Ursula von der Leyen, nuestra madrastra con tez de flor de té, no felicita a sus hijos, menos a Sánchez, hijo inclusero a quien sólo podría felicitar por el dudoso mérito de pedir. El Gobierno ha publicitado mucho una supuesta felicitación de la Comisión Europea por el trámite de los fondos de recuperación, que sería una felicitación del feliz gastar, digámoslo así, pero la propia Comisión ha tenido que aclarar que sólo era una carta de cortesía que en nada califica ni evalúa el gasto ni su repartimiento. El documento se limita a constatar, con ese lenguaje como de leve coquetería que usa la diplomacia, que España ha cumplido todos los requisitos. Por ello, está fuera de lugar que se use en el debate político, vienen a explicar los sorprendidos europeos. Sánchez no sólo espera que lo aplaudan por gastar el dinero ajeno con un clavel de casino en la solapa, sino que lo hagan por rellenar los formularios, por cumplir los plazos y por no equivocarse de póliza.

Contenido Exclusivo para suscriptores

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

¿Ya estás suscrito? Identifícate aquí