A pesar de que mucha gente aún tiene en la cabeza a Saddam Hussein, el Estado Islámico o la Guerra del Golfo cuando se habla de Irak, actualmente el país va a situarse como uno de los más importantes a nivel regional dentro del mundo árabe. No solo por su situación geográfica, sino porque hay especial interés de la comunidad internacional, y del gobierno iraquí en serlo. Más allá de las diferentes milicias suníes y chiíes, el gobierno iraquí es un ejemplo de parlamentarismo dentro del mundo islámico, con un sistema pluripartidista consolidado, con sus irregularidades en algunos aspectos, pero la gente confía en el modelo. Además, es el único Estado donde los kurdos gozan de autogobierno constitucionalmente reconocido. 

2017 fue un año importante para Irak. No solamente por la derrota de Daesh, sino porque esta trajo la consolidación del Estado iraquí al reforzar el apoyo social a las instituciones. Fue a partir de ese año cuando se normalizaron las relaciones entre la facción chií más importante, el Movimiento Sadrista, fuertemente nacionalista y anti-Coalición. Con la inclusión de Muqtada Al Sadr en el tablero político institucional se acababa así el para-Estado que había a su alrededor, y con su retiro político el año pasado, se marcó un antes y un después en el país. Hay que reconocer que los Sadristas y su para-Estado dotaron de estabilidad las regiones que controlaban, y que esto permitió después un despliegue de la administración a muchos puntos del país sin hostilidad. 

Irak es territorio fronterizo: límite entre el mundo árabe y el iraní; zona de intercambio religioso; y está en medo de Turquía, Arabia Saudí e Irán

Irak como tal es territorio fronterizo por diferentes cuestiones. La primera es que es el límite del mundo árabe con el mundo iraní; la segunda es porque es zona de intercambio religioso importante entre los suníes y los chiíes; la tercera porque está en medio de Turquía, Arabia Saudí e Irán, y por lo tanto se ve influenciado por estos tres actores. Históricamente confrontados tanto a nivel bélico al apoyar diferentes facciones dentro de Irak, como también económicamente. Y es en este punto donde debemos centrarnos especialmente. 

En la cumbre de Delhi del G20 surgió una necesidad. Con tal de desplazar la dependencia económica de Europa con China, el papel de la India y sus exportaciones tendrían que conectarse con Europa, para que así los países europeos no dependan tanto de Pekín. Y entonces surgieron dos proyectos. Por un lado, el proyecto saudí que consistía en salir por mar hacia Emiratos Árabes Unidos, de allí cruzar toda Arabia Saudí en tren, entrar a Jordania y de allí a Haifa, puerto israelí, rumbo a Europa.

Y, por otro lado, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, no se amedrentó. El presidente turco presentó el proyecto alternativo al saudí que empezaba igual, un barco sale de la India, pero en lugar de dirigirse a Emiratos Árabes Unidos se dirigía a Umm Qasr, pero en un futuro a Faw, al sur de Basora, y de allí en tren o carretera Erbil/Mosul, y hacia Turquía. Y por Turquía hacia Europa. 

En su día se manifestaron a favor diferentes países de la Unión Europea, Qatar y Estados Unidos. De este modo, se consolidaría una inversión europea, turca y qatarí en el país, que puede servir para distanciarse de Irán. La idea turca no es pasar por Siria, sino rivalizar con el eje Irán-Siria, y utilizar la infraestructura turca en territorio iraquí como dique de contención. Además de la presencia turca en el Golfo Pérsico con la inversión en el puerto de Faw, al sur de Basora, que también serviría para rivalizar económicamente con los saudíes. De nuevo Irak entre árabes, persas y turcos. Y también estará Estados Unidos, quien tendrá así un aliado más dentro del Golfo Pérsico. La visita del secretario de Estado, Antony Blinken, a Bagdad para coordinar su ayuda a Gaza demuestra que Washington se toma en serio la situación en el país, y su papel en que haya calma en la región.

La visita de Blinken para coordinar su ayuda a Gaza demuestra que Washington se toma en serio la situación en Irak

Por este motivo nos debemos fijar en Irak. No solamente será un punto económico trascendente en Oriente Próximo a medio y largo plazo con la inversión europea, norteamericana y qatarí. También será un termómetro en las relaciones diplomáticas entre saudíes y turcos, entre saudíes e iraníes, y entre iraníes a turcos. La situación del Kurdistán iraquí, región autónoma de Irak que cuenta con instituciones de autogobierno, se ve atacada por incursiones de las fuerzas armadas turcas, igual que el norte de Siria. Pero a pesar de ello, las relaciones entre el gobierno iraquí y el gobierno turco son cordiales. Recordemos además que Irak exporta el 85% de crudo, siendo así el segundo país de la OPEC en producción. 

En Irak también encontramos un aliado en términos económicos (por el establecimiento de un corredor de mercancías seguro entre la India y la UE), un aliado energético (por la inversión de conectar los campos petrolíferos kurdos e iraquíes a la red turca, y de Turquía a la UE), un aliado regional frente a la amenaza y expansión iraní, creciente desde la Guerra de Siria, y por último un creciente país en reconstrucción. Las continuas guerras y revueltas, como también la gran cleptocracia existente durante la dictadura, no permitían a Irak prosperar económicamente a nivel social, y ahora se inauguran rutas aéreas entre Irak e Europa, y nuevas inversiones. 

En conclusión, igual que en un extremo de las conexiones entre Europa y los Estados árabes debemos situar a Marruecos, en el otro extremo no debemos situar Turquía (que no es ni árabe), sino Irak. La puerta de mercancía india será a través de Irak, y hasta allí llegarán los corredores de mercancías y los oleoductos que alimentarán una pujante Unión Europea. 


Guillem Pursals es doctorando en Derecho, máster en Seguridad, especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado.