Las relaciones israelo-marroquíes han existido desde el momento mismo de la independencia formal de Marruecos en 1956, cuando las agencias del Mossad, junto con los servicios de inteligencia franceses y estadounidenses, supervisaron la creación de las agencias marroquíes, bajo la denominación entonces de “CAB-1”, célula política de la que emergería la DST (el servicio secreto interno marroquí, actual Dirección General de Vigilancia del Territorio, DGST).

Esto es lo que revela el testimonio del exagente de los servicios secretos marroquíes Ahmed Boukhari, como también del comandante marroquí Mahjoub Toubji en su libro “Los oficiales de su majestad”. Además, es bien sabido que Hassan II garantizaba a los servicios secretos israelíes el espionaje de las cumbres árabes que se organizaban en Marruecos durante el siglo pasado.

Hassan II garantizaba a los servicios secretos israelíes el espionaje de las cumbres árabes que se organizaban en Marruecos

De manera que la actual ‘normalización’ de las relaciones entre Marruecos e Israel no es más que la confirmación de un matrimonio que ya existía de manera consuetudinaria y secreta. Pero lo extraño es que Marruecos no se beneficiara de otras experiencias de normalización que no consiguieron gran cosa en su relación con Israel.

Aunque Marruecos se atrevió a hacer un gran esfuerzo en su normalización política, militar, de seguridad y económica como no lo ha hecho ninguna capital árabe de las capitales de la normalización. Y esta es la primera ¿principal? razón por la que Rabat vive sus últimos días en el Sáhara Occidental, especialmente después de que el Frente Polisario retomara su lucha armada, lo que llevó al Majzén a jugar las últimas cartas que cree que pueden eliminar la lucha del pueblo saharaui o al menos perpetuar el conflicto y evitar una caída estrepitosa del Majzén y la retirada de su aventura colonial. 

Ciertamente, el “reconocimiento” por Tel Aviv de la supuesta soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental solo será a cambio de lo que Marruecos ofreció a los israelíes, pero la pregunta lógica sustentada en los indicadores económicos es la siguiente : ¿Qué le queda a la tienda por ofrecer más de lo que hizo en los últimos dos años? Las empresas económicas sionistas han penetrado mucho en la economía marroquí y dominado las tierras agrícolas -el capital de la economía marroquí- hasta el punto de matar de hambre a los marroquíes a cambio de exportar productos agrícolas al extranjero con el objetivo de que las empresas israelíes invadan el mercado internacional y obtengan más beneficios a costa de los estómagos del hermano pueblo marroquí. 

Además de esto, las empresas israelíes han dominado los negocios de exploración de gas en las aguas territoriales del Sáhara Occidental, especialmente en las costas de las ciudades ocupadas de Bojador y Dajla, además de dominar el turismo en la región de Dajla a través de la compra y la construcción de hoteles, y se habla de la entrada de empresas israelíes en el proceso de exploración de oro en la región de Auserd, rica en este importante mineral, sin olvidar los negocios de armas, aunque Marruecos imprimió y elevó el nivel de las relaciones a la firma de un acuerdo de defensa conjunta.

Palestinos y saharauis están en la misma trinchera contra las fuerzas hostiles a los pueblos

Pero Israel no proporcionó ni una sola arma gratis a Marruecos, ya que este todavía paga millones de dólares de dinero marroquí en armas israelíes que no sirvieron para sofocar la resistencia en Palestina o en el Líbano, por lo que su destino es el fracaso contra el históricamente conocido ejército saharaui, que tiene una larga experiencia en combinar la guerra de guerrillas con la guerra clásica de ejércitos. 

Hemos dicho repetidamente que la lucha del pueblo saharaui es similar a la lucha del pueblo palestino. Están en la misma trinchera contra las fuerzas hostiles a los pueblos, la de las ocupaciones israelí y marroquí. Esto requiere que los palestinos y los saharauis fortalezcan su lucha y la intensifiquen contra los invasores usurpadores. No hay otra autoridad que la autoridad de los pueblos que luchan por la libertad y la independencia. 


Mohamed Ahmed Madi es presidente del Comité Palestino de Solidaridad con el Pueblo Saharaui.