Opinión

Estados Unidos y Marruecos imponen a España su posición sobre el Sáhara

Odón Elorza

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el historiador del Reino de Marruecos y portavoz del Palacio Real, Abdelhak Lamrin y el ministro de Sanidad y Protección Social de Rabat, Khalid Ait Taleb, después de visitar el Mausoleo de Mohamed V el pasado febrero en Rabat. EP

Los cambios en el escenario global, agudizados por la guerra en Ucrania y los intereses de la geopolítica de Estados Unidos y la Unión Europea, han llevado a Pedro Sánchez y al ministro José Manuel Albares a posicionarse en favor de una propuesta de Marruecos para el Sáhara Occidental que ni es creíble ni respeta la legalidad internacional.

Este giro, que afecta a la relación con Argelia, se ha consumado sin debate previo ni la transparencia debida y en contra de la posición adoptada por el PSOE en su programa electoral y en las Resoluciones de su 40 Congreso. Así lo expresé en 2022 ante el Grupo Socialista del Congreso y en varios artículos. También el colectivo “Socialistas por el Sáhara” ha publicado un acertado manifiesto.

Los pronunciamientos de Donald Trump (diciembre de 2020) y luego Joe Biden en favor de la tesis marroquí, el apoyo de las monarquías del golfo Pérsico, las maniobras y chantajes del rey marroquí -con su lobby español-, la presión hacia Europa de las mafias con el tráfico de emigración irregular, la influencia de China y Rusia en Africa y el avance del terrorismo yihadista en la región del Sahel han forzado y estrechado, aún más, el discurso y el giro de España. Se sacrifican así las resoluciones de la ONU sobre la descolonización y el derecho a la libre determinación del Pueblo Saharaui que llevan años convertidas en papel mojado.

Una cumbre acompañada de otro desprecio de Mohamed VI a España, que no ha servido para garantizar la seguridad e integridad territorial de Ceuta y Melilla ni el respeto a la plataforma continental de las Islas Canarias

Este cambio definitivo de España, tras años de tibieza, se ha evidenciado en la última cumbre hispano-marroquí de Rabat que ha recogido en una declaración conjunta, llena de retórica, la debilidad de la posición española y las concesiones de apoyo político y económico al régimen marroquí. Una cumbre, acompañada de otro desprecio de Mohamed VI a España, que no ha servido para garantizar la seguridad e integridad territorial de Ceuta y Melilla ni el respeto a la plataforma continental de las Islas Canarias.

Ni siquiera se ha concretado la oferta no creíble de Marruecos en favor de un estatus de autonomía real y libertad para los territorios ocupados en la antigua colonia-provincia española del Sáhara, presentada en la ONU en 2007. El Frente Polisario presentó también su plan en abril de 2007.

Ni siquiera se ha concretado la oferta no creíble de Marruecos en favor de un estatus de autonomía real y libertad para los territorios ocupados

Pero volvamos al conflicto del Sáhara. Han transcurrido cerca de 47 años desde la invasión ilegal del territorio del Sáhara Occidental por parte de Marruecos y la huida del ejército de Franco y Juan Carlos I. En ese tiempo, no se han producido avances en una solución política. Al contrario, todo han sido retrocesos.

Se agravó la situación humanitaria de penuria en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf y la represión marroquí en el antiguo Sáhara, disminuyó el apoyo político y la solidaridad internacional a la causa y diferentes acontecimientos han reforzado la función estratégica de Marruecos y su papel de gendarme de la puerta a Europa. La UE paga la factura a Marruecos y España inclina la cabeza.

En todo caso, se debe respetar la resolución más reciente de la ONU sobre el problema, la número 2602 de 29 de octubre de 2021, que fija las líneas de actuación. La ONU “se compromete a ayudar a alcanzar una solución política justa, duradera y aceptable para ambas partes, basada en la avenencia, y que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental en el marco de disposiciones conformes a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas”. La ONU destaca la importancia de que las partes se comprometan a abrir un proceso de diálogo sobre las respectivas propuestas mediante el inicio de conversaciones auspiciadas por las Naciones Unidas.

La UE paga la factura a Marruecos y España inclina la cabeza

España no puede dejar de defender los intereses del Pueblo Saharaui. Tiene esa obligación jurídica y moral . Y ha de facilitar la reanudación de un proceso político de contactos entre Marruecos y el Polisario, como preparación de la fase de negociaciones. El objetivo es alcanzar una paz aceptada por las dos partes sobre la base de una propuesta bien definida y con garantías reales de cumplimiento. Pero en un planeta de graves crisis e incertidumbres la causa saharaui es muy pequeña y para muchos una quimera.

La propuesta de un estatus de autonomía para el territorio del Sáhara, como la opción de la independencia, deben debatirse y acordarse entre las partes para, al final, proceder a un referéndum democrático. Como inicio del diálogo ha de garantizarse el respeto a las libertades democráticas y la salvaguarda de los derechos humanos en el Sáhara.

Por todo ello, es de vital importancia que España ejerza su responsabilidad diplomática como antigua administradora del territorio, conceda la nacionalidad española a los saharauis, aumente la ayuda humanitaria a los campamentos y garantice la permanencia de un contingente de la MINURSO.


Odón Elorza es ex diputado del PSOE por Guipúzcoa, ex alcalde de San Sebastían y licenciado en Derecho.

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