurar la detención del fugado Puigdemont por orden del juez. Esa operación  habría pertenecido al ámbito de la más estricta legalidad y por lo tanto, habría sido un movimiento normal. 

Nada que ocultar, a menos que Iglesias intente sugerir que el Gobierno español no quiere que Puigemont sea detenido y por eso había que engañarle para llevar a cabo esa supuesta operación. 

Podría haber sido así el proceso. El problema es que no lo ha sido. Pero eso no conviene a ninguno de los actores de esta comedia de intrigas de medio pelo que se quieren montar entre Pablo Iglesias y los palmeros del protomártir del maletero. 

Sin embargo, hay un dato que puede ilustrar y hacer foco sobre el origen y el propósito de la visita de  Puigdemont a la fiesta de Coros y Danzas de la ciudad de Alghero. 

Y es éste: unos tres días antes de ese viaje, el abogado del fugado de la Justicia, Gonzalo Boye, se puso en contacto con la Sala Segunda del Tribunal Supremo para interesarse por la exacta situación judicial de su defendido.

Por lo tanto, cuando se inicia ese viaje de Puigdemont a la isla italiana el letrado ya está enterado de que el juez Pablo Llarena considera que la euroorden sigue en vigor  y que la cuestión prejudicial presentada por el magistrado a propósito del rechazo de Bélgica a entregar al ex consejero independentista Lluis Puig -Llarena tiene dudas de que esa resolución del tribunal belga sea compatible con el Derecho de la Unión- en ningún caso afecta a la vigencia de la euroorden sobre el señor Puigdemont.

Lo sabe perfectamente porque ha tenido la precaución de preguntarlo donde se lo podían aclarar, en el Tribunal Supremo. 

Pero también sabe otra cosa, que es la que le va a dar juego y le va a permitir adentrarse por ese túnel de la contradicción: que la Abogada del Estado que representa a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, TJUE, ha proporcionado a este tribunal una información falsa, o por lo menos errónea: que el efecto de una presentación de una cuestión prejudicial “es la suspensión de dicho procedimiento”. Este escrito se presenta el 2 de julio de 2021.

Boye ha tenido, por lo tanto, tiempo de sobra para preparar el montaje que hemos presenciado y que culmina hoy en el parlamento catalán. Porque la segunda parte de esta comedia se está dando allí,  donde los de JxCat quieren seguir exprimiendo la detención hasta llegar a su segundo objetivo: desmontar la estrategia de ERC de abrir una mesa de diálogo con el Gobierno. 

Para eso se proponen introducir hoy en el Debate de Política General -el primero de Pere Aragonés como presidente de la Generalitat- unas cuantas resoluciones sobre el asunto para que sean votadas. En definitiva, quieren poner a su jefe en el primerísimo plano de la vida política catalana y hacer pasar todo lo demás, incluido el protagonismo de Aragonés en el debate, al fondo de la escena.

Y el argumento para esta argucia no puede ser más revelador: “No puede ser que Puigdemont sea portada en toda la prensa europea y esto no tenga reflejo en el Parlament”. Acabáramos. En eso estamos, en las portadas.

Por lo tanto, se han dicho, exprimamos el episodio en Cataluña hasta la última gota y llevémoslo también al Congreso y al Senado para saber  “qué papel ha tenido el espionaje español, la policía, el Estado”. Y el sursum corda también, lo que sea que sirva para calentar al máximo posible el ambiente entre los independentistas en vísperas, no se olvide, del 1-0, fecha clave para intentar reavivar sus quimeras.

Ya se ve que es toda ello una auténtica farsa montada para, por un lado, intentar recuperar a la desesperada, aunque sólo sea por unos días, el protagonismo nacional e internacional que el ex presidente fugado ya ha perdido irremisiblemente y, por otro lado, para desacreditar políticamente la mesa de diálogo entre ERC y el Gobierno. 

Un acuerdo que tanto para Pere Aragonés como para Pedro Sánchez  hace la función de un salvavidas que les va a permitir sobrevivir políticamente los próximos dos años con sus respectivos Presupuestos aprobados. Y eso es lo que los de JxCat necesitan desactivar haciéndola saltar por los aires.

Todo lo demás fuera de esto es pura farfolla.

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