Desde hace 8 meses el gobierno totalitario de Azerbaiyán está bloqueando ilegalmente el corredor de Lachín, el único camino que une Nagorno Karabaj (Artsaj) con la madre Armenia. Más de 120.000 armenios, entre ellos 30.000 niños, 20.000 ancianos, unos 9000 enfermos crónicos y más de 2000 mujeres embarazadas, no pueden salir ni entrar a la región, recibir alimentos ni medicamentos, ir al colegio, recibir educación adecuada, en una palabra, vivir como una persona normal en el pleno siglo XXI. La situación ya ha llegado a su punto máximo por lo que esta crisis humanitaria puede convertirse en una limpieza étnica, mejor dicho, un auténtico genocidio. Y ni más ni menos, un simple genocidio en el pleno siglo de las supuestas democracias.

Desde el primer día del bloqueo (12 de diciembre de 2022) Armenia y varias organizaciones internacionales han advertido a la comunidad internacional que Azerbaiyán está intentando crear unas condiciones incompatibles con la vida para la población de Nagorno Karabaj.

Ya han pasado ocho meses desde que las autoridades azeríes bloquean de forma ilegal el corredor de Lachín, un salvavidas que conecta Nagorno Karabaj con el mundo exterior. Bakú está violando directamente el comunicado trilateral de noviembre de 2020, firmado tras el final de la Segunda Guerra de Nagorno Karabaj, ignorando además claramente los llamamientos de la comunidad civilizada para poner fin al bloqueo en el corredor de Lachín, incluidas órdenes legalmente vinculantes por parte de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) del 22 de febrero y el 6 de julio (de 2023).

La crisis humanitaria en Nagorno Karabaj como resultado del bloqueo del corredor de Lachín ha seguido deteriorándose

Durante estos meses, la crisis humanitaria en Nagorno Karabaj como resultado del bloqueo del corredor de Lachín ha seguido deteriorándose. Se está viendo exacerbada por el corte desde hace meses del suministro de gas y electricidad por parte de Azerbaiyán.

En esta línea, desde el 15 de junio, el suministro de alimentos a Nagorno Karabaj ha sido completamente detenido. Antes del bloqueo Artsaj (Nagorno Karabaj) recibía aproximadamente 400 toneladas de carga diaria. Sin embargo, después del 12 de diciembre, la cantidad de comida transportada por el contingente de pacificación ruso se redujo por diez. En los últimos 2 meses, sin embargo, no entra nada en el territorio de Nagorno Karabaj.

Por ello, en estos momentos, la población de Nagorno Karabaj hace frente a una amenaza real de hambruna, ya que el suministro de todo tipo de bienes ha sido prohibido.

Las acusaciones de Azerbaiyán sobre contrabando en vehículos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) demuestra la desesperada situación de la población. Por su parte, el CICR dijo que "no se ha encontrado material no autorizado en ningún vehículo propiedad del CICR".

La situación sanitaria se agrava cada día. La escasez de medicamentos no permite dar una atención adecuada. Muchos grupos vulnerables, incluidas embarazadas, pacientes de cáncer y diabetes y niños hacen frente a graves problemas de salud. Ya ha habido un aumento de las tasas de mortalidad en Nagorno Karabaj. Si hace un mes sólo unas pocas personas podrían llegar a Armenia a través del CICR para recibir atención médica urgente, en estos momentos nadie puede salir de Artsaj, ya que los azeríes han pasado a utilizar otro método de prohibir cualquier movimiento en el corredor, deteniendo a hombres, enfermos crónicos, que necesitan recibir atención médica en Armenia, incluso de los vehículos de la Cruz Roja, y acusándoles falsamente de participar en las 2 guerras de Nagorno Karabaj. Tanto ellos como los que los acompañan son sometidos a procedimientos humillantes y a un tratamiento degradante, siendo grabados y explotados por la máquina de propaganda azerí como herramienta para afirmar falsamente que hay un movimiento sin restricciones de personas en el corredor de Lachín.

Resulta preocupante el silencio de la comunidad internacional

En este contexto es preocupante el silencio de la comunidad internacional y las organizaciones humanitarias. Es verdad que han habido llamamientos por parte de muchas organizaciones y gobiernos de algunos países, sin embargo es más preocupante que estos llamamientos no hayan sido capaces de contener la política genocida de Azerbaiyán y obtener acceso humanitario a Nagorno Karabaj para llevar a cabo una misión de investigación adecuada y entregar ayuda humanitaria.

Es preciso que la comunidad internacional use todas las herramientas disponibles para garantizar la aplicación de las órdenes legalmente vinculantes de la CIJ sobre la apertura del corredor de Lachín. Esto es crucial para evitar una catástrofe humanitaria en Nagorno Karabaj y detener la política de limpieza étnica. El mundo civilizado no puede y no debe tolerar estas acciones y desprecio de las órdenes legalmente vinculantes de la CIJ".

A parte esta política de limpieza étnica, Azerbaiyán ha violado numerosas veces el alto el fuego de 2020, que puso fin a la Segunda Guerra de Nagorno Karabaj (tras la de 1994). Violaciones que han costado vidas y que hacen alejarse aún más del posible tratado de paz entre Armenia y Azerbaiyán: cosa que desea el gobierno totalitario de Ilham Aliyev, para desembocar en otra guerra y, con la ayuda de su hermano mayor Turquía, llevar a cabo otro genocidio del pueblo armenio un siglo después. De ésta manera han vaciado los pueblos armenios en Armenia Occidental y en Nakhichevan: matando, deportando, apropiándose de los bienes de los armenios, borrando toda huella de las tierras donde desde hace miles de años vivían los armenios.

Últimamente Armenia y Azerbaiyán han mantenido diversos contactos para intentar firmar un acuerdo de paz, si bien las conversaciones han encontrado diversos obstáculos, incluida la situación en torno al corredor de Lachín, que conecta Armenia con la república de Arstaj. Por otra parte, los militares rusos desplegados como fuerzas de paz en virtud del citado acuerdo de alto el fuego, no están cumpliendo sus obligaciones y tragan todas las acciones inhumanas de los azeríes. En ésta situación hay solo una solución por parte de la comunidad internacional: dejar de hacer llamamientos, actuar y poner sanciones al gobierno de Aliyev y ubicar en la zona fuerzas internacionales.


Ararat Ghukasyan es Presidente de la Asociación Armenia Ararat de España