La madrugada del 15 de octubre de 2016 la vida de su hijo cambió y con ella la de toda la familia. El año y medio transcurrido desde entonces ha sido duro. La agresión que Óscar, su hijo, teniente de la Guardia Civil, su compañero Álvaro y sus respectivas parejas sufrieron en Alsasua ya tiene culpables. Los han determinado los jueces de la Audiencia Nacional que por unanimidad han concluido que lo sucedido no fue “una pelea de bar” como argumentaba la defensa. Tampoco un delito de carácter terrorista, como solicitaban las acusaciones. Lo que ocurrió en el bar Koxka de Alsasua y en el exterior del mismo fue un atentado a la autoridad, un delito de lesiones, amenazas y desórdenes públicos según determina la sentencia. Y por ella, condena a los ocho acusados a penas que oscilan entre los 2 y los 13 años de prisión.

Inmaculada Fuentes está satisfecha, “se ha hecho justicia”, asegura. Subraya que los hechos probados en la sentencia demuestran que quienes no han contado la verdad de lo sucedido en todos estos meses fueron los acusados y sus defensas, “ha quedado demostrado cuál fue la pura verdad y eso es lo justo”.

El relato dado por veraz por los jueces es claro. Existió una agresión contra los dos agentes por su condición de guardias civiles, se cometió por motivos “claramente ideológicos” y por “animadversión” hacia la Guardia Civil. La “notabilísima gravedad” de los hechos, señala la sentencia, también lleva a aplicar los agravantes de odio y abuso de superioridad y con ellos, a aplicar las penas más altas de los delitos. La suma de condenas queda lejos de los 375 años que sumaban las peticiones del Ministerio Fiscal. La sentencia lo reduce a un total de 79. Por ahora, las familias de los jóvenes condenados anuncian movilizaciones y un recurso a la sentencia, “es normal, están enfadados y van a hacer la vida imposible en el pueblo”, asegura.

La madre del teniente confía en poder dejar atrás de modo definitivo un tiempo amargo de sus vidas que comenzó con la agresión, continuó con la recuperación del tobillo roto de su hijo, la rehabilitación posterior y su reincorporación al trabajo y el posterior eco mediático y utilización de lo sucedido por parte de instituciones y colectivos de la izquierda abertzale.

El acoso para varios de los agredidos no terminó aquella madrugada, como reconoce el fallo, que subraya que las lesiones no sólo fueron físicas sino psicológicas, sociales al tener que abandonar Alsasua una de las mujeres agredidas, e incluso laborales, al forzar el traslado de destino uno de los agentes. La madre de Óscar confía en que ahora, al menos, la sentencia permita dejar claro que a un agente de la autoridad se le puede incluso odiar, “eso es algo que algunos llevan dentro, pero que no sale gratis agredirle”.

Pregunta.- Tras conocer la sentencia, ¿qué sentimiento tiene?

Respuesta.- Siento que se ha hecho justicia. La espera ha sido tensa, teníamos mucha tensión acumulada pero confiando en la Justicia. Mi marido y yo estamos satisfechos.

P.- ¿Cómo interpreta que el tribunal no considere que exista un delito de terrorismo, como solicitaba la Fiscalía y la Acusación?

R-. No nos ha decepcionado, teniendo en cuenta que los otros delitos que se pedían eran muy importantes, y sí se han reconocido. Siempre hemos considerado que la Justicia sabe lo que hace. Estaba en sus manos y por nuestra parte, respeto absoluto a la sentencia

P.- Todos los acusados han sido condenados. Las penas oscilan entre los 2 y los 13 años de prisión. Son muy inferiores a las solicitadas por la Fiscalía y la acusación. ¿Le ha sorprendido’

R.- Era previsible. Esperábamos que la condena no fuese todo lo que se pedía pero creo que al final se ha hecho justicia. Se les ha condenado por la mayoría de los delitos que se solicitaba y eso es positivo.

Para nosotros es un punto y final, independientemente de que ellos recurran

P.- La sentencia da por probado casi de modo íntegro el relato que tanto los agentes como sus parejas hicieron ante el tribunal.

R.- Sí, queda probado que todo lo que contaron ellos es la pura verdad y eso es lo justo, independientemente de los años de condena de la sentencia. Lo que se concluye es que su historia era verdad y que la otra era una pura invención.

P.- Las defensas han anunciado que van a recurrir la sentencia. Las familias han llamado a movilizarse y manifestarse en contra de la sentencia. ¿Teme que aún quede mucho más recorrido hasta dar por cerrado el caso?

R.- Que se recurra por parte de ellos era previsible. Salvo que se hubiese sentenciado la absolución de todos, la iban a recurrir. Estoy segura que se va a recrudecer el ambiente, ellos no van a parar, van a hacer la vida imposible a  la gente del pueblo, están enfadados.

Nunca fue una pelea de bar. Los agentes se comportaron con dignidad

P.- La Audiencia Nacional desmonta la tesis de que fue una pelea de bar, la esgrimida por los acusados.

R.- Efectivamente, nunca fue una pelea de bar. Ha quedado probado que fueron a por ellos por ser guardias civiles y deja claro cómo se comportaron los agentes frente a esa agresión. Lo hicieron con dignidad y sin contestar. También que ellas actuaron de forma muy valiente.

P.- Para ustedes ha sido un año y medio muy difícil. ¿Cree que con esta sentencia ha terminado?

R.- Para nosotros es un punto y final, independientemente de que ellos recurran. Por nuestra parte se cierra el ciclo. Sucedió una cosa, se denunció, nos recuperamos de ella y llegamos a juicio. Allí se expuso todo y tenemos ahora una sentencia que nos parece justa y satisfactoria.

Puedes odiar a la autoridad, eso queda dentro de ti, pero no agredirla

P.- ¿Qué poso dejará el ‘caso Alsasua’?

R.- Espero que el poso que deje sea que toda la ciudadanía, todos los españoles, los unos y los otros, tengan claro que agredir a la autoridad, sea Policía, Guardia Civil o cualquier otro cuerpo no sale gratis. No se puede agredir a la autoridad por el mero hecho de ser autoridad. La puedes odiar, eso queda dentro de ti, pero no sale gratis agredirla. Eso deberían tenerlo claro todos los españoles y es lo que creo que prueba esta sentencia.