El presidente Pedro Sánchez empezó su comparecencia insuflando un clima de optimismo en el sector turístico. Cosa cierta, el lleno de los hoteles y de los restaurantes en esta Semana Santa no admite dudas. Pero desde ahí continuó haciendo un balance muy positivo de su propia gestión.

Y no reconoció el menor problema en relación con Marruecos.  “El balance es muy positivo”, dijo el presidente del Gobierno cuando le tocó hablar de Marruecos en una comparecencia que había solicitado la oposición y que él despachó en apenas unos minutos. 

Vino a decir que en la reunión de alto nivel que se había celebrado en Marruecos y  en la que el rey Mohamed VI no le recibió porque estaba de vacaciones en Gabón, había dado grandes resultados, entre otras la “gestión compartida de nuestras fronteras comunes”.

Pedro Sánchez habló hoy de “la apertura gradual y ordenada de las fronteras” pero hace ahora un año de su cesión aún no explicada de la soberanía del Sáhara Occidental a Marruecos, y las aduanas con Ceuta y Melilla siguen sin abrirse. La de Ceuta está semiabierta pero no autoriza el paso de determinados convoyes ni la libre circulación de personas. 

“Hemos restablecido la conectividad aérea y marítima” sobre todo en interés de Marruecos porque la Península Ibérica es lugar de paso para cientos de miles, millones de hecho, de marroquíes, que atraviesan nuestro suelo para acudir a su país a pasar las vacaciones.

La medida de restringir ese paso tomada por Marruecos a raíz de la acogida de Ibrahim Ghali, un líder del Frente Polisario, a quien perjudicaba era a los marroquíes que se veían obligados a acudir a Portugal o al sur de Francia para pasar a su país.

La portavoz del PP le preguntó también si, como publica hoy un periódico digital, la destitución de la anterior ministra de Asuntos Exteriores de España se había producido a petición de Rabat. No hubo respuesta tampoco a esa pregunta.  

Lo único que pudo argumentar en su comparecencia de esta mañana fue que en relación con Italia y Grecia nuestro país tiene una menor llegada de inmigrantes a nuestras costas procedentes de Marruecos; “es la única que decrece”, según sus palabras. Claro que esa presión se puede aumentar en cuanto haya algún asunto que contraríe a Marruecos porque ésa sí que es una presión graduable. 

En resumidas cuentas, Sánchez no informó de las verdaderas razones de su brusco cambio de posición respecto de la postura tradicional de España

Las empresas españolas “van a estar presentes” en esta relación basada en el respeto mutuo; ni siquiera dijo que las empresas españolas “están ya” presentes en el reino alauí. 

En resumidas cuentas, no informó de las verdaderas razones de su brusco cambio de posición respecto de la postura tradicional de España. Y en ese sentido la portavoz del PP le preguntó si su cambio de posición tenía alguna relación con el pirateo de su móvil por parte del sistema Pegasus, cosa que en los mentideros se maneja como hipótesis pero que nunca ha sido contrastada.

No dijo absolutamente nada de los perjuicios que había causado al país el distanciamiento práctico por parte de Argelia y los perjuicios que estaba causando a las empresas españolas que operaban en ese país del Sur, como si ese problema no existiera.

“Los objetivos se alcanzaron con creces”, dijo el presidente de la reunión de alto nivel  celebrada donde se alcanzaron “20 acuerdos” pero no concretó cuáles de esos acuerdos están ya en vigor. 

Y,  por supuesto, ignoró la intervención el pasado domingo de su vicepresidenta segunda Yolanda Díaz en una entrevista en televisión, donde dijo que sin duda ninguna Marruecos era una dictadura y que rompería sin dudarlo el giro del Gobierno español respecto al Sáhara occidental y volvería a retomar la posición tradicional de España.

Fue al final una comparecencia de mero trámite en el tema referido a Marruecos porque lo que él venía a explicar era lo bien que iba el país y las últimas medidas referentes a la vivienda adoptadas en el Consejo de ministros. Una comparecencia electoral. Nada más.