Política

El enigma de la acción 39.850 del Sevilla FC

La juez investiga si el presidente del club nervionense, que declara este lunes como investigado por administración desleal y falsedad documental, falsificó la firma de un accionista que había fallecido 11 años antes para endosarse a sí mismo tres títulos

El presidente del Sevilla FC, José Castro, atiende a los periodistas en la sede de La Liga.
El presidente del Sevilla FC, José Castro, atiende a los periodistas en la sede de La Liga. | EP

Falsificó el presidente del Sevilla FC, José Castro, la firma de un accionista que había fallecido 11 años antes para endosarse a sí mismo sus tres títulos nominativos? Ésta es una de las preguntas a las que tendrá que dar respuesta la investigación que dirige el Juzgado de Instrucción 11 de Sevilla, que ha citado este lunes a declarar como imputado al mandamás nervionense por la posible comisión de delitos de administración desleal y falsedad documental.

Las pesquisas que lleva a cabo la juez Cristina Loma tratan de determinar si Castro "dispuso en su propio beneficio" de dinero del club para "atender sus propias necesidades particulares", como sostiene el fiscal en la denuncia que ha dado pie a la incoación de las diligencias previas. Viajes particulares, extracciones de dinero "sin justificación alguna" y una transferencia de 50.000 euros a la empresa de la que es administrador son algunos de los gastos imputados a la cuenta del club ahora bajo sospecha.

Concretamente, el presidente del Sevilla llegó a tener un saldo en la cuenta del club de 325.315,05 euros cuando el fiscal comenzó la presente investigación, liquidando dicha deuda mediante la entrega de dos cheques bancarios el pasado 15 de septiembre.

La magistrada también investiga si el máximo dirigente ordenó la transmisión a su favor de acciones de la entidad de forma irregular. Entre otras, la Justicia ha puesto la lupa a las acciones comprendidas entre la 39.850 y la 39.852, de las que era titular un vecino de San José de la Rinconada (Sevilla) -Antonio López Hernández- fallecido hace más de 12 años. Si este sevillista murió en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla a las 19.15 horas del 12 de julio de 2005, ¿quién simuló su firma y escribió su número DNI en el anverso del título representativo de sus acciones a finales de 2016? Ése es el enigma que habrá de resolver la instrucción que impulsa la magistrada Cristina Loma.

Castro, titular sin serlo

En un escrito enviado a la Fiscalía el pasado 9 de noviembre, el director general y secretario del consejo de administración del Sevilla FC, José María Cruz de Andrés, reconoció que dichas acciones estuvieron inscritas a nombre de José Castro en el libro registro de acciones nominativas de la entidad entre el 13 de diciembre de 2016 y el 21 de abril de 2017, reponiéndose el 21 de abril de 2017 a nombre de D. Antonio López Sánchez [el segundo apellido es erróneo y en su lugar debía aparecer Hernández], ya que "la documentación necesaria para la transmisión de esas acciones y la inscripción de las mismas a favor de un nuevo titular no constaba completa en la Sociedad".

Cuando el primogénito del accionista fallecido prestó declaración como testigo ante la Policía Nacional el pasado 24 de enero, aseguró que él y sus dos hermanos ejecutaron la venta de las acciones de las que era titular su padre el 13 de diciembre de 2016 -precisamente el día en que se inscriben en el libro registro del club a nombre de Castro, según ha reconocido el primer ejecutivo de la entidad- y que el comprador fue Emilio Romero Romero, ex presidente de la Peña Sevillista de San José de la Rinconada.

José Castro declara este lunes como investigado ante una juez de Sevilla por la posible comisión de delitos de administración desleal y falsedad documental

Preguntado por los agentes si la venta se realizó a nombre de Romero Romero o mediante la modalidad de transmisión de acciones por endoso, el testigo (Antonio López Comesaña) dejó claro que la operación se sustanció mediante un "documento de compraventa" en el que figuraba como comprador Emilio Romero Romero.

En el acta de su declaración policial no consta que este heredero de Antonio López Hernández mencionara a Castro en ningún momento como la persona con la que se negoció la venta de los títulos de su padre, que es la versión que mantiene el presidente del Sevilla. "Las acciones fueron adquiridas por mí en conjunto con otro paquete de acciones y con el consentimiento de la familia del fallecido, que sería la legitimada en su caso para denunciar la apropiación indebida o la hipotética falsedad y no un socio del Sevilla [en alusión a Agustín Martínez, el accionista minoritario que puso los hechos en conocimiento del Ministerio Público el pasado 1 de agosto] con espureos intereses al que no alcanzamos a comprender en qué le afecta la transmisión de tres acciones del club, cuya trascendencia por otro lado es nula en el conjunto accionarial del Sevilla FC, que tiene más de 100.000 acciones", exponía José Castro en el escrito enviado a la Fiscalía el pasado 26 de septiembre para combatir las alegaciones del denunciante del caso.

El sucesor de José María del Nido al frente de la entidad nervionense añadía que la transmisión de los títulos "ni siquiera consta registrada en el Libro Registro de Acciones Nominativas por el Sevilla FC SAD" a su nombre, "por lo que su trascendencia en el tráfico jurídico-mercantil resulta inexistente".

Título con la firma presuntamente falsificada de un accionista fallecido en 2005.

No fue la única confesión de interés para los investigadores que realizó el hijo del accionista fallecido cuando compareció ante la Policía. Cuando los agentes le exhibieron el documento adverado en la notaría sevillana de José María Manzano en el que figuraba teóricamente la firma de su padre, López Comesaña afirmó sin dejar margen para la duda que no era la rúbrica de su progenitor y que era "totalmente distinta" a la que tenía aquél, desconociendo quién podría haberla falsificado.

Un hijo del accionista fallecido declaró a la Policía que la firma que aparece en el título nominativo no era de su padre. "Es totalmente diferente", señaló

El abogado Agustín Martínez, denunciante de los hechos, atribuye sin dudarlo a José Castro la falsificación. "Estamos en condiciones de acreditar indubitadamente que la firma que figura al anverso del título transmitido fue realizada por el señor Castro en presencia de un trabajador de la entidad Sevilla Fútbol Club SAD, el cual comprobó cómo el señor Castro firmaba el título y daba las correspondientes instrucciones para que se inscribiesen a su nombre", expuso en la ampliación de su denuncia el pasado mes de octubre.

El empleado en cuestión es el responsable de la custodia de las acciones del Sevilla FC, Javier Faces, al que la instructora ha citado a declarar como testigo el próximo 8 de marzo. Ese día también tendrán que comparecer ante la titular del Juzgado de Instrucción 11 de Sevilla Emilio Romero Romero y Ángel García Sánchez, titular de otras 23 acciones que también llegaron a registrarse a nombre de José Castro y que se repusieron a favor de su titular a requerimiento del presidente del club por tratarse de una inscripción "errónea".

García Sánchez ya declaró como testigo el pasado 30 de enero ante la Policía Nacional, a la que contó que antes de abril de 2016 se acercó a la oficina del accionista del Sevilla para corroborar si era verdad que los títulos se estaban revalorizado con vistas a una eventual venta. Según se detalla en el acta de aquella declaración, dos días después recibió una llamada de "una persona que, identificándose como José Castro, presidente del Sevilla FC, preguntaba sobre su intención con las acciones, inquiriéndole sobre el número que poseía de éstas y si las quería vender".

La juez cita a declarar como testigo el próximo 8 de marzo al empleado del Sevilla FC encargado del registro de las acciones de la entidad

El 11 de abril de 2016, ese pequeño accionista vendió sus 21 títulos a Castro en el curso de un encuentro llevado a cabo en "la cafetería de un hotel ubicado en la avenida de Eduardo Dato". El presidente del Sevilla le entregó aquel día "1.500 euros en metálico" y quedaron pendientes otros 810 euros, a razón de 110 euros por acción. Esta segunda entrega se produjo el 3 de mayo de 2016 "en una cafetería aledaña al campo del Sevilla", no recordando si llegó a firmar algún documento.

El testigo desveló que, una semana aproximadamente antes de declarar ante la Policía, recibió una llamada de una mujer "que se identificaba como perteneciente" al club para decirle: "Llamamos del Sevilla FC, como una deferencia, para avisarle que posiblemente le llamará la Policía por un tema de la venta de acciones, para que no se preocupe".

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