Optimismo en Moncloa respecto a los Presupuestos Generales del Estado para 2017. Las votaciones del pasado jueves, en que se visualizó una abrumadora mayoría parlamentaria a favor de la senda del déficit y el objetivo de estabilidad, han insuflado de ánimo al Gobierno convencido de que tiene muchas posibilidades de sacar adelante las cuentas del Estado para el año que viene. Es consciente de que queda por delante un largo recorrido, pero la foto fija de la sesión parlamentaria, con una clara mayoría de luces verdes en el panel de votación, demuestran “la capacidad de negociación de este Ejecutivo”, amén de otro aspecto no menor, esto es, “que hay cosas por las que PSOE y PNV van a pasar”, señalan fuentes gubernamentales.

Sin embargo, aunque el Gobierno querría apoyarse principalmente en el PSOE, socio favorito de Mariano Rajoy, piensa que hay más posibilidades de acuerdo presupuestario con PNV, lo que les dejaría a un voto de la mayoría absoluta sumando también a Ciudadanos y a Coalición Canaria. Dado que los Presupuestos no son ley orgánica y, por tanto, vale una mayoría simple para ser aprobados, bastaría con un par de abstenciones, o de ausencias, para prosperar. Todo ello sin olvidar al diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, que aunque fue en las listas del PSOE podría negociar alguna contrapartida presupuestaria para las islas a cambio de su voto.

Rajoy ha hablado en, al menos seis ocasiones, con Andoni Ortuzar, el presidente del PNV

Respecto al País Vasco, el Gobierno está dispuesto a impulsar la llamada “y” ferroviaria vasca, esto es, la línea que uniría las tres capitales de provincia vascas con la frontera francesa, reivindicación histórica de la región. Asimismo, ya ha propuesto al Ejecutivo de Íñigo Urkullu mudar los recursos competenciales ante el Tribunal Constitucional por el diálogo, lo que afectaría, por ejemplo a iniciativas del gobierno vasco respecto a la administración local o a las víctimas de violencia policial.

Vía enmienda

El apoyo de los cinco diputados vascos a las cuentas del Estado se materializará, con toda probabilidad, vía enmienda, lo que permitirá a los nacionalistas armar un relato para justificar dicho respaldo sin entrar en colisión con su socio de gobierno, el PSE.

Mariano Rajoy ha intensificado sus contactos con el lendakari, Íñigo Urkullu, así como con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar. Si bien con Urkullu mantuvo relación durante la legislatura 2011-2015, no fue así con Ortuzar. Pero tras cinco años de práctica incomunicación, han hablado un mínimo de seis veces en los dos últimos meses, lo que da idea de la importancia que el Ejecutivo atribuye a los nacionalistas vascos. Ortuzar espera además llamada para ser recibido en Moncloa. 

Moncloa no quiere presionar al PSOE, pero sus presidentes autonómicos necesitan nuevos presupuestos

En cambio, el Gobierno no quiere “presionar” al PSOE para recabar su apoyo, admiten fuentes gubernamentales, conscientes de que la delicada situación por la que atraviesa el, todavía, primer partido de la oposición, exige cierta prudencia. Bien es cierto que la amenaza de una nueva consulta electoral puede resultar lo suficientemente disuasoria como para que los socialistas no intenten “estrangular” a su vez la acción del Ejecutivo.

Obligados a entenderse

La advertencia, disfrazada de lapsus, que Rajoy lanzó el pasado miércoles en una cena de navidad con el PP de Madrid, es un recordatorio de que tiene entre sus manos el “botón nuclear” de un adelanto y que pulsarlo resultaría devastador para un partido sin líder.Pero si algo tiene el PSOE son presidentes autonómicos y estos necesitan urgentemente de unas nuevas cuentas para 2017 una vez rebajado el objetivo de déficit en una décima.

A pesar de las dificultades, Moncloa entiende que el amplio respaldo cosechado para la senda de déficit y el objetivo de estabilidad, -al que se sumaron PSOE, Ciudadanos y PNV- demuestra la “solidez” del Ejecutivo y que, como ha dicho el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, el Congreso “tiene la obligación de entenderse”.