Adolf Hitler contó con la cineasta Leni Riefenstahl para exponer su visión del mundo y garantizarse la afección de sus acólitos nazis. El autoproclamado Estado Islámico (o Daesh) ha creado una plataforma mediática sin precedentes, con 37 productoras audiovisuales, una auténtica fábrica de contenidos que imitan la estética de vídeojuegos como Call of Duty o Grand Theft Auto o series como Juego de Tronos o Westworld para seducir a millenials como los autores de los atentados de Barcelona y Cambrils.

Figuras de referencia como el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, avivan a la par ese fuego abonado por la búsqueda de una identidad que acaba confundiendo realidad y ficción, y que ve en la muerte el sentido que no encuentra en la vida.

Por primera vez una organización terrorista interactúa directamente con su audiencia, a la que concibe como un potencial mercado, integrada por los millenials de todo el mundo gracias a las redes sociales por las que difunde sus vídeos, ahora especialmente Telegram y Twitter. Estos millenials son hijos de la globalización cultural, no quieren saber nada de las instituciones y están acostumbrados a la cultura de la violencia en el lenguaje audiovisual.



Vídeo propagandístico del Estado Islámico (Advertencia: las escenas más violentas han sido borradas)

Prueba de la importancia de los mensajes en vídeo es la reivindicación de los atentados de Barcelona y Cambrils del Daesh a través de dos combatientes, uno de ellos Muhamad Yasin Ahram Pérez, de madre cordobesa, que se dirigen al público en español. Nunca antes había sucedido. “El riesgo de atentados se multiplica porque es una llamada directa a la acción”, explica Javier Lesaca, analista del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo.

También es la primera vez que una organización terrorista cuida su imagen y rompe en vídeos como Sin Descanso con el estereotipo de combatiente desaliñado agazapado en una cueva, como era el caso de Osama bin Laden. Estado Islámico muestra a sus leones de diferentes razas, unidos por la causa de la Yihad. Con ellos sí pueden identificarse chavales como los de Ripoll.

Las imágenes facilitan la banalización de la violencia", apunta Javier Lesaca, experto en propaganda yihadista

Autor de Armas de seducción masiva (Ediciones Península), Lesaca, que ha estudiado más de 1.300 vídeos producidos por Estado Islámico, destaca cómo “la clave es que el IS habla el mismo lenguaje cultural que sus audiencias. La violencia se presenta en los mismos términos que muchos millenials la experimentan en sus momentos de ocio, en videojuegos o series, y por eso les genera fascinación. Las imágenes facilitan esa banalización de la violencia”.

Coincide con esta visión Jordi Moreras, profesor de Antropología en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona: “No se trata tanto de la potencia del emisor como de la debilidad del receptor frente a otros discursos… Hay más de fascinación que de argumentación. Nuestros jóvenes viven en esa ficción creada por la cultura de los vídeojuegos, donde la violencia, el combate, la muerte, están presentes. En el caso de Ripoll queda la duda de si eran conscientes de que no era un juego de rol, sin que eso sea una justificación en ningún caso”.

Olivier Roy, autor de Yihad y Muerte, va más allá y sostiene que “la asociación con la muerte es una de las claves para entender la actual radicalización. Esa dimensión nihilista es central. Lo que seduce y fascina es la pura idea de revuelta. La violencia no es el medio, sino el fin”.

La radicalización se da offline (a través de combatientes, activistas o líderes religiosos, por ejemplo) y de forma combinada online, en la mayoría de los casos. Una reciente investigación de Fernando Reinares, Carola García-Calvo y Álvaro Vicente, publicada por el Instituto Elcano, destaca cómo en España influye sustancialmente en este proceso “el contacto con algún agente de radicalización y los vínculos previos con agentes radicalizados”.

Según Mabel González Bustelo, máster en terrorismo por la Universidad de St. Andrews, “el IS y antes Al Qaeda son muy activos en redes, producen material en diferentes idiomas y para diferentes canales, saben cómo manejar la información, pero también hace falta la interacción humana… En este caso el imán habría jugado un papel de adoctrinamiento clave. También influye, como dice Marc Sageman, el grupo de amigos, los lazos de hermandad, amistad o familia”.

Los terroristas de la célula de Barcelona y Ripoll estaban vinculados por lazos de amistad y hermandad. Se dejaron adoctrinar por el imán y se convirtieron a una versión clandestina del salafismo, Takfir Wal HIjra, el llamado club del odio, según ha publicado El País. Los takfiris permiten a sus miembros adoptar las costumbres occidentales para hacerse invisibles y lograr sus fines terroristas. Mohamed Atta, el cerebro de los atentados del 11-S, pertenecía a esta secta, la más peligrosa del yihadismo.

La corriente del salafismo de los terroristas permite adoptar costumbres occidentales para hacerse invisibles

Así pues, los miembros de la célula originaria de Ripoll estarían perteneciendo a una organización secreta, como un soldado en Call of Duty. "A estos jóvenes con frustración y crisis de identidad los yihadistas les ofrecen una manera de suplir ese vacío identitario. Forman parte del califato virtual. Crean enemigos, además, que son los culpables de esa frustración", señala Lesaca. "Toda la dimensión de la identidad tiene un enfoque social. No se trata sólo de un problema de seguridad", añade Moreras.

Esta célula, cuyos componentes salvo el imán eran invisibles al radar antiterrorista, ha actuado también en consonancia con la estrategia de Estado Islámico, rediseñada en 2016, después de las derrotas en Siria e Irak.

Como señala el informe de Europol de junio de 2017, después de que se incitara a la hégira (emigrar a Irak y Siria para combatir), algo que hicieron unos 35.000 extranjeros, entre ellos 5.000 europeos, unos 200 españoles, a mitad de 2016 cambian las consignas.

“En un discurso el 21 de mayo de 2016 el portavoz del IS, Abu Muhamed al Adnani, que fue asesinado en agosto de ese mismo año en un ataque cerca de Alepo, insta a los voluntarios a que perpetren atentados en sus lugares de residencia, especialmente en el Ramadán. Al Adnani remarca que incluso una pequeña acción tendrá un gran impacto”, dice el informe. Anima a los lobos solitarios a actuar.



En este vídeo terroristas del Estado Islámico enseñan tácticas de guerra (Advertencia: las escenas más violentas han sido borradas)

 

Europol hace un balance de la violencia yihadista en Europa en 2016: 13 ataques con 135 víctimas mortales y 718 detenciones, de ellas 69 en España. Francia encabeza la lista de escenarios más castigados junto con Bélgica y Alemania. Señala cómo terroristas que actúan en nombre de IS “han perpetrado atentados relativamente complejos, incluso con múltiples objetivos, rápida y eficazmente”.

Destaca también Europol como novedad la incorporación progresiva de mujeres “en papeles operacionales relacionadas con el terrorismo yihadista”. En 2016 uno de cada cuatro arrestados por esta causa es mujer.

El creador del terrorismo transmedia

A medio camino entre Leni Riefenstahl y Joseph Goebbels está precisamente quien anunció este cambio de estrategia hace algo más de un año. Director de comunicación y responsable de las operaciones externas del califato, Abu Mohamed Al Adnani, nacido en Siria, fue quien diseñó en el atentado de París, de noviembre de 2015, “un plan estratégico para convertir estas acciones en un espectáculo multimedia que resultara familiar y se percibiera de manera atractiva por sus audiencias potenciales, los millenials de todo el mundo”, señala Lesaca.

Es el creador del terrorismo transmedia. Desde su muerte la producción audiovisual del califato se ha reducido a la mitad.

En ese vídeo de enero de 2016, titulado Matadlos allá donde los encontréis, en el que reivindicaban a lo grande los atentados de París del 13 de noviembre de 2015, con 130 muertos, los más letales en suelo europeo, los yihadistas recurren a los mismos efectos que la operación No Russian del videojuego Call of Duty.


La violencia de los vídeos del IS se presenta en los mismos términos que los videojuegos o las series

 

Además del llamamiento de Al Adnani a actuar en los lugares de origen, Estado Islámico emitió un vídeo en noviembre de 2016 en el que un terrorista-youtuber, el ex legionario francés Abdelilah Himich, a quien el Departamento de Estado atribuye la coordinación de atentados en el exterior, explica con qué armas blancas y cómo se acuchilla a un rehén o alguien a quien se asalte en la calle. “Hoy aprenderemos cómo se utilizan las armas blancas con el fin de conseguir la victoria de Dios”, dice Himich en este singular tutorial.

En otro mensaje a los leones que han de llevar la lucha a sus calles, otro yihadista, Abu Suleyman al Faransi, explica cómo fabricar bombas en la cocina de casa. Parece una escena de Breaking Bad. Generalmente las plataformas de internet detectan los contenidos más violentos y los borran pero tardan unas horas en hacerlo.

Europol en su último informe destaca cómo Telegram se ha convertido en “un espacio de preparación, discusión y colaboración, una especie de campo de entrenamiento virtual” para luego dar el salto a Twitter, donde el impacto es mayor.

Estado Islámico pidió en 2016 a sus seguidores atentar en sus lugares de origen y recurrir a vehículos pesados

La estrategia de Estado Islámico suele ser crear cuentas nuevas cada vez y bombardear con sus mensajes y hashtags populares. Y cada tanto tiempo vuelven a volcar sus contenidos. El equipo que trabaja en Al Hayat Media Center, que aúna las productoras audiovisuales, recibe trato preferente en cuanto a sueldos y medios a su alcance.

Insistieron los yihadistas también a través de su revista Rumiyah (Roma, símbolo de Occidente, su enemigo), a finales de 2016 y en mayo de 2017, en la necesidad de atacar en los lugares de residencia y recurrir a vehículos pesados. “A diferencia de los cuchillos, de los vehículos nadie va a albergar sospechas… Son el arma más segura y eficaz contra el enemigo”.

“Los terroristas de Barcelona y Cambrils siguieron al pie de la letra lo que reclama ahora Estado Islámico: atentad en vuestros lugares de residencia, con armas a vuestro alcance (ya sea cuchillos o vehículos) y fabricad explosivos en vuestra casa”, afirma Lesaca.

Esos 11 jóvenes veinteañeros y el imán han actuado sin levantar sospechas en una población como Ripoll, de unos 10.000 habitantes, donde casi todos se conocen. “Todos los jóvenes en un momento dado pueden radicalizarse. Estamos alerta ante el extremismo violento pero esto ha sorprendido hasta a sus familias”, señala aún sin dar crédito a lo sucedido Raiy Tatary, presidente de la Comisión Islámica de España.

Según el antropólogo Jordi Moreras, “en este caso han fallado la mezquita y la familia como elemento de socialización. El islam en España tiene bases poco estables. No hay líderes que tengan perspectivas de futuro”.

En busca de una contranarrativa

Contra la poderosa narrativa de Estado Islámico, hay que poner en marcha múltiples mecanismos. Lesaca alude a la labor de los sirios de Raqqa is being slaughtered porque nadie mejor que ellos puede contrarrestar el mensaje de Estado Islámico.

Hana Jalloul, profesora de Análisis Político en la Universidad Carlos III, lamenta que se hayan perdido 13 años desde el 11-M sin apenas avances. “Los jóvenes que se radicalizan acaban creyendo lo que les dicen sobre el Corán. Hay que utilizar el Corán para desmontar el discurso. Es cierto que también hay un elemento de subversión y, de hecho, sé de algún terrorista que admiraba por igual al Che y a Osama bin Laden”.

Hay que utilizar el Corán para desmontar el discurso, aunque hay un elemento de subversión", dice la experta Hana Jalloul

Jalloul reconoce que queda mucho por hacer a la hora de elaborar una contranarrativa contra el discurso de los yihadistas. Están dando pasos en la Radicalization Awareness Network, de la Comisión Europea, o en Stop d’jihadisme, iniciativa del gobierno francés. Hay también campañas de ex yihadistas en YouTube o bien proyectos como el del Centro Internacional para el Estudio del Extermismo Violento, que entrevista a ex combatientes extranjeros que han desertado, para contrarrestar los cientos de videos en los que el Daesh da voz a quienes defienden sus postulados.



El significado real de la Yihad. El viaje de un joven de Londres para entender el objetivo real de los terroristas. Este vídeo es un ejemplo de narrativa para frenar el discurso de los yihadistas

 

En España las medidas, como el Plan estratégico nacional de lucha contra la radicalización violenta, o la plataforma Stop-radicalismos, se centran más en la detección y denuncia.

“Aquí se incita más a la denuncia, lo que puede generar más fractura social. Es cierto que es más complicado desradicalizar que prevenir pero se puede hacer mucho en las escuelas, en las cárceles, con las mujeres. Es el momento de actuar. Aún no estamos como en Francia”, señala Jalloul.

Otra asignatura pendiente sería, según González Bustelo, “fijarse en países del Golfo desde donde se promueve, financia y ayuda a difundir en todo el  mundo visiones rigoristas del islam basadas en el wahabismo que predican una ideología excluyente como el salafismo. Gran parte del salafismo no es violento, pero contiene rasgos de intolerancia y discurso excluyente que pueden ser el primer paso a opciones más violentas”.

Sea como sea, no hay que perder de vista quiénes son los leones y cachorros a quienes se dirige Estado Islámico y salafistas violentos como los takfiris. Si Al Adnani hubiera difundido una y otra vez el mensaje de Abu Bakr Al Bagdadi cuando proclamó el califato hace tres años para ganar adeptos, habría encontrado poco eco.

En su lugar, hay múltiples actores y múltiples escenarios, como en Juego de Tronos o Star Wars.  Uno de los recursos más novedosos que ha empleado Estado Islámico es utilizar a un rehén, el británico John Cantley, como si fuera un periodista que da cuenta de sus avances.

Sería un reto para las productoras de Hollywood (ya lo intentó el ex secretario de Estado John Kerry) o para Netflix, por ejemplo, librar la batalla de la narrativa contra IS, como Frank Capra hizo con Why we fight para contrarrestar El triunfo de la voluntad de Riefenstahl. O recurrir al Tom Cruise de los millenials para recrear un Top Gun 2.0.

Jordi Barreras concluye: “El Corán es un libro, el Daesh llega a su audiencia a través de imágenes. Buscan el impacto. Necesitamos que nuestras ideas, nuestros valores, seduzcan”.